Más de lo mismo. Por mucho propósito de enmienda que haga semana tras semana, el Bilbao Basket recae una y otra vez en los mismos errores y sigue acumulando derrotas en un casillero que ya empieza a pesar lo suyo y a hacer daño en el apartado anímico a una plantilla que no parece tener precisamente en la dureza mental una de sus virtudes. Otro arranque de partido horrible, rebosante de errores absolutamente evitables, frustró al conjunto vizcaino ante un Brose Bamberg que no tuvo que hacer más que aprovechar los regalos de los hombres de negro para llegar a mandar por un abrumador 15-33 a cinco minutos del descanso. Sí, en la segunda parte los de Álex Mumbrú ofrecieron una cara muy distinta, llegaron a igualar a 65 puntos a cuatro minutos del final y Jaylon Brown falló poco después un triple para colocar a los suyos en ventaja por primera vez, pero se quedaron sin gas y sin acierto en ataque en los compases finales y la segunda derrota en otros tantos duelos de una BCL que se pone ya muy cuesta arriba se convirtió en realidad.

Al menos, los anfitriones consiguieron cerrar el duelo con sensaciones competitivas bastante aceptables, porque tal y como comenzó la noche el partido amenazó con ser un chorreo de aúpa, con un conjunto vizcaino absolutamente romo en ataque, encadenando pérdidas en primera línea de pase perfectamente castigadas por el rival y haciendo gala de una defensa porosa a más no poder, llegando casi siempre tarde a puntear los tiros y ofreciendo vías de penetración claras. Al Bilbao Basket le cuesta generar ventajas ofensivas, pero en la segunda parte demostró que también tiene recursos a explotar y entre Brown, Ondrej Balvin y un Kingsley Moses clave en el acercamiento justo en el que puede ser su último partido como hombre de negro rozaron la campanada, pero un par de triples fallados con el marcador ya equilibrado fundieron sus opciones. Ahí, en el tiro desde la línea de 6,75, figura otro de los grandes problemas del equipo. El martes, un 16% de acierto con cuatro aciertos de 24 intentos (uno de nueve para Arnoldas Kulboka).

El arranque de la contienda fue el perfecto prólogo del horror que estaba por llegar. Dos pérdidas de balón de inicio, la primera en el centro de la cancha de Kulboka entregando prácticamente el balón en las manos a Ludde Hakanson, fueron castigadas por Dominic Lockhart y a partir de ahí el control del marcador fue del Brose Bamberg. El Bilbao Basket jugaba convertido en un manojo de nervios, timorato y blando en defensa, dejando posiciones claras al rival tanto en el perímetro como debajo del aro, mientras que en ataque sus intentos de sumar canastas eran una tortura, con un circulación de balón inexistente y pérdidas por doquier. Cuando los alemanes firmaron su primera ventaja de dos dígitos (7-17 a 1:48 del final del primer cuarto), los anfitriones solo llevaban tres faltas cometidas y dos habían sido en ataque. El resumen de los diez primeros minutos fue un doloroso 7-19, con los de Mumbrú acumulando ocho pérdidas y un paupérrimo 3 de 15 en tiro, y la cosa no tardó en ir a peor. Jugando a placer, el equipo bávaro castigaba cualquier concesión de su rival para anotar. Por contra, en las filas vizcainas nada funcionaba. Cuando quería subir líneas en defensa, dejaba a algún tirador libre; cuando podía acercarse en el marcador, aunque fuera tímidamente, cometía algún error de bulto. Desesperado al no encontrar recursos fiables y con el 15-33 en el marcador, Mumbrú tiró incluso de Moses, sin minutos en los dos últimos duelos. En un par de arreones, los locales se acercaron hasta el 24-36, pero los alemanes se rehicieron para alcanzar el ecuador de la cita con un 26-41.

En la reanudación, el Bilbao Basket ingresó en cancha más intenso y de su seriedad defensiva partió su renacer ofensivo, jugando con mucho más filo y velocidad. Con Moses haciéndose notar con ocho puntos casi seguidos, los de Mumbrú comenzaron a recuperar terreno hasta el 49-54. Los locales sumaron 25 puntos en este tercer cuarto, solo uno menos que lo acumulado hasta el descanso, y no permitieron tantas facilidades a un Bamberg que, sin embargo, resistió en pie gracias a Kravish y Fieler. Los visitantes volvieron a marcharse (51-63) con el acto final ya en juego, pero el partido era ya otra cosa. La defensa anfitriona ahogaba a los alemanes, que se vieron obligados a parar el partido con un 63-65 a 4:31 del final. Los de Mumbrú igualaron a 65 con una penetración de Serron, Brown falló el triple para poner por delante los suyos y el Bamberg fue haciendo camino hacia la victoria porque los locales fallaron más y más desde la línea de 6,75. El Bilbao Basket no ganó, pero al menos mejoró tras el descanso sus pésimas sensaciones iniciales.