Ludde Hakanson, que regresó a las canchas el sábado ante el Obradoiro, confía en la fortaleza del bloque para mejorar la clasificación del Bilbao Basket. "No tenemos que esperar a las victorias para cambiar nuestra situación, debemos cambiarla nosotros mismos y seguro que así llegarán las victorias", destaca.

¿Cómo está el equipo tras la derrota ante el Obradoiro?

-Estamos jodidos. Todos los partidos son importantes pero este lo era aún más al ser contra un rival más o menos directo. El equipo estaba tocado, pero hoy (por ayer) hemos vuelto a entrenar y solo queda seguir trabajando para ganar partidos.

Al echar un vistazo a la clasificación el Bilbao Basket figura último...

-Es duro vernos así. Sabemos dónde estamos, conocemos nuestra situación, pero aún quedan muchísimos partidos y sabemos que después del parón por las ventanas FIBA tenemos duelos muy importantes. Confiamos en nosotros para sacarlos adelante.

¿Cómo analiza la situación del equipo? ¿Cuáles cree que son las causas de esta situación?

-Nos han pasado mil cosas. No es una excusa, pero circunstancias como las lesiones afectan mucho. Hemos perdido algunos partidos por pocos puntos, en otros no hemos competido€ No sabría decirte una razón concreta porque trabajamos bien, no es solo una frase hecha, pero si acumulas muchas derrotas y ves la clasificación es normal que la confianza baje. Empiezas a dudar de ti mismo y tiros que normalmente metes ahora los fallas, cometes pérdidas que en otras circunstancias no haces€ Hay que intentar olvidar lo pasado, jugar con confianza y ser un equipo alegre. Sobre todo es un tema de confianza por acumulación de cosas negativas.

¿Está el equipo muy tocado mentalmente? Desde fuera el Bilbao Basket parece atenazado por la presión.

-Las derrotas afectan mucho, les ocurre a todos los equipos que están en una situación así. Hoy (por ayer) hemos hablado mucho sobre esto. No hay que esperar a que llegue una victoria para estar contentos, hay que volver a ser un equipo alegre para ganar partidos. No tenemos que esperar a las victorias para cambiar nuestra situación, debemos cambiarla nosotros mismos y seguro que así llegarán las victorias.

¿Qué le ocurre al equipo en esos profundos baches que sufre en los partidos y que los rivales aprovechan para abrir grandes huecos?

-Nos bloqueamos. Y también es algo de lo que hemos hablado. Cuando nos meten dos canastas seguidas no podemos cometer una pérdida y cuando no metemos en tres ataques no podemos dejar de defender. Hay que parar los partidos, jugar aún con más cuidado en defensa y en ataque, entender cuándo es el momento de frenar las cosas con una falta€ Sabemos que es algo que debemos mejorar.

¿Qué mensaje les llega desde el cuerpo técnico estas semanas?

-Que hay que seguir positivos. Todos sabemos que jugando deprimidos, con presión o miedo es imposible hacerlo bien. Hay que recuperar la confianza y hacerlo lo mejor posible. El sábado viene el Barça, un partido que siempre es muy difícil, pero debemos afrontarlo con optimismo.

Mirándolo fríamente, las sensaciones son peores que la situación real porque la salvación sigue a un triunfo. ¿Se ven capacitados para reconducir el rumbo?

-Sí. Todos confiamos en ello y estamos seguros de ser mejor equipo de lo que hemos mostrado hasta ahora. Confiamos en nosotros mismos y en los entrenadores y somos los que debemos mejorar esto. Nos quedan muchos partidos, pero hay que empezar a quitarnos presión desde ya y jugar con más confianza y alegría.

En lo personal, ¿qué tal el regreso a las canchas tras la lesión?

-Fue bastante difícil. Entre el covid-19 y la lesión de tobillo he estado muchas semanas fuera. Ha sido muy duro. Solo necesito entrenar mucho, jugar y mejorar. Antes del partido del sábado solo había hecho un entrenamiento y no jugué bien, debo hacerlo mejor. Con tiempo y entrenamientos, algo que tendré ahora con las ventanas, volveré a mi mejor nivel.

¿Cómo fue su experiencia en primera persona con el covid-19?

-Empecé a sentirme enfermo, no grave pero sí con síntomas, y tuve que estar aislado en casa más de una semana. Me perdí las ventanas con mi selección, algo que para mí es muy importante. Al volver, en mis primeros entrenamientos no podía respirar, mi corazón iba muy muy rápido y tuvimos que ir a hacer una prueba para comprobar que todo estaba bien. Después pude volver a jugar y al de dos partidos me lesioné. He tenido muy mala suerte. Antes de todo esto me sentía bien, pero estos percances me frenaron. Lo del sábado fue difícil, pero confío en mí y sé que entrenando unas semanas estaré al 100%.

Mumbrú habló hace semanas de lo mucho que echaba el equipo de menos a sus bases por su importancia para controlar los partidos, sobre todo en los malos momentos.

-Me siento un jugador importante para el grupo. Es una confianza que depositan en mí, me gusta y creo que voy a ser capaz de corresponder.

El sábado, el Barça en Miribilla, uno de los equipos más en forma del momento en Europa.

-Nosotros preparamos cada partido igual, sea contra quien sea. Será un duelo muy difícil, pero debemos centrarnos en nosotros mismos, en lo que debemos mejorar como equipo, encontrar la confianza y la alegría entre nosotros. A ver qué ocurre. ¡Cosas más difíciles se han visto!

¿Irá con Suecia a las ventanas?

-Creo que no iré. Es muy duro para mí perderme otra ventana porque la selección es muy importante y necesitamos una victoria más para clasificarnos para el Eurobasket, pero con todo lo que he pasado los últimos meses para mí y para el equipo es mejor que me quede aquí entrenando y poniéndome en forma de nuevo.

¿Pueden venirle bien al equipo esas dos semanas sin partidos?

-Seguro que sí. En las últimas semanas hemos entrenado muy poco al tener viajes de la BCL y necesitamos trabajar. Nos viene bien a todos, sobre todo a mí. Creo que habré hecho unos cuatro o cinco entrenamientos en los últimos tres meses. Tengo muchas ganas de trabajar lo más posible para llegar a tope a los partidos ante rivales directos que tendremos cuando se retome la competición.

Tras ese parón, tocarán tres duelos ante Gipuzkoa Basket, Betis y Estudiantes. Nada será definitivo, pero esos partidos pueden marcar el curso para bien o para mal.

-Serán muy importantes, pero no podemos pensar en eso desde ahora. Esta semana viene el Barça y nos enfocamos en eso. Para esos choques queda un mes y tenemos que mejorar en todo, en lo táctico en lo individual y, sobre todo, recuperar la alegría y la confianza y hacer equipo. Con mucha presión y miedo es difícil jugar.