El Surne Bilbao Basket no ha fallado en su partido bisagra de la temporada. Aunque haya sido con mayores dosis de incertidumbre de las deseadas (del 79-65 a 5:58 del final al 84-81 a falta de 1:11), ha derrotado este domingo al Coviran Granada por 91-88 y aterriza en las últimas diez jornadas de la Liga Endesa con una ventaja de tres partidos, más el ‘average’ particular, sobre la zona de descenso, un auténtico tesoro atendiendo a la gran igualdad vivida en esa pugna en los últimos meses.
Una vez más, el conjunto de Jaume Ponsarnau no ha fallado en este tipo de choques de gran trascendencia que le enfrentan en Miribilla a rivales directos. Eso sí, en esta ocasión no fue tan contundente. Jugó demasiado sobreexcitado, probablemente muy responsabilizado por lo mucho que había en juego, y actuó alejado de su versión más granítica y sostenible. Tras un primer tiempo en el que permitió demasiadas alegrías a los de Pablo Pin, parecía que el tercer acto iba a ser el de su despegue definitivo (72-56), pero un agujero descomunal en el cuidado del rebote defensivo en el amanecer del acto final complicó muchísimo las cosas.
Vital Pantzar
Entre el recién llegado Samuel Griffin, notable puesta en escena, y los nervios propios llevaron hasta el límite los corazones de Miribilla (84-81), pero el conjunto vizcaino resolvió la papeleta desde la línea de tiros libres y de la mano de un Melwin Pantzar que se echó el equipo a las espaldas en los momentos más calientes, resolviendo situaciones límite gracias a sus penetraciones.
Junto al base sueco, que acabó con 20 puntos, seis rebotes y cinco asistencias para 33 créditos de valoración, brilló con luz propia un Thijs De Ridder excelente en ataque y defensa (19 puntos y nueve capturas), con un muy buen acompañamiento de Zoran Dragic, quien también dio un paso al frente en los momentos más exigentes. Con reparto en las labores anotadoras, los anfitriones sobrevivieron a otro mal partido desde la línea de tiros de tres puntos (8 de 30, 26,7%), aunque fueron los siete rebotes en ataque concedidos en el acto final, para doce totales, lo que estuvo cerca de provocar el descarrilamiento.
Dientes de sierra
El conjunto vizcaino le dio un buen arranque al partido (8-0) con dos acciones de ‘dos más uno’ de Muhammad-Ali Abdur-Rahkman y De Ridder, pero los de Pin se engancharon rápidamente al marcador con dos triples de Amine Noua y Omar Silverio y un par de canastas de Rubén Guerrero debajo del aro (11-8). Los de Ponsarnau siguieron llevando la iniciativa, pero entre triples fallados y puntos fáciles regalados en forma de tiros libres y bandejas concedieron demasiadas facilidades a un rival que las aprovechó gustoso para cerrar el primer cuarto con un 18-22 merced a un muy dañino parcial de 0-10.
Entre Tomasz Gielo y Harald Frey taponaron en menos de tres minutos el amago de vía de agua (27-27), pero al juego del Surne Bilbao Basket le seguía faltando mucha consistencia, con demasiados fallos cerca del aro y permitiendo demasiado espacio en algunos triples granadinos, lo que aprovecharon el eléctrico Griffin y Ousmane Ndiaye. A Ponsarnau no le gustaba nada el guion de la película y la paró con el 30-35 a cinco minutos del descanso. Los suyos respondieron. Aunque fuera a trancas y barrancas por su exceso de nerviosismo y por el enfado con la actuación arbitral, recuperaron el control del luminoso (42-40), pero una nueva desconexión concedió demasiada libertad a Noua en ataque y al ecuador de la contienda se llegó con un inquietante 46-46.
A esas alturas de la cita, el 6 de 12 en triples de los de Pin era un problema, además de los seis puntos encajados tras pérdidas subiendo la bola, un ejemplo de que los anfitriones estaban lejos del nivel de aplomo que el duelo requería, con un grado de sobreexcitación que impedía alcanzar la necesaria sostenibilidad en su juego.
Amago de despegue
El conjunto vizcaino regresó de vestuarios mucho más enchufado y con De Ridder dirigiendo las operaciones en la parcela ofensiva y mucha mayor actividad atrás empezó a complicarle la vida al Granada. A mediados del tercer acto fabricó su mayor renta de la contienda hasta ese momento (61-52), y aunque en primera instancia desaprovechó un par de ataques para provocar aún más zozobra a los de Pin, entre Dragic y Marvin Jones colocaron un fantástico 66-54 a 12:57 del final. Hasta los 16 puntos llegó el colchón de los ‘hombres de negro’ antes de que un triple de Silverio enviara el choque a sus últimos minutos con un 72-59.
Se complicó demasiado la vida el conjunto vizcaino al conceder cuatro rebotes ofensivos al Granada en un abrir y cerrar de ojos y encajar seis puntos (74-65). Regresó De Ridder a cancha para aliviar a los suyos con cinco puntos, pero ese 79-65 no fue sinónimo de tranquilidad. Ni mucho menos. Los anfitriones entraron en estado de nervios, Griffin mostró su versión más punzante en el uno contra uno y el marcador fue estrechándose mientras crecían los nervios en la cancha y en la grada. Al 81-78 tras triple de Elias Valtonen respondió Pantzar con un ‘dos más uno’ y tras el 84-81 tras canastón lejano de Griffin acudieron al rescate el sueco y Dragic para alcanzar un triunfo que aporta muchísima tranquilidad.