Cacerolada de Patakon para mostrar su rechazo al desalojo del gaztetxe de Uribarri
BILBAO. Tras una pancarta en euskera con el lema "No pasarán por encima de los gaztetxes", medio centenar de simpatizantes del movimiento ocupa han golpeado sus cacerolas y han silbado con pitos, al mismo tiempo que el Consistorio acogía su pleno semanal.
Este pasado martes, varias furgonetas de la Ertzaintza cortaron parte de la calle Matiko y los alrededores del centro autogestionado, para seguidamente entrar en el edificio, ocupado el pasado 1 de mayo. En su interior, identificaron y sacaron a las cinco personas que se encontraban en su turno de cuidado y, posteriormente, la Policía vasca procedió a soldar la puerta.
Patakon ha asegurado que la ocupación del inmueble ha sido la herramienta destinada a cubrir "las carencias socio-culturales de Uribarri", y han adelantado que seguirán trabajando en la misma línea para garantizar que el barrio "no muera a manos del abandono institucional".
Según el colectivo, los propietarios del inmueble, que lleva más de medio siglo sin actividad, "no han querido colaborar y han ideado junto con los mandamases un plan que suena a ciencia ficción, diciendo que ese suelo está recalificado como VPO".