El Bilbao Basket recupera el paso liguero veinte días después de su victoria ante el Valencia Basket que le permitió llegar a este punto de la temporada con cierta tranquilidad. Esta jornada verá duelos de seis de los ocho últimos ante rivales de la zona de un play-off y un partido dramático entre el Girona y el Obradoiro. Para los hombres de negro, el regreso tendrá parecida dificultad o más que la última cita ante los taronjas ya que visitan al Unicaja, el segundo clasificado de la Liga Endesa con aspiraciones aún de alcanzar al Real Madrid en el liderato. Los costasoleños solo han perdido un partido en casa, en la segunda jornada, y suman 17 triunfos en 18 partidos. Además, los bilbainos no ganan en el Carpena desde 2010.
“Es junto al Murcia, el Madrid y el Barcelona el equipo más físico de la liga”, expone Jaume Ponsarnau. El equipo malagueño utiliza esa capacidad física para imponer un alto ritmo de juego. “Es un equipo que juega a muchas posesiones, muchos contraataques y que es muy eficaz, roba balones, rebotea bien y, por tanto, ya tiene dos armas muy buenas para iniciar las situaciones de transición. Es un equipo muy completo y por eso es el segundo clasificado”, añade el técnico del Bilbao Basket para resaltar la dificultad de la empresa de hoy.
El parón de selecciones ha hecho que el equipo vizcaino llegue al partido de hoy con apenas dos entrenamientos grupales esta semana en los que la prioridad ha sido “no perder el ritmo, la dureza…”, aunque Ponsarnau asegura que ha visto a sus jugadores con un buen tono. “Han venido bastante bien, se han reencontrado con una sonrisa en la cara y con ganas de bromear con sus compañeros y eso tiene que ser una buena señal”, señaló el entrenador del Bilbao Basket, que aprovechó la semana de la Copa “para meter alguna cosa nueva que nos puede ayudar y en tratar de recordar nuestras señas de identidad para tratar de ser competitivos ante un rival que te lo pone muy difícil”. Con todo, Jaume Ponsarnau se muestra positivo sobre el futuro porque “los jugadores siguen con ganas de mejorar y de progresar. Esto puede ser negativo si se transforma en frustración si las cosas no salen, pero tienen ambición por alcanzar sus máximos de manera más consistente y regular”.
En el partido de la primera vuelta, los bilbainos se quedaron en 43 puntos, la menor anotación de toda su historia. Es un antecedente que se quiere obviar, sobre todo porque Ponsarnau cree que su equipo “tiene más armas, también a nivel mental, para intentar que no se repita. Aunque puede ocurrir que en los momentos de dificultad se nos venga a la cabeza”. En este sentido, acudió al reciente partido ante el Murcia para “aprender cómo debemos afrontar un partido de este tipo. Cuando las cosas se complican hay que hacer las cosas que te dan seguridad para no cometer errores”.
Dos amenazas
Tras el disgusto que para ellos supuso caer eliminados en cuartos de final de la Copa ante su público, el Unicaja ha tenido un par de semanas para preparar el partido de hoy sin sus internacionales Alberto Díaz, Yankuba Sima y Kendrick Perry, que se enfrentó con Montenegro precisamente a la Suecia de Pantzar y Andersson. Ibon Navarro ha podido estudiar a un Bilbao Basket al que considera peligroso. “Es un equipo que ha tenido problemas de lesiones, de jugadores que, por diferentes motivos, han tenido bajones en su rendimiento. Pero creo que el fichaje de Hornsby les ayuda mucho, les da un punto más de anotación más allá de Adam Smith o de los bases puedan ser jugadores que en un momento dado te anoten… Este jugador ya te genera otro punto de atención, muchas veces coinciden en el campo él y Smith, con lo cual ya son dos jugadores a los que tienes que frenar”, comentó el técnico gasteiztarra del Unicaja.