El asalto del Surne Bilbao Basket a la octava plaza pende ya de un hilo finísimo después de que la lógica se impusiera este martes en el Palau Blaugrana de la forma más cruel (84-62) y el Barça arrollara a un conjunto vizcaino cuya resistencia solo ha permanecido firme hasta el descanso. A partir de ahí, los de Sarunas Jasikevicius han sumado acierto triplista a su superioridad física y se acabó lo que se daba. Sin embargo, la victoria del Coosur Betis, que llegará ya salvado a Miribilla en la última jornada, ante el Gran Canaria deja algo de esperanza a los hombres de negro. Para prolongarla, y que todo acabe decidiéndose el próximo sábado, es imperativo que el UCAM Murcia no tenga éxito hoy en su visita al Real Madrid.

Los de Álex Mumbrú han arrancado rumbosos en el feudo azulgrana, consiguiendo incluso una renta de doble dígito durante el acto inaugural, pero sus regalos en los cinco minutos previos al descanso en forma de canastas sencillas permitidas y pérdidas de balón han revitalizado a un rival con el primer puesto de la temporada regular ya asegurado en la Liga Endesa pero con ganas de llegar con buenas sensaciones a la Final Four de la Euroliga de la próxima semana.

El 43-35 en el ecuador de la cita ha pintado ya un panorama muy complicado, pero cuando Nikola Mirotic, Rokas Jokubaitis y compañía han empezado a enchufar desde la larga distancia el Surne Bilbao Basket se ha quedado sin argumentos ni ofensivos ni defensivos para aferrarse al encuentro. Andrew Goudelock ha arrancado muy entonado y activo pero se ha difuminado con el paso de los minutos, Ángel Delgado ha metido 18 puntos pero sin dominar el rebote como en otras ocasiones y el trabajo defensivo de Jeff Withey ha sido meritorio, pero insuficiente.

DE MÁS A MENOS

El Surne Bilbao Basket ingresó en la cancha rebosante de energía y acierto y con menos de tres minutos de juego disputados Jasikevicius, visiblemente enfadado, tuvo que detener el partido. Para entonces el marcador reflejaba un 4-12 con seis puntos de Delgado y otros tantos de Goudelock y la defensa bilbaina se imponía a su rival. La diferencia de los de Mumbrú llegó a los dos dígitos (4-14), pero el Barça no tardó en reaccionar.

Su retaguardia se endureció, Sertaç Sanli empezó a hacer daño en las distancias cortas y el marcador se estrechó. El conjunto vizcaino cayó en un bache anotador considerable, fallando muchos tiros a un palmo del aro y acumulando pérdidas. Withey, con un par de tapones, intentó mantener en pie a los suyos, pero el luminoso llegó igualado a 16 puntos al término del primer cuarto tras un parcial de 12-2 y los hombres de negro maniatados por un horroroso 4 de 12 en tiros de dos puntos, factor al que se le añadían cinco pérdidas.

En el momento en el que sus porcentajes desde la línea de 6,75 subieron, el Barça se hizo con el control del marcador. Dos aciertos lejanos de Cory Higgins y Jokubaitis colocaron un peligroso 22-18, pero Goudelock, con un par de acciones individuales, volvió a igualar el asunto. Con Damien Inglis uniéndose a la causa y un buen nivel de actividad sobre la cancha, el Surne Bilbao Basket volvió a recuperar el control de los acontecimientos, pero desgraciadamente los regalos hicieron acto de presencia en el peor momento posible, con el 28-32.

Entre tiros libres fallados, canastas sencillas permitidas cuando le quedaban faltas para entrar en el bonus y pérdidas de balón evitables, la alfombra roja para los de Jasikevicius se desplegó en un abrir y cerrar de ojos. Evidentemente, el rival no lo desaprovechó. Un par de triples de Nicolás Laprovittola fueron el pistoletazo de salida para un parcial de 13-1 y el 43-35 al descanso dibujaba un panorama muy complicado. Las diez pérdidas y el desplome del acierto en el triple tras los dos aciertos iniciales de Goudelock hacían un enorme daño a los de Mumbrú.

SIN OPCIÓN

En la reanudación, dos triples azulgranas en el minuto inicial del tercer cuarto hicieron saltar por los aires el partido. La resistencia bilbaina, liderada por Delgado e Inglis, fue meritoria pero no daba, ni de lejos, para tapar las vías de agua que provocaban los de Jasikevicius en la retaguardia de los hombres de negro, con los triples entrando de forma sostenida y Mirotic haciendo daño desde todas las distancias, ya fuera en el rebote ofensivo o fusilando desde la línea de 6,75. El 59-41 en el minuto 25 de la contienda hablaba por sí mismo y cualquier intento de acercamiento bilbaino quedaba inmediatamente sofocado.

El choque llegó a sus diez minutos finales con un abrumador 73-50 después de que los anfitriones acabaran el tercer cuarto con un parcial de 30-15 y un 6 de 8 desde la distancia triple que hizo imposible cualquier intento de resistencia de los hombres de negro. El acto final cruzó la relajación de los anfitriones con el quiero y no puedo de los visitantes, con un minuto de acción para David Monge, y el 84-62 final dejó el sueño de la octava plaza pendiendo de un hilo porque ya depende de los resultados de sus rivales.