El Surne Bilbao Basket le dio al encuentro que le enfrentó este miércoles al CSU Sibiu el uso más adecuado atendiendo a las circunstancias y a la plausible diferencia de potencial entre ambas escuadras. Lo facturó sin mayores sobresaltos (89-64), firmando su segunda victoria en la fase de grupos de la FIBA Europe Cup, repartió minutos, responsabilidades y protagonismo entre todos sus jugadores y evitó sobreesfuerzos tardíos por dar demasiada vida a su rival. Plácida noche en Miribilla con notable afluencia de público teniendo en cuenta la entidad del contrincante.

En esta ocasión, y a diferencia de lo acontecido siete días atrás en Wloclawek, el conjunto vizcaino compareció en Miribilla serio y contundente, dispuesto a decantar la contienda a su favor por la vía rápida. Así lo hizo. Necesitó solo ocho minutos para fabricar su primera renta de dobles dígitos (23-13) y a partir de ahí supo gestionar sin problemas su colchón, pisando el acelerador ante los tímidos intentos de rebelión previos al descanso de los visitantes, muy inferiores en todas las facetas del juego y con el triple como único argumento en ataque, pues cada vez que trataron de entrar en la zona bilbaina sufrieron un cortocircuito.

Por su parte, los de Ponsarnau pudieron actuar en modo ahorro de energía, en formato ensayo general ante el exigente duelo de Liga Endesa del domingo ante el Lenovo Tenerife. Dictatoriales en defensa en las distancias cortas e intermedias, pudieron jugar al galope (estratosférico 35-3 en puntos al contraataque), gustar y gustarse. Ningún jugador llegó a los 25 minutos de presencia en cancha, cinco alcanzaron los dobles dígitos de anotación (Thijs De Ridder, Georgios Tsalmpouris, Kristian Kullamae, Tomeu Rigo y Tryggvi Hlinason), Unai Barandalla tuvo rodaje (en esta ocasión fue Denzel Andersson el que se quedó fuera de la convocatoria para sumar el quinto cupo de formación) y los Adam Smith, Alex Renfroe y Xavi Rabaseda pudieron descansar, dejando que fueran los más jóvenes los que llevaran el peso de la contienda.

BUEN ARRANQUE

El conjunto vizcaino mostró su superioridad desde el salto inicial aunque los visitantes intentaron resistirse al principio merced a un par de triples de Yordan Minchev y Mirel Dragoste. Los de Ponsarnau dominaron a su antojo, encontraron una autopista hacia el aro rumano por la que Alex Renfroe transitó sobre alfombra, pudo correr imponiendo su superioridad defensiva cerca del aro y Rinkevicius tuvo que parar la contienda en el ecuador del primer cuarto con un 16-9 en el luminoso. El triple era el único argumento que podía explotar a cuentagotas el CSU Sibiu, demasiado escaso ante lo que tenía delante. Ponsarnau dio tempraneros minutos a Rigo y De Ridder y ambos fueron, junto a un Hlinason que necesitaba también confianza, los protagonistas del demarraje, cerrándose los diez primeros minutos con un contundente 29-17.

A partir de ahí, tocó labores de gestión, evitar que el CSU Sibiu pudiera sentir que podía competir la contienda. Los interiores del conjunto anfitrión, infinitamente superiores, dispararon la ventaja hasta el 38-21 y los rumanos, voluntariosos pero endebles, volvieron a encontrar una fugaz tabla de salvación desde la distancia de tres puntos. Tres dianas seguidas de Pavlin Ivanov y Minchev les acercaron hasta un irreal 40-32 a menos de dos minutos del descanso, pero los anfitriones se reactivaron para confeccionar en un abrir y cerrar de ojos el 46-32 con el que la cita alcanzó su ecuador.

A esas alturas de la película el Surne Bilbao Basket lucía ya guarismos demoledores. 16-0 tras pérdida del rival, 18-0 en puntos al contraataque, 22-6 en puntos en la pintura y 24-8 en lo referente a facturación de los banquillos, con los visitantes habiendo sumado más canastas de tres (seis) que de dos (cinco).

DOMINIO

En la reanudación, solo hicieron falta cuatro minutos para que la brecha se agrandara hasta los veinte puntos con una dinámica que se repitió una y otra vez: buena acción defensiva en forma de robo de balón o tapón y canasta a la contra de Sacha Killeya-Jones, De Ridder, Kullamae, Tsalmpouris o RIgo. Puntos y brillo para todos. La ventaja bilbaina  se disparó hasta los 28 puntos (65-37) en el tramo final del tercer acto y a los rumanos ya solo les quedó intentar que el estropicio fuera lo menos dañino posible.

A ello contribuyó en cierta medida la lógica relajación de la escuadra vizcaina en los compases finales, con el encuentro convertido en un correcalles sin ningún aliciente. Los visitantes se acercaron hasta el 72-56, los hombres de negro ni se inmutaron y el 89-64 final resumió un duelo tremendamente desigual, un compromiso utilizado por el Surne Bilbao Basket como satisfactorio entrenamiento ante lo que está por llegar, en primera instancia la visita el domingo de un Lenovo Tenerife herido, necesitado de victorias y por lo tanto incluso más peligroso si cabe y el próximo miércoles el enfrentamiento, de nuevo en el Bilbao Arena, contra los Caledonia Gladiators.