El Bilbao Basket se enfrenta a una de esas jornadas en las que se dice que hay poco que perder y mucho que ganar. Los hombres de negro, que han desaprovechado algunas oportunidades favorables, necesitan victorias para sumar bazas en la igualada pelea por la permanencia, aunque la visita al líder Real Madrid no resulta la más propicia. Ni siquiera ahora que el equipo blanco está en su peor momento del año y parece más vulnerable que hace unas semanas, “un poco bajos de confianza”, según su entrenador. El equipo de Chus Mateo, que llega sin Tavares y Llull y otros jugadores en bajo momento, acumula dos derrotas consecutivas, pero no querrá sumar una tercera.

Jaume Ponsarnau y sus jugadores son conscientes de la dificultad del duelo de hoy en el Wizink Center. Sin embargo, esperan dar una buena respuesta y tratar de apurar sus opciones en el día en que se estrenará Keith Hornsby. El estadounidense llega para tratar de elevar la producción ofensiva del Bilbao Basket, el gran lastre en los últimos partidos, sobre todo fuera de casa. Será un buen día para ver cómo pueden variar los roles en la plantilla y qué variantes tácticas ofrece a Ponsarnau contar con una nueva amenaza para el tiro de larga distancia, lo que en teoría debería abrir espacios para otros compañeros.

En el bando madridista, agradecen jugar en casa ya que “estamos en un momento de mucho desgaste y necesitamos a nuestra gente”. Mateo no se fía de la diferencia en la clasificación entre ambos equipos y alaba al Bilbao Basket: “Es un equipo que defiende muy bien y que deja al contrario hacer pocas cosas. Necesitamos que nuestro ataque sea fluido; seguro que con trabajo lo logramos. Tenemos que hacer las cosas básicas: defender y rebotear como equipo, ayudarse, no desesperarse si un tiro no entra...”.