DESDE su aterrizaje en la máxima categoría del baloncesto estatal, allá en la temporada 2004-05, el Bilbao Basket no se ha caracterizado por ser un club triturador de entrenadores. Nueve técnicos en las últimas veinte temporadas no es un número en absoluto exagerado para lo que se estila en una competición como la ACB, teniendo en cuenta sobre todo que dos de ellos tuvieron un paso fugaz durante aquel curso 2017-18 de infausto recuerdo que desembocó en el descenso a la LEB Oro. La estabilidad, con algunas excepciones, ha sido la nota habitual en la entidad de Miribilla en lo que a inquilinos de su banquillo principal se refiere. Txus Vidorreta (2001-enero de 2010), Fotis Katsikaris (enero de 2010-2013), Rafa Pueyo (2013-14), Sito Alonso (2014-16), Carles Duran (2016-noviembre de 2017), Veljko Mrsic (noviembre de 2017-abril 2018), Jaka Lakovic (mayo 2018) y Álex Mumbrú (2018-22) se han sentado en él antes que Jaume Ponsarnau y se da la circunstancia de que todos ellos, salvo el actual director deportivo del conjunto vizcaino, dirigen actualmente a otras escuadras de la Liga Endesa. Siete entrenadores en los 17 equipos rivales es una cifra considerable. Además, en la relación de banquillos con aroma a hombres de negro hay que agregar a Roger Grimau, a los mandos del Barça y exjugador del equipo vizcaino entre 2011 y 2014.

Veljko Mrsic (Río Breogán). En el Bilbao Basket desde 2017 a 2018

El último en sumarse a esta relación ha sido Katsikaris, que el pasado domingo debutó en el banquillo de un rival directo como es el Bàsquet Girona, sustituyendo a Salva Camps, con una contundente victoria frente al Coviran Granada. El griego, que en Bilbao sustituyó a toda una institución como Txus Vidorreta para elevar a la entidad a sus más elevadas cotas deportivas, llevaba alejado de las labores técnicas casi dos años, desde que en febrero de 2022 fuera destituido por el Unicaja, y la semana pasada aceptó el reto de colocarse a los mandos de un conjunto que tras haber acumulado siete derrotas seguidas se encuentra inmerso de lleno en la lucha por la salvación. En la misma está Veljko Mrsic al frente de un Río Breogán que a día de hoy ocupa la penúltima plaza de la tabla. El croata, cuyo paso por Bilbao no fue satisfactorio a nivel deportivo –sustituyó a Duran en el ejercicio del descenso para dejar su puesto a Jaka Lakovic el último mes de competición– aterrizó en Galicia en enero de 2022 tras la tumultuosa marcha de Paco Olmos al Burgos, con el que acabó descendiendo mientras los lucenses facturaban un ejercicio notable.

Menos taquicárdico es el destino actual de los otros cinco exentrenadores del Surne Bilbao Basket con banquillo en la Liga Endesa. Carles Duran recaló en su Joventut meses después de su polémica salida de Bilbao y tras evitar de forma paradójica un descenso que parecía ya cantado para los verdinegros ha conseguido devolver al conjunto en el que se había formado a la zona noble de la ACB, aunque este año se ha quedado fuera de la Copa con las lesiones entorpeciendo mucho su camino.

Txus Vidorreta (Tenerife). En el Bilbao Basket desde 2001 a 2010

Sí que estarán en el torneo del K.O. Vidorreta, Alonso, Mumbrú y Lakovic. El bilbaino, tercer entrenador de la historia del Bilbao Basket pues en el primer año de existencia del club, en LEB-2, se sentaron en su banquillo Txutxo Sanz y Pedro Zorrozua, ha capitaneado la época más gloriosa del Lenovo Tenerife desde su llegada al club insular en 2015 –con dos títulos de la Basketball Champions League incluidos, uno de ellos conquistado en Miribilla– y con el que tiene contrato hasta 2028. Sito, por su parte, se ha consolidado en el UCAM Murcia –en el cargo desde enero de 2019 y renovado hasta 2026– tras su abrupta salida del conjunto vizcaino tras dos ejercicios notables rumbo al Baskonia; el catalán, otra institución en Bilbao tanto como jugador como en la faceta de técnico, completando en esta última cuatro cursos con ascenso a la ACB incluido, vive en la eterna taquicardia que acompaña al banquillo del Valencia Basket; y el esloveno, de fugaz paso como primer entrenador de la escuadra vizcaina y principal objeto de deseo de la misma para suplir hace dos veranos a Mumbrú, está completando un intachable trabajo en el Dreamland Gran Canaria.