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El Surne Bilbao Basket explota desde la línea de tres puntos y arrasa en A Coruña a lomos de un Rubén Domínguez de récord (79-100)

El conjunto vizcaino supera su plusmarca desde más allá de la línea de 6,75, con 20 dianas, y el alero gaditano bate el mejor registro anotador de los 'hombres de negro' en un partido, con 35 puntos

El Surne Bilbao Basket explota desde la línea de tres puntos y arrasa en A Coruña a lomos de un Rubén Domínguez de récord (79-100)ACB Photo/A. Baúlde

Y por fin, después de seis partidos seguidos sin llegar al 30% de acierto en el triple y una primera parte en la que las cosas parecían seguir por el mismo camino (23%), los dioses del baloncesto decidieron librar al Surne Bilbao Basket de la maldición que le maniataba en el lanzamiento de larga distancia y los de Jaume Ponsarnauexplotaron en tierras gallegas con una segunda mitad de 62 puntos y 16 misiles de larga distancia besando la red (los 20 totales anotados suponen la plusmarca histórica del conjunto vizcaino) para arrollar por 79-100 al Leyma Coruña y regalarse una victoria de extraordinario valor pues les permite alejarse de la zona peligrosa de la tabla clasificatoria y acomodarse en otra más templada.

El renacer triplista de los hombres de negro, tan brillante como extraordinario, tuvo a dos principales protagonistas. Le quitó la tapa al aro un Muhammad-Ali Abdur-Rahkman que engatilló cuatro seguidos al regreso de vestuarios para dar aire en el marcador a los suyos tras una primera mitad igualada, pero fue Rubén Domínguez el que brilló con luz propia firmando registros históricos para la franquicia de Miribilla. El joven alero gaditano, que hasta el momento había brillado en la primera fase de grupos de la FIBA Europe Cup pero no había tenido demasiadas oportunidades de lucimiento en la Liga Endesa, aprovechó la ausencia de Kristian Kullamae por lesión para mostrar su tremenda calidad ofensiva y explotar con 35 puntos (supera en uno los 34 anotados por Axel Bouteille en 2019) con un celestial 8 de 10 en triples (también récord) acompañado por un no menos brillante 5 de 8 de dos puntos. Extraordinario.

En el baloncesto de hoy en día todo es más fácil si acompaña el acierto desde la larga distancia. Sirve de muestra lo de este sábado. Tras una primera mitad de bajos guarismos anotadores (33-38) fruto del desacierto de ambos equipos, los de Jaume ponsarnau firmaron la estampida cuando encontraron el respaldo de los buenos porcentajes en el triple. Los de Diego Epifanio resistieron la primera andanada para llegar a los últimos diez minutos con un inquietante 57-62, pero lo del acto final fue un festín ofensivo para los visitantes. Fue Domínguez, quién si no, el que rompió el choque con cuatro dianas seguidas desde los 6,75 y a su estela se sumaron Tomasz Gielo e incluso Marvin Jones para firmar un extraordinario 22-38 en diez minutos que son ya historia pura del Surne Bilbao Basket.

A BAJO RITMO

Y eso que a los de Ponsarnau les costó carburar. El triple de Thijs De Ridder con el que se inauguró la contienda fue un espejismo, pues el Surne Bilbao Basket no tardó en acumular un parcial de 11-0 en contra. Exigido desde el arranque, la entrada en pista de la segunda unidad revitalizó a los visitantes, quienes con el inicial acierto triplista de Domínguez y Gielo consiguieron igualar la cita a quince puntos, pero en sus filas seguía habiendo demasiados errores a corregir, como su 6 de 19 en tiros de campo, los excesivos tiros libres concedidos al rival y los cuatro rebotes ofensivos capturados por la escuadra gallega en un primer cuarto cerrado con un 16-15.

El acierto del alero gaditano permitió a los hombres de negro recuperar el control del marcador, pero fue algo fugaz porque regresó el desacierto en ataque, con jugadas de hasta tres lanzamientos desaprovechados y otros dos fallos seguidos de Tryggvi Hlinason a centímetros del aro. En esas circunstancias, y ante el riesgo inminente de naufragio, Ponsarnau tuvo que parar el choque a 5:05 del descanso porque las sensaciones eran incluso más inquietantes que el 30-23 y el ecosistema del duelo cambió radicalmente. Reaccionaron los suyos con un parcial de 0-9 (30-32) pese a algunos errores, pero con el Leyma Coruña también desacertadísimo en ataque fueron los visitantes los que alcanzaron el ecuador de la cita con una buena renta de cinco puntos (33-38) gracias a un triple a tabla de Domínguez sobre la bocina.

La ventaja de los de Ponsarnau con un 45% en lanzamientos de dos puntos, un 23% más allá de la línea de 6,75 y un 54% en tiros libres explicaba a la perfección el desatino global en el que se movía la contienda. Solo el hecho de acumular a esas alturas diez lanzamientos más que su rival permitía que fueran los visitantes los que dominaran la situación, dejando claro que el choque iba a acabar decántandose del lado de la escuadra que consiguiera mejorar su efectividad a guarismos simplemente correctos. Pero lo que llegó fue una detonación sideral.

EXPLOSIÓN

En la reanudación, el Surne Bilbao Basket salió victorioso de un brutal intercambio triplista en el que Abdur-Rahkman, con cuatro aciertos consecutivos, se bastó el solito para superar los tres anotados por el Leyma Coruña, con Taylor también inspirado. Así las cosas, los visitantes se impulsaron hasta un interesantísimo 48-57 pasado el ecuador del tercer cuarto pero no fueron capaces de consolidar su colchón. Atoumane Diagne salió al rescate de los suyos haciendo mucho daño en las distancias cortas, tanto en defensa como en ataque, y aunque Domínguez volvió a escena para sacar a los suyos del bache, el partido llegó a sus diez minutos finales con un 57-62 que dejaba todo por decidir.

Y una vez más, fue el alero gaditano el que decidió coger el toro por los cuernos y tirar de muñeca para, con otras tres dianas desde la distancia triple, impulsar a los suyos a lo que era hasta entonces su máxima ventaja del encuentro a 6:22 de la última bocina, un 61-71 que sonaba a música celestial. Y si no quieres taza, pues taza y media, pues a la salida de tiempo muerto enchufó uno más con tiro adicional, a lo que siguió otro de Gielo para abrir las puertas del cielo con un extraordinario 63-78 a 5:26 del final. Los anfitriones, en situación desesperada, activaron con acierto a Trey Thompkins en el poste bajo, pero esta vez no hubo ni el más mínimo titubeo en las filas vizcainas y sí ganas de disfrutar con el acierto recuperado hasta el magnífico 79-100 final.