El Bilbao Basket arranca hoy la fase más complicada de su calendario en la Liga Endesa, que puede marcar su techo y algunas de sus aspiraciones esta temporada. Los hombres de negro acumulan cuatro victorias seguidas entre liga y Europa que les han dado mucha tranquilidad en el proceso de mejora, pero en los dos próximos meses jugarán ante siete de los ocho primeros del curso pasado y los resultados pueden variar de signo. En el Palau Blaugrana tienen la primera de esas pruebas de máxima exigencia.

El conjunto bilbaino solo ha ganado tres veces al Barça en su cancha y la última hace tres campañas les sirvió para meterse en la Copa. Normalmente, los azulgranas han impuesto su superioridad y hoy también son favoritos, por más que los dos equipos lleguen con el mismo balance de cuatro victorias y una derrota.

Como siempre en este tipo de partidos, para aspirar a la victoria el Bilbao Basket tendrá que rozar la perfección y que el Barça no tenga su mejor día. En lo que depende de los jugadores de Jaume Ponsarnau, son obligadas la solidez defensiva y la intensidad para frenar a todos los focos de anotación de los que dispone Roger Grimau y mantener un alto nivel de acierto para evitar que el Barça pueda encontrar situaciones de campo abierto.

Brizuela, Parra, Parker y Hernangómez ya están asomando al nivel que se esperaba cuando se les fichó, Laprovittola lleva los mandos en muchos momentos para resolver o generar y jugadores como Jokubaitis y Da Silva también han crecido en su aportación para alargar la plantilla, de tal forma que en el Palau ya casi nadie se acuerda de Mirotic y Jasikevicius. “Estoy muy contento de la química que hay en el equipo. Es un aspecto invisible para el público, pero fundamental”, afirmó el técnico culé tras la contundente victoria ante el Bayern Munich por casi 40 puntos en la Euroliga.