EL Bilbao Basket sigue aumentando su racha de derrotas fuera de casa que amenazan con dejarle fuera del reparto de plazas europeas. Solo va a tener una oportunidad más, en Murcia, para añadir una a las tres que tiene desde el mes de diciembre en un duelo que el 14 de mayo puede ser clave en esas aspiraciones. En realidad, esta próxima semana tiene pinta de definitiva ya que el miércoles visitará Miribilla el Breogán, otro rival directo junto al Obradoiro para el noveno y décimo puesto que, salvo sorpresa, llevan a la BCL y el undécimo, que podría suponer jugar la previa.
Los problemas de los hombres de negro ayer en Sevilla fueron los mismos que les acompañan en todo este tiempo cada vez que salen de Bilbao. Les faltó contundencia para impedir muchos de los veinte rebotes ofensivos que dieron mucha vida al Real Betis en sus minutos de atasco y para evitar muchas de las faltas de tiro que otorgaron puntos gratis a los sevillanos. Les faltó también picardía, oficio, para que sus faltas antideportivas fueron menos evidentes y algo más las del rival. Y, al final, a los jugadores de Jaume Ponsarnau les faltó acierto, sobre todo a la hora de la verdad. El Betis concedió muchos tiros abiertos que el Bilbao Basket no convirtió y el 1 de 11 en triples del último cuarto fue una losa insuperable cuando hasta ese momento había llegado con un notable 10 de 22.
Estos errores en el lanzamiento, probablemente, tuvieron que ver con el desgaste físico de los exteriores del equipo vizcaino, con la falta de oxígeno, ya que cinco jugadores deben repartirse tres posiciones durante cuarenta minutos. Adam Smith estuvo en cancha ayer 36 minutos, algo que no es habitual, y ese se reflejó en sus malos porcentajes, sobre todo si se comparan con los de la jornada anterior ante el Manresa. El estadounidense es el único jugador con capacidad de desequilibrio en el uno contra uno, por dentro y por fuera, en esta plantilla del Bilbao Basket y de nuevo fue objeto de constantes dobles marcajes. Eso le lleva tener que forzar tiros o a soltar el balón y cuando esto último ocurre es cuando sus compañeros deben mostrarse resolutivos, algo que fuera de Miribilla no está ocurriendo de forma suficiente para aspirar a las victorias.
El equipo de Ponsarnau movió bien el balón, encontró esas posiciones liberadas, pero no las llevó al marcador mientras en el otro lado la aparición de Jean Montero generó todo tipo de desequilibrios a la defensa del Bilbao Basket. El joven dominicano sumó quince puntos en la segunda parte, en la que no descansó ni un segundo porque se lo permiten sus 19 años. Entre él, un decidido Cvetkovic y Tyson Pérez sacaron al Betis del atolladero en el que se había metido en el tercer cuarto y lo impulsaron a un triunfo clave para la permanencia.
Ni siquiera el regreso de Jeff Withey, fuera de ritmo tras dos meses inactivo, sirvió para dotar de solidez a la zona bilbaina. El de San Diego alternó los minutos en el puesto de cinco con Tsalmpouirs y Kyser en lo que parece que va a ser la tónica en los tres partidos que quedan. Sin embargo, entre los tres capturaron solo nueve rebotes. Al menos, la aportación ofensiva del griego, con nueve puntos en el tercer cuarto, dio esperanzas al Bilbao Basket de romper su nefasta racha como visitante, pero tampoco alcanzó, igual que el mejor partido en ataque del renovado Denzel Andersson, que sin embargo sufrió mucho como Sulejmanovic para contener la energía de Tyson Pérez.
Al final, por unas cosas o por otras, el Bilbao Basket se está quedando corto en su esfuerzo y en su deseo, cuestiones que no se le pueden negar. Pero le está faltando ese poco que marca la diferencia cuando se juega lejos de casa, al menos para los equipos de la mitad baja de la clasificación. El Bilbao Basket ha perdido la iniciativa, pero aún cuenta con tres etapas para mejorar su puesto. 4