Bilbao - Ha sido casi una década de paulatina pérdida de pasajeros que el pasado ejercicio ya se taponó con un cambio de tendencia positivo. Este año no solo se remonta el vuelo superando el récord que se resistía, sino que se hace superando los 4,5 millones de usuarios, una cifra extraordinaria en un aeropuerto de tamaño medio como es el de Bilbao.

¿Orgullosa por el récord de pasajeros del aeropuerto?

-Estamos contentos desde luego y además por batirlo de forma tan amplia. A día de hoy ya hemos pasado de los 4,28 millones de pasajeros de 2007 y esperamos alcanzar entre 4,55 o 4,60 millones. Veremos las cifras finales.

Es una subida destacable.

-Cerca del 7% con respecto al pasado año 2015.

¿Cuáles son las principales razones de este crecimiento tan relevante?

-Mucho trabajo de este aeropuerto, de Aena y también de las instituciones vascas. Todos tenemos un objetivo en común: que aumente el tráfico de pasajeros. Los turistas y los viajes por negocios tienen aquí una importante entrada y nos interesa que funcione. No solo es importante exportar turistas, también que vengan pasajeros, que seamos un destino potente.

¿Desde ‘La Paloma’ vuelan más turistas o más pasajeros de negocios?

-Están equilibrados. Los incrementos del año han sido en todos los parámetros y uno muy importante es el crecimiento del tráfico domestico.

Que ha sido la rémora en las estadísticas en los pasados años de la crisis económica...

-Sí, las subidas de los ejercicios anteriores se basaban en los vuelos internacionales. Este año esas rutas a Europa han seguido subiendo y se le han unido las rutas domésticas.

¿Por mor de la mejora de la economía estatal?

-Creo que sí. El aeropuerto es como un termómetro en ese sentido. La gente se va más de vacaciones y toma un avión porque nota que tiene dinero para poder pagarlo. A las empresas les ocurre lo mismo: mandan a sus ejecutivos en avión porque hay buenas perspectivas económicas para hacer negocios en el extranjero.

En el resto de aeropuertos del Estado se ha notado cómo los conflictos en determinados países han atraído más turistas. ¿Aquí ocurre algo parecido?

-Creo que menos. Pasa mucho más en los aeropuertos insulares y del Mediterráneo por que los visitantes buscan sol y playa.

Aquí no hay de eso.

-Desde luego, pero eso supone que aquí somos más sostenibles. Cuando vengan mal dadas y se vayan esos viajeros prestados, no perderemos tantos usuarios. Cuando vengan bien dadas creceremos, pero no de una manera, vamos a decir, artificial.

¿Y los atentados en capitales europeas? Berlín hace unos días, París el año pasado...

-Aquí no se está notando miedo. De hecho hemos crecido en pasajeros a los aeropuertos alemanes, a la capital gala, a Londres,...

Bueno, en verano próximo habrá tres compañías que cubran estos dos destinos cuando a Madrid y Barcelona solo hay dos aerolíneas. Curioso ¿no?

-Bueno son decisiones de las compañías que se toman en función de muchas variables. Pero hay que tener en cuenta que los vuelos y la oferta de asientos siguen siendo muchos más a Madrid y Barcelona que a París y Londres.

El director de Bilbao Air decía hace poco más de una semana que había “sensación de duopolio en la ruta a Madrid entre Iberia y Air Europa”.

-Es una opinión. Lo que no cabe duda es que la entrada de una tercera aerolínea tendría repercusión en los precios del billete.

No entiendo entonces. Madrid es el destino con más demanda desde Bilbao ¿y no se posiciona una ‘low cost’?

-Quizás porque hay miedo a pelear con dos grandes compañías que tienen su hub o aeropuerto de influencia en Madrid.

Pero Norwegian Airlines no ha tenido ese miedo en competir con Vueling en Barcelona, su base aérea.

-El Prat también es base de Norwegian. De hecho se da la circunstancia de que con la nueva compañía ahora hay más plazas ofertadas a Barcelona que a Madrid. Lo importante es que es bueno para los usuarios por los precios más baratos que se están ofertando.

Y parece que Norwegian y el grupo IAG, con Vueling como instrumento, van a pelear por las primeras rutas de largo alcance baratas teniendo como base Barcelona. Eso para Bilbao también es importante.

-Si Barcelona se convierte en un hub de largo radio el año que viene, mejorará la conectividad de Bilbao tanto en la emisión como en la recepción de turistas.

¿En qué sentido?

-Nuestra frecuencia de vuelos con Barcelona y la comodidad de ese aeropuerto para hacer conexiones acentúa más si cabe nuestra baza de ser un aeropuerto excelentemente conectado con los principales centros de conexión de Europa, al igual que ya ocurre con Madrid, Londres, París, Ámsterdam o Fráncfort.

Bilbao, comparado con aeropuertos cercanos geográficamente y en volumen de pasajeros, es una ‘rara avis’. Ninguno tiene tantas rutas a las principales centros aéreos de Europa...

-Bueno, creo que es Euskadi. Una zona que se relaciona con todo el mundo, con una estrategia de país por la internacionalización en la que el aeropuerto está implicado. Aquí contamos con un potente entramado de empresas con mucha proyección externa. Tenemos tirón también como destino turístico de calidad para todo el mundo. Eso es bueno, además, para cuando llegue el tren de alta velocidad al País Vasco.

¿En qué sentido? El zarpazo del TAV a la ruta aérea a Madrid se estima que será profundo...

-Nos va a afectar, sin duda. Estamos en su radio de acción y ha ocurrido anteriormente en los aeropuertos de Sevilla, Valencia, Málaga, al puente aéreo de Barcelona... Nosotros, como ha ocurrido en esas ciudades, tendremos que centrarnos en otros destinos, aunque muchos ya los tenemos.

La senda de crecimiento continuará en 2017 entonces.

-Sí, igual no al mismo ritmo que este año, pero el aeropuerto seguirá creciendo, aproximadamente, algo más que el Producto Interior Bruto.

A pesar de que desde el año pasado no hay nuevos destinos y no se esperan para el que viene.

-La clave del crecimiento que hemos tenido este año es que los aviones van más llenos y las compañías están utilizando aeronaves más grandes para cubrir sus rutas. Para el próximo año proseguirá esa dinámica.

Da la sensación de que Bilbao ha tocado techo en cuanto a vuelos a destinos diferentes.

-Para nada. Nunca estamos cerrados a nada y a nuevos destinos tampoco. Nosotros podemos trabajar para traer más rutas, pero son las compañías quienes las abren. EasyJet y su reciente anuncio de su conexión a París es un ejemplo.

Bueno, Volotea anunció el jueves vuelos a Sevilla, Palma e Ibiza, tres destinos ya cubiertos.

-Pero bienvenidas sean las frecuencias adicionales en rutas ya consolidadas. La competencia es sana y redundará en beneficio de los pasajeros y de los destinos turísticos, tanto aquí como en Sevilla y Baleares. Es de agradecer que Volotea cuente con Bilbao en sus planes de expansión.

Y eso que las conexiones con los ‘hubs’, los grandes aeropuertos europeos, están más que cubiertas.

-No queda nada, quizás un mejor servicio con Roma que no tiene conexión diaria ya que Vueling solo ofrece dos vuelos a la semana...

Vamos de la ‘zona aire’ a la ‘zona tierra’. ¿Cómo están aceptando los pasajeros la nueva oferta hostelera? Es radicalmente distinta.

-La verdad es que sí, es diferente. El Starbucks y el McDonalds llevan apenas quince días y aún es pronto para valorarlo, pero el bar que ocupa la zona principal de Salidas ha sido muy bien recibido. Incluso por encima de nuestras expectativas, a pesar de que era una apuesta arriesgada.

Han dado un cambio total a la imagen de la terminal.

-Sí y creo que para nuestros clientes internacionales es bueno tener marcas reconocibles.

El año pasado Vueling pidió ampliación de horarios y se desestimó. ¿Han vuelto a solicitarlo para el próximo año?

-Ahora mismo no hay ninguna petición encima de la mesa, ni de Vueling, ni de ninguna otra compañía.

¿Ha cambiado tanto el escenario aeronáutico en solo un año?

-Bueno, después de lo ocurrido este verano Vueling está inmersa en un proceso de reestructuración importante y eso puede influir.

Pero si lo solicitara de nuevo...

-Habría que repetir otra vez todo el proceso de analizar y ver si todos los actores necesarios en una ampliación de horario pueden atender esa petición; y el año pasado no se pudo.

Si es difícil esa ampliación, está claro que Bilbao no va a abrir nunca las 24 horas...

-Bueno, marca el entorno físico donde estamos, que está densamente poblado, y al cual tenemos que tener en cuenta por cuestiones medioambientales. Además, creo que somos capaces de satisfacer la demanda que se genera sin necesidad de ser H24.

Y más teniendo a Foronda abierto toda la noche.

-Creo que somos infraestructuras complementarias. Otra cosa es que ante un día con malas condiciones climatológicas o que llega tarde un vuelo son las compañías quienes deciden dónde van a aterrizar o desviar los vuelos. De todas maneras estas circunstancias son muy puntuales.

La niebla de hace un mes duró varios días y se suspendieron muchos vuelos.

-Sí, pero fue totalmente inusual. Comparando con todas las operaciones aéreas que tenemos, los vuelos suspendidos por condiciones meteorológicas son casi simbólicos a lo largo del año.

El aterrizaje de Ryanair en primavera en el aeropuerto de Foronda ¿va a afectar a Bilbao?

-No lo creo. Igual pensando en clave vasca habrá un incremento neto de la demanda de pasajeros ya que se va a generar más tráfico, pero no se va repartir el que hay en Euskadi entre los tres aeropuertos.