LAS idas y venidas son constantes en el colegio de los Jesuitas de Indautxu, donde la Cofradía Penitencial de la Santa Eucaristía tiene su sede canónica. Cuando la Semana Santa apunta a la vuelta de la esquina, mañana tendrán lugar las primeras procesiones en Bilbao, los nervios se intensifican entre los miembros de este grupo de procesionarios. “Queremos que todo salga bien y que no llueva”, afirma su joven presidente, Iñigo Pérez, que lleva en el cargo cuatro años. Esta edición es especial para esta cofradía fundada el 6 de mayo de 1959, por lo que alcanza los sesenta año con 249 cofrades. “En esta celebración rendiremos homenaje a las personas que hoy en día siguen, a las que se fueron y a las que tienen ganas de entrar”, admite Iñigo.

Durante estas seis décadas, por la cofradía del colegio de los Jesuitas han pasado miembros de diferentes edades. Algunos de ellos se han ido, otros han vuelto y los hay quienes todavía permanecen, movidos por la fe y por la amistad forjada entre ellos. Iñigo entró en 2008, por lo que cumple su undécimo año, cuatro de ellos como presidente. Comparte su última etapa en la banda con Borja Gerrikagoitia, de 16 años, con quien guarda buenos recuerdos. “Yo entré hace seis años. Entonces Borja y yo tocábamos el bombardino. Luego lo dejé y ahora estoy con el trombón de varas. Me llamaba mucho la atención e incluso fui a una escuela de música para aprender a tocarlo mejor por mi cuenta”, añade. Llevan desde octubre preparándose para la Semana Santa, aunque estas últimas semanas han intensificado los ensayos para que nada ni nadie falle.

La cofradía se divide en tres bloques durante las procesiones. En primer lugar están las filas, conformadas por aquellos que alumbran las calles de Bilbao con las antorchas. En segundo lugar desfila la banda, integrada actualmente por medio centenar de personas. Cierran el desfiles los pasos, que son aquellos que se dedican a montar, a preparar y a cuidar las imágenes para sacarlas a la calle en Semana Santa. Borja empezó como integrante de las filas y ahora que se encuentra en la banda confiesa que en un futuro le gustaría estar en pasos. “Quiero sentir ese sentimiento, tanto a hombros como a rueda. Espero hacerlo pronto”, apostilla. Los requisitos, según cuenta Iñigo, para poder estar en este último bloque es “tener una buena condición física, más de 16 años y buena salud”. “Es un trabajo que cansa y es sacrificado. Si llueve tienes que aguantar y hay procesiones muy largas”, prosigue.

Tanto Borja como Iñigo forman parte de esta cofradía porque estudiaron en los Jesuitas. “A mi hermano le daban miedo los capirotes, pero le gusta ver las procesiones y un día me propuso meternos en una cofradía y como estudiamos aquí, lo teníamos bien”, cuenta. En el caso de Iñigo, conoció a gente que estaba dentro de la Santa Eucaristía y finalmente, él también acabó formando parte de la misma. Son muchos los buenos recuerdos que guardan en su memoria. “La primera Semana Santa que salí fue un Lunes Santo. Íbamos por las Cortes cuando empezamos con una canción, pero no me sonaba el instrumento. Había metido mal la bomba y el sonido no salía. Iñigo y yo dejamos de tocar hasta que lo solucionamos. Pensaba que lo había roto y me preocupé porque era mi primera vez pero fue divertido”, expone Borja entre risas. “Es muy habitual que pasen estas cosas, incluso quedarte dormido tocando, que se te caiga el instrumento o empieces una canción distinta. Son muchos días y estas cansado”, dice, por su parte, el presidente. Todas estas curiosidades están reflejadas en un libro redactado por el vicepresidente de la cofradía, Guillermo, con motivo del sexagésimo aniversario.

Cada año son más los penitentes que se suman a la Cofradía. Durante este curso académico han tenido catorce incorporaciones y, según cuenta Iñigo, todos ellos jóvenes. “A la Santa Eucaristía se puede ser miembro desde el bautismo hasta que uno se muere. No hay límite de edad y los jóvenes toman responsabilidades muy rápido”, añade. Trabajan a contrarreloj y durante esta Semana Santa acompañarán al resto de cofradías en sus procesiones. No obstante, tienen dos actos propios programados. El primero será el sábado, a las 19.30 horas, con la procesión de Jesús atado a la columna y Nuestra Señora de la Amargura que comenzará en el colegio. El segundo será el sábado 20, a las 12.00 horas, con una oración a la Soledad de María.