AHORA que las posiciones se diluyen en el baloncesto, que el small-ball (poner en cancha jugadores pequeños y móviles) se impone en las pizarras de muchos entrenadores, la ACB se reivindica como la liga de los hombres grandes, un territorio donde los pívots de 2,10 metros o más siguen siendo piezas muy cotizadas y tienen una influencia evidente en el juego. Todos los clubes quieren contar con al menos un jugador de este perfil y, de hecho, son 28 los que figuran en las plantillas de los 18 equipos y solo tres no lo tienen: Manresa, Breogán y Gran Canaria. Movilidad, intimidación, resolutividad o capacidad de pase, varias son las virtudes que pueden adornar a los pívots en el ecosistema del baloncesto europeo, donde cada vez se les pide que hagan más cosas. No es fácil encontrar a quien las reúna todas, pero si, además, se añaden amenaza en el juego de cara se convierten ya en un lujo para cualquiera.

En este sentido, el Bilbao Basket no ha querido quedarse atrás y cuenta en su plantilla con Triggvy Hlinason, Sacha Killeya-Jones y Giorgios Tsalmpouris. Los dos primeros están destinados a ocupar el puesto de cinco, mientras que el griego, curiosamente el más alto de los tres según los datos oficiales, se moverá entre el cuatro y el cinco porque sus características quizás no responden exactamente ni a un puesto ni a otro del modo tradicional. Por eso, buscar ese molde en el que Tsalmpouris encaje es uno de los retos tácticos de Jaume Ponsarnau esta temporada para hacer buena la apuesta por un bloque más alto y físico. La renovación del jugador heleno fue una sorpresa, aunque la dirección deportiva y el técnico le tienen bastante fe y creen que puede crear problemas a los rivales.

Dos de los últimos tres premios de MVP de la Liga Endesa han ido a parar a Georgi Shermadini. El Tenerife también tiene tres jugadores de más de 2,13 ya que, además del georgiano, cuenta con Fran Guerra y Dusan Ristic. El campeón Barça ha sumado a Willy Hernangómez para completar con Vesely y Nnaji en un juego interior de mucho poderío físico. Pero el Real Madrid mantiene, de momento, la pareja que forman Tavares y Poirier y ya se sabe que el caboverdiano es considerado el center más determinante de Europa. Ante Tomic sigue marcando diferencias con el Joventut y la llegada de Khalifa Diop al Baskonia puede tener un efecto demoledor.

Clubes que competirán, en teoría, por los mismos objetivos que el Bilbao Basket también cuentan con jugadores grandes en los que apoyar su juego. Así, el Obradoiro recuperó a Pustovyi para acompañar a Guerrero. El Murcia ha incorporado a Birgander y Diagne, dos perfiles complementarios, para mejorar sus prestaciones dentro de la zona. El Zaragoza ha cambiado de raíz todo su juego interior y ha fichado a Dejan Kravic, en su tercera etapa en la ACB, y a Jahlil Okafor, que sin llegar a esas medidas de referencia, es un jugador claramente interior y una de las grandes incógnitas de esta temporada.

Incluso, los dos recién ascendidos no han renunciado a tener en sus plantillas a jugadores muy altos, que se mueven principalmente cerca del aro. El Andorra ha renovado a Felipe dos Anjos, que tuvo un papel escaso en su paso por el Bilbao Basket hace dos temporadas, pero progresa poco a poco. Y el Palencia ha fichado a Anzejs Pasecniks, que algún año tendrá que salir de su letargo, y Matt Haarms, que con sus 2,21 metros será el jugador más alto esta temporada en la Liga Endesa.