El Bilbao Basket ha llegado a un momento de “máxima responsabilidad” en la temporada, en el que el margen de error en la carrera por la permanencia se viene reduciendo por las oportunidades perdidas de sumar más victorias. El de mañana ante el Lleida es un duelo “muy importante” y como tal deben afrontarlo los hombres de negro, cuya entereza mental va a ser puesta a prueba de nuevo. “Siempre hay algunos partidos que se convierten en más importantes y este lo es. Lo sabemos y habrá que encontrar muchas cosas buenas en nuestro juego porque si no, nos va a costar”, indica Jaume Ponsarnau.
El técnico catalán es consciente de que su equipo tiene que ser “más competitivo”, sobre todo a la hora de manejar aquellos minutos en los que se deciden los partidos. También hay que “encontrar acierto desde el juego colectivo porque todo lo que haces es para tener acierto”. “Hay parámetros estadísticos que indican que somos un muy buen equipo en esta liga. Lo que pasa es que en posesiones determinantes de partido no hemos sido tan buen equipo. Eso se ha notado en un rebote, en ese tiro de tres que te meten y que tú no metes, en ese tiro libre que no metes... Al final, eso es lo que marca que ahora estemos en una posición de mucho respeto y de responsabilidad, pero el cómo lo hemos hecho nos tiene que dar confianza para afrontar esos finales de partido y esos momentos en los que hay nervios”, añade Ponsarnau.
Ahora que los jugadores lesionados se han recuperado y la llegada de Silverio ha provocado un sobrepoblación en las posiciones exteriores, Ponsarnau apeló a la necesidad de que “todos los jugadores estén preparados cuando les toque salir, como le ocurrió a Rubén Domínguez hace unas semanas”. “Pretendemos tener una energía alta en la cancha, pero varios jugadores no están encontrando confianza y tenemos que apostar en cada partido por los que creemos más convenientes, intentando acertar en la elección. Porque estamos teniendo poca producción ofensiva en posiciones en las que debemos tenerla”, explica.
Y al margen de las prestaciones del equipo, un factor clave tiene que ser el público ya que en Miribilla acogerá partidos decisivos. “Espero que se cree una atmósfera difícil para el rival, como nos hemos encontrado últimamente. Todo empieza por lo que hagamos en la pista, pero lo que nos pueda ayudar nuestra gente va a ser importantísimo. Ahora es un momento en el que todo el mundo se juega mucho y en el que las aficiones juegan”, asegura Ponsarnau.