L Surne Bilbao Basket se quitó el pasado domingo un enorme peso de encima. No logró nada extraordinario, pero sí algo muy necesario. Borrar el cero de su casillero de victorias, cuando la competición se encontraba ya en su sexta jornada, podía considerarse ya inexcusable para que las dudas y el nerviosismo no ganaran terreno tanto dentro del vestuario como en el entorno. Los hombres de negro lo lograron además después de estar contra las cuerdas, superados por trece puntos por el Urbas Fuenlabrada con el encuentro ya en el último cuarto, lo que deja claro que en el equipo hay personalidad, carácter y el volumen de juego necesario para dar la vuelta a situaciones complejas en momentos de máxima tensión. A partir de ahí, se trata de trabajar y mejorar para que esos chispazos de equipo compacto en retaguardia y dañino en ataque que se ven en algunos momentos vayan ganando en continuidad y sostenibilidad.

Pero lo del domingo solo fue el primero de los muchos pasos que tendrá que dar el conjunto vizcaino en su lucha a brazo partido por la permanencia. En los grupos humanos que saben que tienen muchas papeletas para moverse en la zona media-baja de la tabla clasificatoria los encuentros en cancha propia, con el impulso del público a favor -el apoyo de las gradas del Bilbao Arena fue, como en los viejos tiempos, clave en la remontada del domingo-, acostumbran a ser fundamentales, por lo que los de Álex Mumbrúo, de nuevo en Miribilla ante el Hereda San Pablo Burgos (17.00 horas), la oportunidad de dar continuidad a su primera victoria y despegar hacia una situación competitiva más desahogada. Además, la secuencia de partidos consecutivos en territorio vizcaino frente a madrileños y burgaleses trae muy buenos recuerdos por estos lares, no en vano fue la que en el tramo final del pasado ejercicio colocó los cimientos dentro del agónico esprint de los hombres de negro en el camino hacia una permanencia en la Liga Endesa que antes de esas dos citas parecía misión prácticamente imposible.

En principio, las visitas del pasado curso al Bilbao Arena del Fuenlabrada y el Burgos no debían ser en jornadas consecutivas (el calendario las marcaba en la 32ª y la 35ª, respectivamente), pero el brote de covid-19 que llegó al vestuario del Bilbao Basket obligó a reorganizar sus últimos compromisos. Cuando pudo regresar a las canchas tuvo que afrontar cinco partidos en solo doce días y la primera bala, ante el Gran Canaria, fue de fogueo con un 71-92 adverso. Así las cosas, en el encuentro contra el Fuenlabrada no había ya red de seguridad y hubo que sufrir hasta el final para sacarlo adelante por cinco puntos (87-82), diferencia clavada a la obtenida el pasado domingo. Tres días después llegaba a Bilbao un Burgos que se acababa de proclamar por segunda vez consecutiva campeón de la Basketball Champions League (ayer martes jugó en Vilnius ante el Rytas, cayendo derrotado por un contundente 87-79) y los hombres de negro sacaron adelante el compromiso por 98-89. Posteriormente, se perdió en la cancha del Real Madrid, pero la contundente victoria en la última jornada ante el Joventut, unida a la debacle del Estudiantes en el tramo final liguero, acabó certificando una salvación con la que muy poca gente contaba.

Confirmar los brotes verdes

El renovado Hereda San Pablo Burgos de Zan Tabak, con tres victorias y otras tantas derrotas en las seis primeras jornadas ligueras, supondrá una buena piedra de toque para evaluar el desempeño del Surne Bilbao Basket sin el peso psicológico de verse con cero victorias y confirmar si los brotes verdes van madurando. Por ejemplo, jugadores importantes como Valentin Bigote y Andrew Goudelock van a más y han demostrado que pueden tener fases explosivas de anotación, pero el colectivo necesita que su aportación sea más constante. También es importante que Ángel Delgado, tras su primer doble-dobley que sus compañeros cada vez le encuentren en situaciones más propicias para que pueda activar su versión más dañina y que jugadores que parecen haberse quedado atrás como Jeff Withey o Regimantas Miniotas reaccionen.

El renovado Burgos de Zan Tabak perdió ayer en Vilnius contra el Rytas por un contundente 87-79 su encuentro de la BCL