Tras completar su trabajo de manera intachable ante el Bàsquet Girona (victoria y average favorable) en el regreso a la actividad de la Liga Endesa, el Surne Bilbao Basket coloca ya sus cinco sentidos en el encuentro de ida de los cuartos de final de la FIBA Europe Cup que le enfrentará este miércoles (20.00 horas) al Tofas Bursa en el Bilbao Arena. El turco es un rival duro y potente, con una plantilla larga, sobresaliente potencial anotador y numerosos focos de peligro. Sin embargo, entre todos ellos destaca la figura de Marcquise Reed, escolta estadounidense de 29 años que tiene en su abrumadora capacidad para sumar puntos su gran rasgo identitario.
Tras cuatro temporadas en el baloncesto europeo, repartidas entre Francia e Italia, mostrando su catálogo de peligro de cara al aro rival, aterrizó el pasado ejercicio en el Buyukcekmece y la explosión de sus números -máximo anotador, con 21,1 puntos por cita, y líder en robos de balón, con 1,9, de la liga turca- le permitió dar un paso al frente en su carrera, aterrizando en el Tofas Bursa, donde sus cifras apenas han sufrido retroceso pese a jugar en un ecosistema mucho más competitivo y rodeado por más jugadores que requieren también su dosis de tiro. De hecho, ha sido el mejor anotador de la segunda fase de grupos de la FIBA Europe Cup, promediando 20,8 puntos, y en Turquía, donde suma 18,2, solo le supera Saben Lee, recientemente traspasado del Manisa al Olympiacos.
Reed es un killer, de esos jugadores capaces de volver loca a cualquier defensa por la electricidad de su juego. Muy peligroso desde la distancia triple pese a no ser especialista puro, es en las cortas e intermedias distancias donde más caos genera por su capacidad para penetrar a canasta para finalizar sin miedo en las cercanías del aro pese a su escaso 1,91 o deteniéndose para levantarse a tres o cuatro metros. En su hoja de servicios de la presente temporada hay ya numerosos ejemplos de voracidad anotadora. En competición doméstica ha superado la veintena de puntos en nueve de los 18 partidos disputados, destacando los 29 que le metió al Galatasaray (14 de 16 en tiros libres), los 27 contra el Manisa o los 26 que se llevaron el Anadolu Efes (11 de 20 en lanzamientos de dos puntos) y su exequipo. En Europa, tanto el Oporto como el Maroussi recibieron 31 y 32 puntos. En las dos citas contra el Casademont Zaragoza cosechó 24 y 14.
BAJO EL RADAR
La carrera baloncestística del escolta de Landover ha viajado por debajo del radar. No recibió ofertas de universidades de renombre y arrancó su periplo en la NCAA en la modesta Robert Morris, de donde pasó a la más competitiva Clemson. Pese a anotar 19,4 puntos en su último ejercicio, no fue seleccionado en el draft de la NBA y tras dos partidos con los Detroit Pistons en la Liga de Verano de Las Vegas recaló en el baloncesto europeo. Su puerta de entrada fue el Chorale Roanne francés, conjunto en el que se formó Malcolm Cazalon, el último refuerzo de los hombres de negro, y sus 16,4 puntos le permitieron fichar por el Nanterre, con el que disputó la Eurocup. Su siguiente destino fue el Gravelines-Dunkerque -durante ese verano su nombre estuvo vinculado al Río Breogán- antes de recalar en 2022 en el baloncesto italiano de la mano del Brindisi, con el que ya dejó muestras de su capacidad anotadora en la FIBA Europe Cup al promediar 17 puntos por contienda. Pero ha sido en Turquía donde ha dado un importante salto en su carrera, demostrando sus facultades en un ecosistema más competitivo y ahora asoma como una gran amenaza para el Surne Bilbao Basket en su camino hacia su segunda semifinal continental consecutiva.