Banderones, papeles a la cancha y mucha temperatura: así es el 'infierno' griego al que se enfrentará el Bilbao BasketFIBA Europe Cup
Un griterío ensordecedor desde la grada desde mucho antes de que la contienda arranque, tremendo calor ambiental, muchísimo ruido y constantes cánticos, enormes banderones negros ondeando sin descanso en ambos fondos, aficionados a pecho descubierto tratando de alentar a los suyos y amedrentar a los visitantes y, cuando ambos equipos estén ya en cancha y sus pívots busquen el balón en el salto inicial, lanzamiento masivo de papeles desde la grada a la cancha, partido detenido para llevar a cabo las necesarias labores de limpieza y, cuando estas se den por acabadas, a jugar por fin en pos del título de la FIBA Europe Cup.
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El Surne Bilbao Basket conoce perfectamente la liturgia a la que se enfrentará este miércoles en el PAOK Sports Arena, la incómoda y exigente tradición para el visitante de turno que busca impulsar al conjunto de Salónica en las grandes citas. Ocurrió en los cuartos de final ante el Friburgo suizo, también en la semifinal contra el Dijon y para este miércoles se espera que el Palataki (pequeño palacio), apelativo por el que es conocido este recinto, alcance temperaturas históricas. El PAOK, que el próximo año celebrará su centenario, no saborea un título desde la Copa conquistada en 1999 y esta final contra los hombres de negro ha suscitado una tremenda expectación entre su entregadísima afición. Con capacidad para 8.142 espectadores -es el pabellón cubierto de propiedad privada más grande de toda Grecia-, las entradas para este partido de vuelta de la final de la FIBA Europe Cup se agotaron en apenas dos minutos y fue tal el aluvión de solicitudes (se habla de cerca de 42.000, según diversas fuentes locales) que los servidores de venta llegaron a colapsarse.
El Palataki no ha visto todavía al equipo de baloncesto celebrar un título (sí por contra a las secciones de voleibol y balonmano). Curiosamente, el primer partido de su historia no lo disputó el PAOK ya que su inauguración oficial se produjo el 1 de abril del año 2000 con motivo de la disputa de la Final Four de la Copa griega con un enfrentamiento entre el AEK Atenas y el Maroussi, con el fallecido pívot Anatoly Zourpenko como autor de la primera canasta. Su proceso de construcción desde la colocación de la primera piedra del proyecto se prolongó diez años -doce desde que un gran benefactor del club, Ioannis Dedeoglou, cediera los terrenos- como consecuencia de diversos cambios sobre la marcha por problemas con algunas expropiaciones y por variaciones sobre el aforo total que tenía que tener el recinto, que finalmente quedó diseñado para dar cabida a 8.142 espectadores.
BILBOROCK SE ABRE PARA LA AFICIÓN
Hasta completar aforo. Los aficionados del Surne Bilbao Basket que se hayan quedado con las ganas de viajar a Salónica para ser testigos del histórico partido de este miércoles ante el PAOK tienen la oportunidad de verlo junto a otros integrantes de la marea negra en Bilborock. Desde las 18.00 horas y hasta completar su aforo, el conocido local bilbaino abrirá las puertas para que los seguidores del conjunto de Jaume Ponsarnau puedan presenciar el encuentro en una pantalla gigante. Los hombres de negro están a cuarenta minutos, si no hay prórroga, de levantar el primer título de su historia, un hito en el baloncesto vizcaino que ha levantado gran expectación, algo que quedó demostrado hace siete días en la ida disputada en Miribilla, con un lleno hasta la bandera en el Bilbao Arena.
De entrada, una Final Four
Finalmente, el ofrecimiento de poder albergar la Final Four de la Euroliga de 2000 supuso el espaldarazo definitivo para agilizar la construcción y pocos días después de la celebración de la Copa doméstica el Panathinaikos se proclamó campeón de Europa en el nuevo pabellón derrotando en la final al Maccabi Tel Aviv. El primer partido del PAOK Salónica en su nuevo hogar llegó el 17 de mayo, precisamente contra el equipo entrenado por aquel entonces por Zeljko Obradovic, en el segundo encuentro de la final de la liga griega, en la que los anfitriones acabaron hincando la rodilla por 3-0.
Desde entonces, el PAOK Sports Arena, escenario también de grandes conciertos de artistas internacionales y con una remodelación en 2016 que el propietario de la sección de fútbol, Ivan Savvidis, ayudó a sufragar, se ha convertido en una de las canchas más calientes y bulliciosas de Grecia, lo que es ya mucho decir. Lo experimentará este miércoles en sus carnes el Surne Bilbao Basket en su intento de conquistar su primer trofeo continental. Nadie dijo que alcanzar la gloria iba a ser una tarea sencilla.