El Bilbao Basket ya tiene su primera victoria en la Basketball Champions League. Siendo sinceros, su estreno no llegó, ni mucho menos, en un encuentro de gran brillo, de esos que son recordados cuando pasan los años. Más bien todo lo contrario, pero en las circunstancias por las que atraviesa el conjunto vizcaino toca ser prácticos y entonar aquello de que el fin justifica los medios. Necesitaban los de Álex Mumbrú después de sus dos últimas derrotas en Miribilla, la última ante el Estudiantes especialmente dolorosa, y esta llegó el martes en Bolonia ante una Fortitudo que tampoco está para muchos trotes. El partido tuvo las constantes vitales propias de un enfrentamiento entre dos escuadras que acumulan muchas derrotas en su zurrón. Hubo muchos más errores que aciertos en ambos bandos -los hombres de negro se llevaron el gato al agua sin llegar al 36% en tiros de campo- pero en esta ocasión fueron los visitantes los que controlaron la situación en el último minuto, cuando parecía que una nueva victoria se les iba a escurrir entre los dedos.

Ninguno de los dos conjuntos fue capaz de controlar el duelo. Lo pudo romper el Bilbao Basket en un tercer cuarto en el que limitó a su rival a cinco míseros puntos para llegar a los diez minutos finales con un 46-52 a su favor, pero sus pérdidas de balón permitieron a los anfitriones equilibrar el duelo. Tras otro pequeño demarraje (52-58 a falta de 5:48), los hombres de negro no consiguieron anotar durante cinco minutos y la Fortitudo estuvo cerca de aprovechar el regalo. Pero con el 60-58 a 49 segundos del final Jaylon Brownque sacó a los suyos del socavón ofensivo y dio continuidad a esa acción con dos tiros libres (60-63). Entre Ethan Happ, el mejor de los locales, y Felipe Dos Anjos, el más destacado de los visitantes, dieron más emoción el choque en una acción de palmeo, pero una antideportiva sobre Ludde Hakanson, con el sueco metiendo cuatro tiros libres seguidos, dio carpetazo al asunto.

Puede que el fondo, la victoria, sirva para animar a las tropas de Mumbrú, pero las formas, el juego, volvió a generar muchas dudas ante un rival muy débil como el italiano. Jugadores como Dos Anjos (doble-doble con 11 puntos y 10 rebotes), Regimantas Miniotas, Goran Huskic o un mejorado Ludde Hakanson como distribuidor volvieron a demostrar que pueden ser buenos acompañantes, pero a las piezas principales les sigue costando ser regulares. Al menos Brown resurgió de sus cenizas al final, pero Arnoldas Kulboka y Jaroslaw Zyskowski, desacertado el primero y muy blando en las finalizaciones el segundo, volvieron a estar lejos de lo esperado y Jonathan Rousselle tampoco acaba de encontrarse a gusto. El equipo necesita de forma urgente un paso al frente de su núcleo principal porque pocos partidos más podrá sacar adelante con un 21% en triples o recibiendo hasta once tapones.

El encuentro arrancó con ambos bandos atascados. Muchos errores, problemas en la toma de decisiones y escaso acierto en el tiro. En los locales, al menos, Saunders y sobre todo Happ empezaron atinados y por ello suyas fueron las primeras ventajas ante un Bilbao Basket con escaso filo, sin generar ventajas y errando tiros abiertos, en el que solo Dos Anjos hacía gala de un alto nivel de energía. Con diez errores en sus primeros catorce lanzamientos, el partido parecía ponerse muy cuesta arriba de buenas a primeras (16-8), pero la entrada de la segunda unidad volvió a revitalizar al conjunto vizcaino. Hakanson movió bien a sus compañeros, explotando las situaciones de bloqueo directo con Huskic, Miniotas hizo daño al poste y los visitantes enlazaron un 4-13 para firmar su primera ventaja, 20-21, con el segundo cuarto en juego. Eso sí, la renta fue fugaz. Comuzzo paró el encuentro y gracias a la fortuna, un triple de ocho metros a tabla en el última segundo de posesión de Mancinelli, y a otro de esos errores que tanto comete el Bilbao Basket, pérdida en primera línea de pase, los suyos recuperaron el control de la situación en un abrir y cerrar de ojos. El conjunto vizcaino no estaba cómodo. Fallaba demasiados tiros liberados y se llevaba muchos tapones cada vez que intentaba finalizar cerca de canasta, mientras que en su aro permitía demasiados puntos fáciles. Con Happ entonadísimo en las distancias cortas y Dos Anjos liderando la resistencia, un par de acciones de Aradori, triple incluido, amagaron con dar alas a los anfitriones (41-33), pero una canasta de Hakanson abortó el intento de demarraje antes de llegar al ecuador de la contienda.

En la reanudación, entre los errores propios y la subida del nivel de intensidad de la defensa bilbaina llevaron al ataque italiano al colapso. Una canasta de Happ y un triple de Aradori fueron todo el caudal ofensivo de la Fortitudo Bolonia durante el tercer cuarto, convertido por momentos en un carrusel de errores por parte de los dos equipos, que corrían arriba y abajo la pista sin ningún orden ni criterio. Al menos, el caos sirvió al Bilbao Basket para llegar en ventaja (46-52) a los diez minutos finales. No tardó en perder ese pequeño colchón por culpa de sus propios errores y sus cinco minutos sin anotar desde el 52-58 a punto estuvieron de provocarle otro serio disgusto, pero los italianos, terriblemente fallones, no supieron aprovecharse de la circunstancia y en esta ocasión Brown y Hakanson llegaron a tiempo para asegurar la victoria. No fue bonita ni brillante, pero si sirve para curar las heridas recientes bienvenida sea.

Dos más uno

1

Dos Anjos. El pívot brasileño está aprovechando los minutos que le da la lesión de Balvin para demostrar que se puede contar con él para echar una mano. Ayer firmó un 'doble-doble' (11 puntos y 10 rebotes) y acabó como el 'hombre de negro' con mejor valoración (15).

2

Miniotas. El lituano no ha necesitado demasiada adaptación para empezar a ser un jugador productivo. Actúa con gran seriedad e intensidad, sabe desenvolverse al poste y marida bien con Huskic. Ayer acabó con ocho puntos y otros tantos rebotes.

3

Kulboka y Zyskowski. El lituano volvió a jugar un partido muy alejado del nivel que se le presupone, renunciando a algunos tiros y mostrándose demasiado tímido, mientras que el polaco falló algunas finalizaciones y posibles 'dos más uno' por falta de dureza. El equipo necesita que den un paso al frente.