El Surne Bilbao Basket tiene claro que lo ocurrido el miércoles ante el Tenerife no corresponde a lo que quiere seguir siendo como equipo hasta el final de la temporada. “Somos un grupo con buena química, tampoco nos merecíamos eso. Me sorprendió la mala reacción que tuvimos”, dijo Jaume Ponsarnau, que ayer cumplió 52 años, como conclusión de un partido del que no cabe sacar conclusiones “porque no hay nada que sacar y era mejor pasa página. Simplemente, no tuvimos respuestas”. El calendario obliga y hoy llega ya la oportunidad de reconducir la situación y mantener vivo el objetivo de jugar en Europa de nuevo. El técnico está convencido de que sus jugadores reaccionarán. “Siempre durante toda la temporada han respondido y mi esperanza es que vuelvan a hacerlo otra vez, ayer en el entrenamiento vi que teníamos ganas de hacerlo”, asegura.
Ponsarnau descarta que al equipo se le esté haciendo larga la temporada, sino que “simplemente en estos momentos hay dudas sobre nuestra capacidad competitiva porque somos un equipo corto, con pocos mimbres y previsible. Hemos buscado cosas para sorprender y ser competitivos y cuando hemos acertado con el plan de partido, hemos podido hacerlo bien”. La frustración que denunció el otro día llega porque “el equipo tiene compromiso y ganas de hacerlo bien, de verdad que sí. La clave es saber querer”. Las lesiones han golpeado tanto al Bilbao Basket que quizás el vaso del aguante ya se haya desbordado, pero el entrenador de los hombres de negro cree que “tenemos que saber llevar esos malos momentos”. “Esto es un juego y el otro día el principal problema fue que no lo entendimos así. No encontramos la inspiración y de ahí llego la frustración. Pero nos lamentamos y nos responsabilizamos de que no vuelva a ocurrir”, asegura.
Lo mejor, según Ponsarnau, es que ahora tenemos “otro partido muy exigente que nos obliga a reaccionar y contamos con que Miribilla nos ayude mucho como viene haciendo todo el año”. Pero tampoco se afrontará en las mejores condiciones ya que Ludde Hakanson es baja de nuevo “y probablemente lo seguirá siendo en lo que queda de temporada”. Jeff Withey está a punto de volver y hoy podría estar en el banquillo, al menos para que sus compañeros lo sientan como un refuerzo moral ya que el técnico catalán reconoce que el Manresa “no es el mejor rival” para hacer reaparecer a un jugador que lleva dos meses fuera ya que los del Bagès exigen, sobre todo, correr mucho, sobre todo hacia atrás: “Es uno de los equipos más intensos y el que más ritmo tiene”.
El equipo de Pedro Martínez cayó también el miércoles en Zaragoza de forma clara, pero “hicieron una buena eliminatoria europea contra el Tenerife y venían de una buena dinámica. Tienen la necesidad imperiosa de acabar de conseguir las victorias para seguir en la liga y ese es un objetivo que exige mucho”, apunta. El Manresa, que ha utilizado hasta ahora 22 jugadores, ya se parece al que maravilló la pasada temporada. La calidad no es la misma, pero el estilo resulta muy reconocible hasta el punto de que juega a un ritmo de 80 posesiones. Eso va a dar muchas oportunidades de anotar a campo abierto, que el Bilbao Basket deberá aprovechar si quiere llevar la iniciativa en el marcador y meter presión a un equipo que ve de cerca la salvación tras varios meses de complicaciones. “Los equipos de Ponsarnau son siempre un espectáculo táctico. Tengo mucha admiración por cómo juegan, cómo ocultan sus carencias y subrayan sus virtudes. Juegan de una manera estable”, dice Pedro Martínez, que admite que “a estas alturas se nota el cansancio, pero estamos obligados a mejorar lo de Zaragoza”.