LOS aficionados del Surne Bilbao Basket se las prometían muy felices después de que su equipo se impusiera por 25 puntos el pasado 12 de septiembre al Baskonia en la final de la Euskal Kopa. Luego, se comprobó que aquel derbi fue mentiroso, al menos parcialmente, porque los hombres de negro no lograron prolongar ese chute de energía en la Liga Endesa ya que la iniciaron con cinco derrotas consecutivas. Sin embargo, las malas sensaciones que transmitió el conjunto gasteiztarra en esa final sí tuvieron continuidad en los siguientes meses hasta tal punto que hubo un cambio hace tres semanas por los malos resultados que le tienen al Baskonia descolgado en la Euroliga y fuera de los puestos de Copa en la liga.

El choque de este sábado será el primer derbi con público en el Buesa Arena desde que el Bilbao Basket La suspensión de la competición por el estallido de la pandemia canceló el que debió jugarse en la campaña 2019-20 y en la pasada se jugó a puerta cerrada por las restricciones. No lo tendrán fácil los hombres de negro para lograr su primera victoria de este curso fuera de Miribilla porque se encontrarán un equipo que mejora poco a poco sus prestaciones y que tendrá ganas de tomarse la revancha ante un público motivado. Eso sí, la única victoria del Bilbao Basket en el Buesa Arena llegó en la temporada 2007-08 cuando el banquillo local lo ocupaba Neven Spahija, que ahora vuelve a dirigir la nave baskonista.

Mirar a ese partido de la Euskal Kopa para tratar de buscar referencias para este primer derbi de la temporada de poco sirve. El Baskonia jugó en Santurtzi sin Matt Costello, que no ha alcanzado aún el rendimiento esperado, y Alec Peters, que sigue de baja. Los gasteiztarras mostraron algunos de los problemas que acabaron costando el puesto a Dusko Ivanovic y que Spahija está tratando de arreglar con más mano izquierda y un juego muy abierto con las que trata de hacer reaccionar y potenciar las virtudes de Wade Baldwin, un jugador muy discutido por el público del Buesa Arena por su carácter individualista y a veces ensimismado. Con el croata, han crecido mucho Steven Enoch, muy difícil de defender en espacios amplios, y el capitán Jayson Granger, que alterna las posiciones de base y escolta para respaldar a Baldwin. El Baskonia ha incorporado también a Lamar Peters, un base ordenado sin tiro exterior que mantiene el tono en sus rotaciones.

El Bilbao Basket también ha cambiado mucho desde ese título que coronó una pretemporada ilusionante. Los dos mejores jugadores de Álex Mumbrú en esa final fueron Andrew Goudelock y Regimantas Miniotas. El lituano ya no está en el equipo por voluntad propia y el estadounidense, que dio una exhibición de tiro y fundamentos, se encuentra más fuera que dentro ya que el cuerpo técnico busca ahora un mayor equilibrio entre la defensa y el ataque y una química más sólida para que no exista dependencia de la inspiración de un jugador que pretende acaparar el balón. Goudelock ha cumplido con lo que se podía esperar de él, es cierto, pero en busca de encontrar una regularidad en los resultados el Bilbao Basket prefiere ahora a un perfil diferente como el que representa Khyri Thomas, más activo en defensa y con mejores piernas.

También Damien Inglis supone un fichaje con más capacidad física que Miniotas, que no encontró su sitio tras una preparación en la que tuvo muchos minutos y protagonismo por la ausencia de otros compañeros. El francés puede contribuir a elevar las opciones del Bilbao Basket en esa aspiración de empezar a sumar fuera de casa, donde ha estado cerca de ganar en varias ocasiones. Stefan Peno llega como una solución provisional mientras se concreta la evolución de la lesión de Rafa Luz, que en la Euskal Kopa ofreció un gran desempeño defensivo ante los exteriores del Baskonia. En resumen, el conjunto vizcaino no ha logrado alcanzar el excelso nivel que le sirvió para vencer al Baskonia, que sin embargo aún no se ha podido sacar de encima muchas de las malas sensaciones que dejó aquel día.

euroliga

el baskonia corta su mala racha

Triunfo muy coral. El Baskonia confirmó sus indicios de recuperación al romper su mala racha en la Euroliga, en la que acumulaba tres derrotas seguidas. Tras vencer en la Liga Endesa al Barça en el Palau, los de Neven Spahija se impusieron ayer en el Buesa Arena por 91-66 al Asvel Villeurbanne, una de las revelaciones del curso, con un notable rendimiento en ataque y defensa. Cinco jugadores del equipo gasteiztarra anotaron más de trece puntos en una actuación en la que se vio al Baskonia muy suelto en un ritmo alto y con mucha confianza. "Es lo que quiero como entrenador, espero que continuemos así, aunque no siempre es posible", dijo el técnico del conjunto gasteiztarra.

El unico triunfo de los bilbainos en el Buesa Arena fue en la temporada 2007-08 con Neven Spahija en el banquillo baskonista