Sergio de Larrea, un talento especial

La esperanza no está del todo perdida y esta temporada empiezan a asomar en la ACB algunos jugadores jóvenes que deben asegurar el futuro de la competición. Uno de ellos es Sergio de Larrea, que sin haber cumplido aún 19 años ya ha dejado muestras de su clase y su talento en el Valencia Basket sin haber acusado el salto desde la LEB Plata. Pedro Martínez contaba con él desde el principio, sin prisa pero sin pausa, y la lesión de Chris Jones le ha dado la oportunidad de disputar más minutos que el joven pucelano está aprovechando. Otros nombres han debutado en los últimos años en la Liga Endesa, pero De Larrea, que apenas lleva media docena de partidos con el primero equipo taronja, es alguien especial y un perfil que nunca ha tenido el baloncesto español, al menos en la época reciente.

Desde sus dos metros de altura, o algo más, juega de base y, con el margen de mejora que corresponde a alguien de su edad, demuestra que puede manejar todas las herramientas, al menos en el lado ofensivo. Formado en el Colegio San Agustín de su ciudad natal, eligió desde cadete seguir su formación en la cantera del Valencia, que cuenta con unas instalaciones y unos medios inmejorables “y tengo todo lo que hace falta para seguir mejorando”.

Estudiante de Ingeniería Biomédica, su buena cabeza le hizo rechazar ofertas de universidades americanas, que la ofrecían importantes cantidades de dinero, para quedarse en L’Alquería, donde ahora se ha topado con un entrenador que le exige y le da confianza para que muestre su desparpajo dentro de un estilo de juego de ritmo alto y rápida búsqueda de ventajas que conoce desde las categorías formativas.

Precisamente, sus características le han hecho ser un jugador muy cuidado y vigilado por la Federación Española, jugando casi siempre con chavales de más edad. De hecho, Sergio Scariolo ya le abrió las puertas y le dio la oportunidad de debutar con la absoluta en la última preparación olímpica. Y, probablemente, Sergio de Larrea estará también en las próximas ventanas de noviembre con un papel importante. “Es un jugador por el que apostamos mucho de cara al futuro”, asegura el seleccionador. El techo del base vallisoletano es muy alto y su desparpajo le ha llevado a superar los diez puntos en los dos últimos partidos de la Eurocup, donde ha rozado los veinte minutos de juego. La muestra es aún pequeña y el futuro es impredecible, pero el jugador ya está dando con decisión los primeros pasos.