Bilbao - Los trabajadores del funicular de Artxanda tienen miedo. Desde hace un par de meses un grupo de jóvenes y una mujer conflictiva han logrado romper la tranquilidad de los empleados de El Funi bilbaino. Insultos, amenazas, roturas del cristal de la taquilla. La plantilla ha solicitado al Ayuntamiento que pongan seguridad en el popular transporte. Desde abril los empleados han presentado en el servicio de seguridad externa e interna municipal un total de doce incidentes. Incluso, en varias ocasiones, según relatan los propios empleados se han visto obligados a interrumpir el servicio hasta que llegase la policía. “Se llevaron a la mujer detenida”, relatan. El último suceso se registró el 21 de junio. “Se ponen a fumar dentro; otros quieren entrar sin pagar, hay quien utilizan una barik personalizada para pasar todos... Los trabajadores les llamamos la atención y ahí es cuando empieza el problema”, cuentan a DEIA. Y añaden: “Nos escupen, nos insultan con que nos va a matar, con pararnos el servicio... ¿Qué hacemos ante eso?”, plantean la pregunta.

Por su parte, desde el Consistorio bilbaino aseguraron ayer conocer la preocupación de los trabajadores y han analizado cada uno de los sucesos que se han registrado en los últimos meses. Una comisión integrada por un miembro de la empresa y un delegado municipal se encarga de estudiarlas una a una. “No estamos ajenos a ello”, apuntan. En este sentido, explican que de momento no han visto “gravedad” para poner en marcha medidas más importantes. “Son incidentes que se han registrado en un periodo concreto. Tomaremos las medias oportunas en base a la gravedad de los hechos”, aseguran. Sin embargo, los trabajadores creen que la situación lejos de mejorar, va a empeorar. De hecho, temen que los insultos y las amenazas vayan a más. De momento, uno de los empleados que realizaba funciones en la taquilla ha cogido la baja por estrés. “Llevo un montón de años trabajando en el funicular. Me han insultado muchas veces, pero como ahora jamás”, concluye un trabajador.