Rafa Pueyo ha vivido un curso agitado en su puesto de director deportivo del Bilbao Basket. Ha habido que tapar muchas fugas de agua para que el barco al final alcanzara el puerto de la permanencia cuando ya parecía imposible.

Se dice que bien está lo que bien acaba.

-Sí, claro. Ha sido una temporada difícil, hemos sufrido mucho porque hemos estado muchas semanas en puestos de descenso, pero no hemos dejado de creer en ello, nos hemos agarrado a la competición y llegando con la oportunidad de salvarnos el último partido, la aprovechamos. Estamos muy satisfechos.

¿El viernes pasado, a eso de la ocho y media, había un plan para la LEB? Lo pregunto porque no sé si en la última semana había mucha fe en conseguir la permanencia.

-Bueno, se veía complicado. Teníamos la esperanza de que cuatro de las últimas cinco jornadas las jugábamos en Miribilla y eso nos podía dar la opción a ganar los partidos que necesitábamos, pero dependíamos de que el Estudiantes fallase. Teníamos esperanzas en que el Burgos pudiera ganar en Madrid porque sí se jugaban un puesto en el play-off y el Estu tenía muchas bajas.

¿Cuál ha sido la clave de la salvación? El equipo dio su mejor versión cuando estaba contra las cuerdas o los dos pies casi en la LEB.

-Ha habido muchos factores para que la temporada ha salido así, pero en cuanto al resultado final la clave ha sido seguir trabajando, no bajar los brazos y tener paciencia y calma en momentos muy difíciles y transmitirla de arriba a abajo. El consejo siempre nos ha mostrado confianza y calma, yo ha tratado de hacer lo mismo con Álex y el cuerpo técnico y ellos, a su vez, han hecho lo mismo con la plantilla.

Dentro de los muchos cambios que ha habido que hacer, al final llegaron piezas que aportaron cosas que el equipo no tenía, mente y piernas frescas.

-Sí, seguramente las últimas incorporaciones han dado eso. Ioannis (Athinaiou) nos ha dado liderazgo, mente limpia tras no sufrir en toda la temporada en Grecia, y Leonardo (Toté) nos ha aportado frescura de piernas, ilusión y ganas de demostrar cosas. Y su aportación ha ido más allá de los números.

Supongo que no esperaba tener que intervenir tanto en la temporada, en unas condiciones complicadas por la pandemia, además.

-Ha sido un curso muy complejo. Ha habido que hacer muchas incorporaciones. Las dos primeras bajas fueron por decisión técnica y por un rendimiento que no era el esperado, pero todas las demás han sido para cubrir lesiones o enfermedades. El mercado no estaba fácil, las distintas ligas también su propio ritmo, con partidos aplazados y equipos que aún se estaban jugando cosas, y no ha sido fácil moverse en el mercado. Siempre hemos intentado traer jugadores que pudieran aportar lo que necesitábamos y en algunos casos ha salido bien y en otros, peor.

¿Los problemas de esta temporada empiezan cuando Lammers y Sulejmanovic ejecutan sus cláusulas de salida? ¿Eso les trastocó mucho los planes?

-Teníamos la plantilla casi cerrada con Lammers y Sulejmanovic, pero en sus contratos tenían esa opción de salida y había que estar preparados. Pensábamos que Aaron Jones y Kingsley Moses podían darnos muchas de las cosas que nos daban Ben y Sule, pero no fue así y eso sí nos trastocó mucho los planes e hizo que la temporada empezara torcida. Pero era lógico que equipos mejores vinieran a por dos jugadores que habían dado un gran rendimiento.

El pasado verano, supongo que varios jugadores vinieron con la idea de disputar la Champions League de catorce partidos y jugar en un Miribilla lleno y en una plaza atractiva como Bilbao y, al final, ni una cosa ni la otra. ¿Ha afectado eso mentalmente a la plantilla?

-La temporada ha sido difícil y extraña, para todo, no solo para nosotros. Pero para nosotros el efecto Miribilla y la marea negra son valores indudables y eso, sobre todo los jugadores que venían nuevos, no han podido vivirlo y no tenían mucha consciencia de para qué jugaban. Y luego la adaptación a una nueva ciudad, a una nueva liga y a un nuevo equipo se ha hecho muy complicada en estas circunstancias porque los jugadores solo han hecho vida del pabellón a casa y de casa al pabellón. Ni siquiera han podido juntarse entre ellos para cenar en grupo, por ejemplo, o hacer cosas que ayudan en los momentos difíciles a hacer piña.

Jugar en Europa tampoco ha ayudado lo esperado. Ha tenido más contras que pros.

-Hasta en eso ha sido extraño. Primero se hizo un calendario con más partidos que nos podían servir para dar oportunidades a los que menos minutos tenían en la liga. Luego se cambió el formato y nos vino bien porque tal y como iban los resultados en la ACB no habría sido bueno tener tantos partidos. Pero, claro, los jugadores prefieren tener más partidos, les gusta tener dos competiciones más que entrenar, y puede que a alguno no le haya gustado esto, pero no dependía de nosotros. Y por el hecho de que en la ACB los resultados no fueran buenos había que hacer un sobreesfuerzo en Europa para no perder dos partidos seguidos. Al final, no tener victorias en la ACB ha impedido afrontar los partidos de la Champions de otra manera.

La plantilla ha acabado contando con jugadores de catorce nacionalidades, pero aún así se ha mantenido unida hasta lograr el objetivo.

-Esta ha sido otra de las claves. Hemos tenido un buen grupo de gente comprometida y que precisamente por ese compromiso en algún momento de la temporada se ha bloqueado mentalmente porque veían que las cosas no iban bien y lo sufrían. Al que no lo vive de cerca le podía parecer que no transmitían que se estaban jugando lo que se estaban jugando, pero creo que ha sido al revés, que había un exceso de presión y responsabilidad. Por eso, ha sido muy importante que el vestuario se haya mantenido unido, no ha habido malos rollos ni reproches de unos a otros, no han puesto excusas, ni ha habido grupillos, lo que con gente de tantos sitios distintos no suele ser fácil. Han ido todos a una y eso ha sido importante para no bajar los brazos en toda la temporada.

Con el descenso pendiendo durante tantos meses, ¿ha pesado mucho el recuerdo de la temporada anterior, no solo en el vestuario, también en todo el club?

-La temporada pasada fue muy bonita por todo lo que logramos siendo recién ascendidos y esas expectativas no sé si han sido buenas. Es lógico que cuando haces un año muy bueno, al siguiente la gente espera algo similar, incluso los que estamos dentro del club, pero no es fácil repetir aquello cuando no puedes mantener a todas las piezas. Creo que hacer esas comparaciones no es bueno, aunque es inevitable. Por eso, la temporada próxima partiremos de otro lugar y espero que seamos más conscientes de la dificultad que entraña estar en la Liga ACB.

Ese punto de partido, desde el punto de vista económico, va a ser muy similar al de esta temporada.

-Sí, será parecido, no sé si un poco más o menos, pero no estaremos lejos de las cifras en las que nos hemos movido estas dos temporadas. Tenemos lo que tenemos, hay que ajustarse y habrá que tratar de ser lo más competitivos posible.

Y con eso, ¿qué perfil de jugadores se van a buscar? Quizás este año se ha echado en falta más nivel físico en la plantilla.

-Sí, pero es lo que esperábamos que nos dieran Jones y Moses, por ejemplo, pero no fue así. Trataremos de hacer un equipo con talento y físico porque las dos cosas son necesarias en la mejor liga de Europa. Es ello estamos trabajando.

Hay jugadores como Balvin, Jenkins y Brown que en otras circunstancias podrían tener más recorrido en Bilbao, pero que será difícil mantener.

-Sí, los tres han sido muy importante para nosotros, han demostrado que tienen un nivel alto en la liga y que nos gustaría que siguiesen, pero no va a ser nada fácil. Balvin ha sido el segundo jugador más valorado y no le van a faltar ofertas, y no solo en Europa. Hay que pensar que los jugadores tienen la mente más abierta en estos tiempos, el baloncesto se ha globalizado y no solo en la NBA también en China o Japón están fichando jugadores europeos con muy buenas condiciones para ellos. Estos tres jugadores, en concreto, van a tener buenas opciones, pero intentaremos convencer a alguno de ellos, al menos, para que se quede.

Y en este contexto, ¿dónde puede pescar el Bilbao Basket?

-Pues en todo el mundo, no queda otra. Intentamos tener controlado el mercado lo mejor posible, el mayor número de ligas. Hemos traído jugadores de Francia, de Polonia, de Alemania, de Grecia, de Lituania… Las principales ligas europeas deben ser nuestro caladero, también hay que estar atento a la liga universitaria estadounidense porque hay muy buenos jugadores, pero son muy jóvenes y suponen una apuesta. Ahora mismo Australia también es una liga muy interesante, con jugadores de muy alto nivel. Y, por supuesto, hay que tratar de pescar en otros equipos de la ACB donde queden jugadores libres y en la LEB Oro ya que hemos demostrado que no tenemos miedo a dar oportunidades a jugadores de esa competición. Es una de nuestras realidades.

¿Cuándo se pueden empezar a sentar las bases del Bilbao Basket 2021-22? ¿Es aún pronto o no hay prisa en el momento actual?

-Bueno, no paramos nunca de analizar y pensar. Tenemos una base de ocho jugadores con contrato y a partir de ahí habrá que tomar decisiones para completar la plantilla. No hay un plazo determinado para ello, no hay que precipitarse y hay que tener paciencia, sobre todo porque muchas competiciones aún están en juego. No puedes tratar de cerrar el equipo en los primeros días de junio porque sería un error. Hay que hacer el trabajo, pero a la hora de decidir y de cerrar fichajes hay que esperar.

Al menos, se prevé que las cosas vuelvan a una cierta normalidad tras el verano.

-Eso esperamos y deseamos todos, que la gente pueda volver a los pabellones. No sé si desde el principio se podrán llenar, pero que al menos pueda haber un cierto aforo. Es algo necesario porque los clubes han sufrido mucho deportiva y económicamente una situación que no es sostenible en el tiempo. Necesitamos que la gente vuelva a las canchas porque si no, este espectáculo no tiene sentido.

Otra de las cuestiones positivas de la temporada es que han empezado a asomar los chavales de la cantera.

-Sí, la cantera es algo prioritario para nosotros. Trabajamos para que en el futuro nos puedan aportar cada vez más al primer equipo, pero es algo que lleva tiempo y de largo recorrido. Nuestra cantera es muy joven, apenas llevamos tres temporadas y la mitad ha sido bajo una situación de pandemia que ha impedido a los equipos de cantera entrenar y competir con normalidad y en las mejores condiciones. Esperamos que en estos próximos meses puedan recuperar el tiempo perdido metiendo más horas.