No hay quien detenga a este Surne Bilbao Basket, que se ha convertido en un grupo humano plenamente convencido de sus posibilidades, resistente cuando el viento le sopla en contra y brillante cuando lo hace a favor. El conjunto vizcaino sumó contra el Baxi Manresa (89-82) su séptima victoria consecutiva, la octava como anfitrión, haciendo gala de ambas cualidades.

Los de Álex Mumbrú tuvieron que hacer frente a labores de persecución durante los tres primeros cuartos, haciendo la goma ante un rival que juega un baloncesto magnífico, con una asfixiante defensa y un juego ofensivo perfectamente ordenado. Los visitantes amagaron con romper el duelo en más de una ocasión, sobre todo en el amanecer del tercer acto (40-50), pero los anfitriones resistieron esos agobiantes momentos en los que se vieron obligados a jugar fuera de su guion favorito, con demasiados errores y balones perdidos en ataque, y se reservaron lo mejor para el final.

En el cuarto acto, apostaron por cargar el juego contra los pívots rivales, sacaron del partido por faltas a Yankuba Sima, colocaron con cuatro a Ismael Bako obligándole a defender a medio gas y el vuelco fue inmediato. No solo fue que Ángel Delgado y Damien Inglis encontraran situaciones para hacer daño por dentro, sino que Andrew Goudelock y Gytis Masiulis pudieron engatillar desde la larga distancia. Así, a los tres últimos minutos se llegó con un esperanzador 82-78 y a partir de ahí fue Ludde Hakanson el que se encargó del asunto con acciones decisivas en defensa y en ataque para que la victoria se quedara en casa.

POTENCIA MANRESANA

El encuentro, como se esperaba, arrancó enérgico y con ritmo. Si Pedro Martínez apostó por el juego uno contra uno de Thomasson sobre Goudelock y por buscar a Bako en las distancias cortas, el conjunto anfitrión respondió activando las muñecas de la ‘Mini-Mamba’ y Masiulis desde la línea de tres puntos. Tras la primera toma de contacto, con ventajas para ambos equipos, fue la propuesta manresana la que se impuso, con una buena actividad de manos en defensa y una notable aportación desde el banquillo de Francisco, Moneke y sobre todo un Sima que sumó ocho puntos prácticamente seguidos gracias principalmente a lanzamientos de tres o cuatro metros a los que Withey concedió demasiado espacio.

El 20-26 en el arranque del segundo acto podía ser sinónimo de problemas ante un rival tan bien estructurado como el Manresa. El Surne Bilbao Basket insistía en no perder el rebufo de su rival. Imprimió mucho esfuerzo a su trabajo defensivo pero le costó fluir en ataque ante un rival muy agresivo que le generó muchas dudas y le sacó de su guion habitual de frescura y descaro. Bajo esos parámetros, los anfitriones amagaron con perder la compostura, con Inglis personificando esa sensación de excesiva ansiedad en cancha, ante un rival que se movía en su ecosistema favorito y estiró la brecha en el luminoso hasta un inquietante 30-38 a 2:30 minutos del descanso. Sin embargo, Hakanson, con seis puntos, y Bigote surgieron en el momento de mayor necesidad para asumir responsabilidades y al ecuador de la contienda se llegó con un 39-40 que dejaba todo en el aire, aunque las doce pérdidas ya acumuladas eran un factor a corregir de inmediato.

RESISTENCIA

En la reanudación, una técnica al banquillo visitante sirvió para equilibrar el marcador, pero fue un espejismo. Los de Mumbrú siguieron cayendo en los mismos errores en lo referente a pérdidas y rebotes ofensivos concedidos y el Manresa, que llevaba un cero de nueve en triples al descanso, comenzó además a enchufar desde la larga distancia. El 40-50 con solo tres minutos del tercer cuarto consumidos no dibujaba un panorama nada optimista. Masiulis y Goudelock intentaron taponar la vía de agua(48-53), pero el acierto exterior de los de Pedro Martínez había pasado de cero a cien en un pestañeo, con cinco triples anotados en menos de siete minutos. Pero ni por esas se vino abajo el Surne Bilbao Basket, resistente gracias a su buen trabajo atrás y a los puntos de Hakanson y Bigote, que consiguió hacer la goma sin que se rompiera y llegar a los diez minutos finales con un buen 64-67 visto lo visto.

Y en el momento de la verdad, Mumbrú apostó por las cercanías del aro como terreno para jugarse el partido. Cargó allí el juego, sacó del partido a Sima con cinco faltas, puso con cuatro a Bako y entre Inglis, Delgado y Luz le dieron la vuelta al marcador para el 70-69 a seis minutos del final. Partido nuevo y ‘thriller’ en Miribilla. Y en los momentos de mayor tensión, surgió la mejor versión del Surne Bilbao Basket. Un par de triples de Goudelock y Masiulis, otro par de fantásticas manos de Hakanson en defensa y un canastón del sueco dibujaron el 84-78 a 1:52 del final. El Manresa lo intentó, pero los anfitriones, de la mano de Hakanson y Luz, manejaron la situación con precisión de cirujano y los de Pedro Martínez acabaron jugando para mantener al ‘average’ particular, premio de consolación que lograron.