Transcurridas las tres primeras semanas de competición, el Surne Bilbao Basket es uno de los nueve conjuntos que continúan invictos en la FIBA Europe Cup. Líder del Grupo B, sufrió en el choque inaugural para imponerse en la cancha del Anwil Wloclawek para, a continuación, imponer con tiranía su superioridad en cuanto a calidad, físico y riqueza de recursos humanos en los choques como local frente al CSU Sibiu y los Caledonia Gladiators, una victoria por 48 puntos esta última que tiene ya un lugar en los libros de historia de la entidad de Miribilla. Las interioridades de la cuarta competición continental eran desconocidas por estos lares y la disputa de la primera vuelta ha desvelado que la superioridad del conjunto vizcaino, al menos en esta fase de grupos con un total de cuarenta participantes teóricos –los tres conjuntos de Israel abandonaron–, es contundente.

Si el discurrir de los acontecimientos continúa como hasta el momento y los hombres de negro confirman su clasificación para la siguiente ronda, las dificultades irán llegando cuando se crucen en su camino rivales con mayor arsenal competitivo, que haberlos haylos, pero hasta el momento el bloque que tiene a su disposición Jaume Ponsarnau está sabiendo sacar a la luz su considerable superioridad sin tener que exprimir sus individualidades. Cuando se emplea a fondo, o al menos a un nivel notable, los contrincantes están quedando en evidencia.

En estos momentos, el conjunto vizcaino figura en el top-10 de toda la competición en diez categorías estadísticas distintas, en todas salvo en las que tienen que ver con el rebote, en el top-5 en ocho y lidera los epígrafes de anotación (92,7 puntos por cita), valoración (115,3 créditos) y robos de balón (12,3). Su segundo puesto en porcentaje en tiros de campo (52%), el tercero en triples (39,1%), tapones (4) y el quinto en menos faltas cometidas por contienda (17) y lanzamientos de dos puntos (58,2%) son también destacables porque se fundamentan en el colectivo y en el equilibrio de las aportaciones de casi todos sus jugadores, con protagonismo para muchos de ellos en distintas fases de los partidos. El conjunto vizcaino lidera en anotación la FIBA Europe Cup sin que ninguno de sus jugadores figure entre los cuarenta principales artilleros de la competición. El primero es Kristian Kullamae (43º, con 14,7 puntos por contienda) y entre los cien primeros solo figura otro hombre de negro: Sacha Killeya-Jones (82º, con 12). Algo similar ocurre con la valoración. Los de Ponsarnau son los mejores de la competición en este aspecto del juego (115,3) cuando en el plano individual su primer representante, de nuevo el escolta estonio, no aparece hasta el puesto 53 del ranking (15,7).

El segundo puesto de Denzel Andersson en acierto triplista (cuatro de cinco, 80%), el séptimo de Alex Renfroe en porcentaje de tiros libres (88,9%) y el décimo de Xavi Rabaseda en robos (2,3) son las únicas apariciones individuales entre los diez primeros en un equipo abrumador cuando las estadísticas tienen que ver con el colectivo y que ostenta varias plusmarcas del presente ejercicio en la FIBA Europe Cup: máxima anotación (106), más canastas de juego anotadas (40), más robos (17) y mejor valoración (140), todas ellas frente a los Gladiators, y porcentaje más elevado en tiros de campo, con su 61% frente al Sibiu. Además, el reparto de minutos está siendo tan equitativo que el jugador con mayor presencia en cancha entre los hombres de negro, Georgios Tsalmpouris, no aparece hasta el número 144 en el ranking de toda la competición, sin llegar a alcanzar los 24 minutos por compromiso.