Cuando el Bilbao Basket y el Baskonia se enfrentaron en la Euskal Kopa el 13 de septiempre, el optimismo impulsaba a amos equipos. Los vizcainos estaban mostrando una imagen atractiva en pretemporada, que se refrendó al superar de forma holgada la eliminatoria previa de la FIBA Europa Cup, que era un objetivo prioritario. Por su parte, los gasteiztarras habían abrazado con ilusión la llegada de Pablo Laso a su banquillo ya que suponía el regreso del hijo pródigo, de un baskonista de cuna, y se esperaba que su tarea sirviera para devolver al equipo a puestos cabeceros de la Liga Endesa.
Sin embargo, tres meses después de ese duelo de Azpeitia las acciones de ambos cotizan a la baja y la ilusión se ha transformado en preocupación en ambos lados de la autopista. Nunca se ha vivido un derbi con los dos conjuntos cargados con tantas derrotas, seis en nueve partidos, y mirando más para abajo que para arriba en la clasificación de una competición muy igualada. Una victoria en seis partidos acumulan los hombres de negro, que con el objetivo de no pasar apuros ven de cerca los puestos de descenso y deben recuperar la buena senda para no meterse en más líos. A la misma distancia, un partido, los tienen los baskonistas, para quienes esa batalla parece ajena. Lo suyo es que pueden volver a quedarse de nuevo fuera de la Copa, su torneo fetiche, y necesitan sumar victorias desde ya para no hacer más profunda la brecha con los ocho primeros.
Está claro que ni el Bilbao Basket ni el Baskonia están para sacar pecho a estas alturas, sino para hacer propósito de enmienda inmediata y corregir aquellos aspectos de su juego que les están lastrando en sus resultados. En el caso de los bilbaínos, lo que más les ha penalizado es su mala gestión de las ventajas, sobre todo en los partidos como visitantes, esos agujeros en los que caen después de haber hecho lo más difícil, que es lograr rentas incluso cercanas a los veinte puntos. Por ahí se le han escapado al equipo de Jaume Ponsarnau quizás un par de victorias.
Las estadísticas apuntan que el principal problema de los bilbainos hasta ahora es el del rebote ya que es el equipo que más rebotes concede a sus rivales en su tablero, algo más de trece, lo que a su vez le limita en una de sus mejores virtudes. El Bilbao Basket es, según la cuenta especializada @lebstats_gal, es el segundo equipo que más anota en los primeros siete segundos de posesión. Sin embargo, no está pudiendo correr tanto como debería para conseguir más puntos sencillos por esa falta de contundencia en su rebote, que mañana deberá mejorar ya que el Baskonia es uno de los mejores en capturas en ataque, como lo son varios de los siguientes rivales de los de Ponsarnau.
Mejorar en los triples
A la hora de atacar más largo, los hombres de negro también deben mejorar su porcentaje en triples ya que 32,6% está claramente por debajo de lo esperado cuando se diseñó la plantilla ya que se suponía que contaba con más amenaza amenaza. Ocurre que los jugadores que más tiempo tienen el balón en sus manos, esto es Kullamae, Abdur-Rahkman y Dragic, son los que están siendo menos eficientes y certeros en sus lanzamientos y eso lo está pagando el Bilbao Basket en esos tramos en los que debe rematar los partidos. Precisamente, este de los triples es otro aspecto que puede tener mucha incidencia en el derbi ya que el Baskonia es el equipo que más triples anota (11 por partido) y el que tiene mejor porcentaje de acierto, por encima del 40%, pero también el que peor defiende la línea de 6,75 metros ya que está concediendo un 40,6% a sus rivales.
Por eso, los vizcainos tendrán que elevar su acierto en ataque en un derbi que se prevé de marcador alto porque el Baskonia se está desangrando con su defensa, la peor de los dieciocho equipos con 93,2 puntos en contra. Esta es la mayor censura hacia las prestaciones de los gasteiztarras, sobre todo porque no ha sido algo habitual en su trayectoria en la Liga Endesa. En cambio, el equipo de Pablo Laso tiene el cuarto mejor ataque en términos absolutos con casi 89 puntos por partido, cinco jugadores por encima de los once puntos y solo uno por debajo del 37,5% en triples. Dado que la motivación y la necesidad de sumar el triunfo se dan por supuestas en los dos bandos, el factor físico después de una exigente semana europea tendrá mucha influencia. Los aficionados del Bilbao Basket firmarían que todo acabara como la pasada temporada, con un triple casi la bocina para ganar, porque ellos y su equipo están necesitados de ver las cosas con un poco más de tranquilidad.