No resulta nada sencillo romper la tiranía de los presupuestos en la Liga Endesa. Pronosticar cada vez que arranca un curso la identidad de los equipos que pugnarán por los puestos de honor y los que pelearán por escapar de las plazas de peligro es una labor bastante sencilla. Las diferencias económicas y, por lo tanto, de plantillas son tan pronunciadas que las sorpresas a nivel clasificatorio acostumbran a ser escasísimas cuando se cumple ya con un buen tramo de competición. A día de hoy, con prácticamente un tercio del ejercicio ya disputado, el ecosistema para los conjuntos modestos es, en su mayoría, el que se podía esperar en septiembre. El Baxi Manresa, séptimo, y el Bàsquet Girona, noveno, asoman la cabeza con un balance de 6-5, pero entre la 12ª y la 18ª posición se incluyen los conjuntos que contaban con muchas papeletas para protagonizar la pugna por la permanencia, cada uno con sus problemas y dinámicas, pero casi todos compartiendo realidades como lesiones dañinas o cambios de cromos por necesidad.

En esas se encuentra un Surne Bilbao Basket al que la lesión de tobillo de Tryggvi Hlinason le obliga a rastrear el mercado porque el pívot islandés se perderá probablemente cuatro semanas de competición en un tramo de la temporada especialmente sensible, pues en su horizonte asoman un puñado de encuentros contra rivales de potencial similar al suyo. El problema radica en lo complicado que resulta a estas alturas encontrar jugadores de rendimiento satisfactorio que, además, sean asumibles desde el punto de vista económico.

A día de hoy, son el Zunder Palencia (1-10) y el Río Breogán (3-8) los conjuntos que ocupan las plazas de descenso. El conjunto recién ascendido arrancó con cinco derrotas, ganó en casa a los gallegos y ha hincado la rodilla en los últimos cinco choques, convertido en el equipo de la Liga Endesa que menos puntos anota, 73,9 por cita, y habiendo realizado ya un cambio en su plantilla al cortar al ala-pívot estadounidense Tanner Leisner (dos puntos en cinco partidos) y fichar a un Greg Whittington que hasta el momento tampoco ha aportado grandes soluciones (3,3 puntos por cita). Más problemas de estabilidad han tenido los de Veljko Mrsic, que al menos han ganado sus dos últimos partidos en casa a Joventut y Zaragoza tras arrancar con un 1-7. Zan Mark Sisko y Dimitrios Agravanis salieron del equipo, Anthony Polite y Sergi García han sufrido lesiones y Conner Frankamp, fichado con el curso ya en marcha, se perdió varios encuentros por el fallecimiento de su hermando. La llegada del alero Justin Anderson les ha aportado equilibrio.

Con tres victorias están también un Coviran Granada en línea ascendente tras ganar sus dos últimos partidos a Andorra y Obradoiro y que quiere incorporar al exhombre de negro Jonathan Rousselle para sustituir al israelí Yiftach Ziv y un Casademont Zaragoza que es el claro ejemplo de inestabilidad en cuanto a plantilla, pues en verano Jordan Morgan y Leo Meindl rompieron sus respectivos precontratos, Stefan Jovic se marchó poco antes del arranque del curso, Borisa Simanic se lesionó de gravedad en el Mundial, llegaron Tomasz Gielo y Andrea Cinciarini... Y en plena temporada han fichado a Thad McFadden, Yoanki Mencía y Mitchell Watt, se han marchado Jahlil Okafor y Obi Emegano y ahora tienen lesionados a Jonathan Barreiro y Emir Sulejmanovic, dos piezas fundamentales en los esquemas de Porfi Fisac.

Y con cuatro victorias, al igual que los hombres de negro, se encuentran el Morabanc Andorra y el Monbus Obradoiro. Los del Principado han recuperado ya al lesionado Jerrick Harding –cortaron por ello a otro exhombre de negro, Andrew Goudelock–, incorporaron en octubre a una pieza que puede ser diferencial como Jean Montero, pero en las últimas semanas han sufrido dos serios contratiempos con las lesiones de Tyson Pérez y Stan Okoye. Acumulan cuatro derrotas seguidas. Más regulares están siendo los de Moncho Fernández, que no han encadenado más de dos derrotas consecutivas en ningún momento pero tampoco han entrado en racha exitosa. En su caso, la lesión nada más empezar el curso de Rigoberto Mendoza –llegó Roko Badzim– y la espantada de Eric Washington –incorporaron a Oleksandr Kovliar– también ha entorpecido el camino. El ecosistema de los modestos muy pocas veces es cómodo.