CUANDO un equipo que lleva ya mucho tiempo al borde del precipicio luchando por la supervivencia pierde en el último mes un encuentro anotando 96 puntos como local y otro metiendo 90 a domicilio, queda claro que existe un problema muy serio en su modus operandi y que este se concentra en su parcela defensiva. Ese es el caso del Bilbao Basket, cuya presencia en la próxima Liga Endesa depende de un hilo de esperanza cada vez más fino que podría romperse de forma definitiva en cuestión de días. Pasan los encuentros y los rivales directos arañan resultados positivos aquí o allá, pero los hombres de negro siguen tropezando una y otra vez en la misma piedra: su incapacidad para ganar a los equipos del top-10 de la tabla clasificatoria y su endeblez en labores de retaguardia, un déficit para el que no ha encontrado solución a lo largo de todo el ejercicio.

El Bilbao Basket es uno de los cuatro equipos de la Liga Endesa que no llega a los 80 puntos anotados por partido (79,7, tiene por debajo a Coosur Betis, Morabanc Andorra y Acunsa GBC). Por contra, es el segundo que más encaja (87,4, algo menos que el Movistar Estudiantes). Atendiendo a las matemáticas, jugar a intercambiar canastas no parece una dinámica nada recomendable para el equipo vizcaino, pero sus partidos acaban cayendo muchas veces en ese patrón. Cuando los duelos se convierten en un tiroteo, casi siempre hinca la rodilla aquel que tiene menos armamento, que acostumbra a ser el equipo de Álex Mumbrú, que para su desgracia sufre prácticamente en cada cita un cortocircuito abrupto que echa por tierra sus opciones de victoria.

Tras ganar en la cancha del UCAM Murcia, el Bilbao Basket era penúltimo igual que ahora, pero sumaba las mismas victorias, siete, que Betis y Fuenlabrada y solo una menos que Estudiantes y Obradoiro. Cuatro jornadas después, los dos equipos madrileños se han escapado hasta las nueve y andaluces y gallegos tienen diez. En sus cuatro últimas citas, saldadas con derrotas, el rendimiento defensivo de los hombres de negro no ha sido digno de un conjunto que se juega el porvenir deportivo cada vez que salta a cancha. El potencial de los rivales tiene su importancia, desde luego, pero el conjunto vizcaino ha estado muy lejos de llevarlos a un terreno áspero e incómodo. El Manresa se fue a los 108 puntos en Miribilla, haciendo inútiles los 96 de los anfitriones, el Valencia Basket le metió 99 el domingo, 70 de ellos en la pintura, casi todos ellos a un palmo del aro, Unicaja facturó 88 y el Lenovo Tenerife 86. Todas ellas son cifras demasiado altas para que un equipo que siempre sufre un bajón de tensión en algún momento pueda competir con garantías. Además, en los 16 cuartos incluidos en esos cuatro partidos, el rival de turno ha sumado 25 o más puntos en ocho, exactamente la mitad, y en tres ha llegado o superado los 30. El Manresa firmó actos de 31, 28 y 27 puntos, el Valencia Basket sumó 30, 27 y 25, el Unicaja facturó 30 en el último y el Tenerife 28 en el tercero. Ganar en esas circunstancias es misión casi imposible para un equipo con las carencias del Bilbao Basket. En esos cuatro partidos, además, tres jugadores rivales lograron su mejor anotación de la temporada -Darío Brizuela (31 puntos), Yankuba Sima (21) y Seth Hinrichs (18)- mientras que otros tres consiguieron la segunda -Marcelinho Huertas (24), Klemen Prepelic (22) y Scott Eatherton (21)-.

A la hora de analizar el rendimiento defensivo del conjunto vizcaino habría que tener en cuenta los vaivenes en cuanto a disponibilidad de recursos humanos como consecuencia de las lesiones, sobre todo la de Ondrej Balvin, gran pilar en la zona, máximo reboteador de la competición y segundo mejor taponador. Sin embargo, la presencia o ausencia del pívot checo no tiene una relación directa con los puntos encajados, que han ido aumentando según progresaba el calendario. En los primeros diez partidos del curso, se recibieron una media de 86,2 puntos (en cuatro de ellos más de 85), en los nueve siguientes, con Balvin lesionado, 87 (otros cuatro de más de 85), y en los últimos doce, con el checo de nuevo en acción, 88,9 (siete encajando más de 85). Además, después del segundo parón liguero, se esperaba un paso al frente en esa faceta de juego con la mayor parte de los lesionados ya recuperados y más tiempo para acoplar a los jugadores llegados con el curso ya arrancado. Se empezó batiendo al Acunsa GBC y al Coosur Betis, pero en los siete últimos partidos la defensa ha seguido siendo un lastre muy importante, permitiendo que seis de los rivales, todos menos el Tenerife, anotaran contra los hombres de negro por encima de su promedio de la temporada, en algunos casos muy por encima, como Estudiantes, Manresa o Valencia (+13). Sin poner freno, o al menos parchear, la avalancha de puntos que se recibe en cada cita, la salvación, que ya está complicadísima, se convertirá directamente en misión imposible.

Contra el Fuenlabrada, 9 de mayo

Por otra parte, la ACB comunicó que el vital duelo contra el Fuenlabrada aplazado por los casos de covid-19 en el equipo madrileño se jugará en Miribilla el 9 de mayo (17.00 horas).