Zorrotzaurre se 'aislará' en noviembre
Los primeros trabajos se inician en otoño y consistirán en limpiar la península de cableados antes de que entren las excavadoras que irán abriendo el canal
BILBAO. En noviembre, Zorrotzaurre se irá aislando poco a poco. Primero, despojándose de los cables de alta tensión y suministros y demás servicios; después, desprendiéndose de toda la tierra que le sobra a la península y formando su propia costa y, así, en 18 meses, casi como en una película de Spielberg, resurgirá una isla. No es ciencia ficción aunque hace unos años así lo pareciera. Los primeros trabajos para convertir la península de Zorro-tzaurre en isla ya tienen fecha, serán en noviembre y, según fuentes municipales, "no hay obstáculos que lo impidan".
El Ayuntamiento concreta en estos momentos los requisitos que deberán cumplir las empresas que opten a la licitación para que en otoño empiece a tomar forma la obra más espectacular que se ha llevado a cabo en la ciudad. En 18 meses, la foto de Bilbao será totalmente distinta. Una isla coronará la ciudad en la que se ejecutará un ambicioso plan urbanístico.
El proyecto de regeneración de Zorrotzaurre es un plan urbanístico con horizonte futuro de, al menos, veinte años. Sin embargo, el paso más importante por su visibilidad, así como por el impacto que pueda tener en la ciudad, es la apertura del canal.
"En noviembre comenzarán las obras para convertir la península en isla; un proyecto estratégico que transformará una de las últimas zonas de oportunidad de la ciudad", explicó Andoni Aldekoa, director del gabinete de Alcaldía, al grupo de periodistas internacionales que acudió al foro de alcaldes que se celebró la pasada semana en Bilbao y en el que se abordó la transformación de la villa.
Los primeros trabajos consistirán en limpiar precisamente la zona donde en la actualidad hay tierra y que va a desaparecer. Según explican los técnicos del Área de Obras y Servicios, "en estos momentos hay una serie de servicios como cables de alta tensión, por ejemplo, que tenemos que desviar y llevarlos por otro lado". Cuando la tierra esté totalmente desalojada de servicios, "hay que micropilotar los laterales para que se sujeten las partes de la tierra que se van a quedar y que serán las futuras orillas".
en seco Aunque esté rodeado de agua, el operativo constructivo no se mojará apenas. Se ha optado por una operación en seco. Para ello, primero hay que taponar los dos extremos de la gran zanja a excavar. A partir de ese momento, empezarán a entrar las excavadoras. El área municipal tiene unas directrices de cómo quiere que se produzcan los trabajos, aunque está abierta a las propuestas que presenten las empresas que licitan por este proyecto.
La hipótesis de trabajo primera es que las máquinas comiencen a excavar desde el centro en la parcela que va a desaparecer, avanzando hacia los extremos y hacia los lados. Esto es lo que permitirá realizar prácticamente todos los trabajos en seco hasta que en el último momento solo quede tierra de los extremos y sea cuando empiece a entrar el agua, momento en el que la península habrá desaparecido para convertirse en isla. Este será uno de los momentos más espectaculares que se han podido ver en la villa, a pesar de la profunda transformación de la ciudad en los últimos 15 años.
En cuanto a los plazos, los responsables municipales estiman que los tres primeros meses serán para realizar los micropilotajes, y ya a primeros de 2014 comenzarán las excavaciones. Los trabajos se prolongarán alrededor de 18 meses, por lo que habrá que esperar a 2015 para que Bilbao tenga su propia isla. En cuanto a los movimientos de tierra, tendrán que cumplir con la legalidad vigente.
Con esta operación se consiguen dos objetivos al unísono. La apertura del canal permite a la ría ganar una mayor capacidad de tránsito de agua para que, en caso de lluvias torrenciales, la subida del cauce sea más leve aguas arriba, la inundabilidad bajará entre setenta centímetros y un metro. Además, con el depósito de los excedentes de la excavación para la futura isla, se eleva el terreno y aumenta el margen de seguridad en caso de que el Nervión baje embravecido aguas abajo.
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