Bilbao. La crisis ha hecho que aumenten los delitos. ¿También las detenciones?
Se ha incrementado el número de detenidos en un 12%. Pero, además, estamos notando un cambio, porque están disminuyendo los detenidos nacionales con respecto a los extranjeros. De las 1.600 detenciones con las que terminaremos el año, unas 1.000, casi el 55%, corresponden a magrebíes, marroquíes y argelinos. Tuvimos una reunión hace un par de meses con el consulado de Marruecos, porque les hemos ido pasando todos los datos, y hablamos de la situación. Hay que pensar que sólo el 4% ingresa en prisión. Nosotros estamos dando mucha importancia a la reincidencia en el delito, porque eso agrava el hecho y puede ayudar a los jueces a ser más contundentes en la aplicación de la ley.
¿A qué se refiere?
Habría que hacer un esfuerzo desde el punto de vista legal. Sobre todo desde la Ley de Extranjería y expulsar a los delincuentes extranjeros automáticamente.
Puede que esta postura no se entienda...
Todos estamos de acuerdo en que el inmigrante nos aporta riqueza y un valor social muy alto, pero a los delincuentes no los queremos, ni a los de aquí ni a los de allí. Y en ese aspecto creemos que la legislación debería ser más dura.
Ahora que se ha despenalizado el top manta, ¿van a ser más permisivos con los vendedores?
No está despenalizado. Lo que ha habido es una decisión por parte de los jueces de no penalizar aquellas situaciones de las que se tenga conocimiento que llegan al juzgado. Hay una cierta contradicción porque la ley todavía lo tiene penalizado aunque hay una cierta voluntad social y empieza a haber un acuerdo entre todas las partes a la hora de entender que hay situaciones que más que delito son situaciones administrativas que deberían resolverse de otra manera. Los policías necesitamos que las leyes sean claras y específicas.
¿Diría que el número de agentes que tiene Bilbao es suficiente?
En las dos últimas legislaturas hemos crecido; hemos sacado cinco convocatorias con un total de 200 agentes. Desde el punto de vista de crecimiento neto hemos crecido en unos 150 agentes. En el año 2000, teníamos 676 policías y a principios de 2009 eran 827. A la vez que hemos tenido ese incremento policial hemos intentado incrementar la estructura jerárquica de la Policía. Desde el punto de vista comparativo con otras ciudades nosotros tenemos más de 2 policías por 1.000 habitantes y la mayor parte de las policías locales están por debajo de nosotros. Nuestro compromiso político era alcanzar los 850 agentes al final de la legislatura. El año pasado ya creamos 45 plazas y la crisis económica nos ha hecho retrasar una nueva incorporación. En todo caso, somos una policía diferente a otras policías locales.
¿En qué se diferencia?
Nosotros además de las ordenanzas y el tráfico hacemos mucho de seguridad ciudadana.
Hay una unidad especial que está trabajando con Bienestar Social para evitar el fraude. ¿Se refiere a eso, por ejemplo?
Sí, estamos haciendo un esfuerzo. Por ejemplo, en el control de las ayudas sociales y está siendo una experiencia importante e interesante porque se han analizado 132 casos en los que había dudas y en 122 ha sido positiva la investigación, y eso ha permitido que el control sea más potente. Además se han localizado 180 irregularidades por temas de falsedad, mayores ingresos de los declarados, alquileres irregulares, simulaciones de separaciones...
Muchas policías visitan Bilbao para aprender de su funcionamiento. ¿Qué modelo policial sigue esta Policía?
Nosotros queremos ser una policía integral, adquirir los conocimientos y habilidades para prestar una seguridad ciudadana en todos los ámbitos. Pero no tenemos un referente concreto. Se suelen hacer un par de congresos al año de policías a los que acudimos y aprendemos unos de otros.
Las cámaras de San Francisco, ¿han permitido reducir el número de delitos?
Estas cosas siempre hay que mirarlas a largo plazo, pero en este periodo de tiempo nos está sirviendo para documentar muchos delitos, algo que tiene mucha importancia después ante el juez. Presentar un vídeo en el que se ve cuándo se ha producido el delito, si ha habido agresión, etcétera nos sirve desde el punto de vista policial para presentar unas pruebas más adecuadas. Lo que está ocurriendo es que hay otros lugares de Bilbao que también nos piden cámaras. Lo cierto es que la situación de San Francisco es excepcional y como tal fue tomada por nuestra parte. Entendemos que el tema de las cámaras sólo debe utilizarse en zonas con una gran problemática. Hay que respetar la intimidad de la gente y no tiene por qué estar bajo el prisma de una cámara aunque el grado de seguridad jurídica es absoluto.
¿En qué otras zonas se está pidiendo que se pongan cámaras?
En algunos lugares donde puede haber un poco más de intensidad o una mayor sensación de inseguridad. Pero es más de sensibilidad por parte de esos vecinos que de realidad. Por ejemplo, nos están pidiendo en García Salazar. Lo que estamos haciendo es una modificación de las cámaras para que las que cubren el puente de Cantalojas cubran también García Salazar. Pero entendemos que tampoco las cifras en Bilbao son tan importantes como para tener esas cámaras, que además son bastante caras.
Cada vez más ciudades están regulando la prostitución. ¿Es una asignatura pendiente en Bilbao o lo han descartado definitivamente?
Las ordenanzas de otras ciudades no han sido nada positivas. Es verdad que desde el punto de vista de la seguridad, los policías tienen la necesidad de tener una herramienta jurídica, porque al no estar penada por la ley la prostitución, al final se actúa sobre gritos en la calle, o ruidos o molestias, o aparcamientos indebidos... Desde ese punto de vista es verdad que esperábamos que hubiese una cierta regulación a nivel del Estado, pero ha habido discrepancias a nivel de partidos y no parece que haya ninguna intención de regular el tema. En todo caso el tema de la prostitución, para nosotros, es menor por la poca incidencia que tiene en Bilbao.
Los vecinos de Miribilla siguen reclamando una ordenanza.
Y seguimos prestando mayor atención a esa zona haciendo controles de vehículos en el barrio. Cuando tenemos alguna situación de vecinos que nos dicen que tienen problemas procuramos establecer algún dispositivo especial. Pero no es un problema como puede ocurrir en otras ciudades como Barcelona o Madrid que lo tienen más complicado. Sin embargo, las ordenanzas que se han aprobado no han surtido efecto.