Cuando un jugador como Ondrej Balvin, uno de los capitanes del Bilbao Basket junto a Jonathan Rousselle, lanza un comentario tan contundente es que algo no funciona en el equipo y debe ser arreglado lo antes posible. "Hoy no hay excusas. No estuvimos preparados para la dureza de este partido y eso ya no puede pasar. Tenemos que dar mucho más por vosotros, que estáis siempre detrás de este equipo. ¡Es nuestra responsabilidad!", escribió el pívot en su cuenta de Twitter después de la derrota sufrida el sábado en su visita al Baxi Manresa.

Para desgracia del conjunto vizcaino, el duelo siguió un patrón ya conocido este curso, una muy mala puesta en escena desde el punto de vista de la dureza, la concentración y el acierto que dio alas y mucha ventaja al equipo rival y posteriores intentos de remontada que resultaron baldíos por no tener la regularidad necesaria y amasar errores en los momentos en los que recuperar el pulso competitivo parecía posible.Puede que sea por la ausencia de público en los pabellones, por la irregularidad de un calendario totalmente mediatizado por el aplazamiento de dos partidos o por el propio carácter del vestuario del presente ejercicio. Sea como fuere, el conjunto de Álex Mumbrú, se coloca a merced del rival de turno, le concede demasiada ventaja y posteriormente carece de los argumentos necesarios para darle la vuelta a la tortilla. Sus intentos de llegar vivo a los finales de los partidos resultan encomiables, pero están siendo insuficientes porque los duelos están ya demasiado desequilibrados. Además, los rivales, sobre todo en ACB, acostumbran a localizar este tipo de carencias y, como hicieron los de Pedro Martínez, salen a pista con el cuchillo entre los dientes.

El Bilbao Basket ha perdido el primer cuarto en todos los encuentros que lleva disputados en este arranque de ejercicio. Incluso en su única victoria, ante el Obradoiro, fueron los gallegos los que cerraron el acto inaugural en ventaja (19-22) tras disfrutar de ventajas de hasta seis puntos. De los siete partidos jugados hasta la fecha, los hombres de negro: Gran Canaria (25-19), Badalona (33-18) y Manresa (27-15). Además, en estas dos últimas citas en la competición doméstica la desventaja acumulada en los diez primeros minutos de partido fue superior a la decena de puntos, llegando a los 15 contra los de Carles Duran (33-18) y a los 12 el pasado sábado (27-15).

Para remontar esas situaciones hace falta una regularidad de juego y un nivel de dureza mental que el Bilbao Basket no tiene aún. Y para fabricar esa coraza de impermeabilidad que ayuda a hacer frente a las situaciones adversas no ayuda en absoluto que de los siete partidos disputados los jugadores se hayan visto en dos siempre por detrás en el luminoso (frente a Joventut y Manresa) y que en otros tantos (ante Gran Canaria y Tenerife) solo dominaran en el luminoso en el 2-0 inicial. Remar tanto tiempo contra la corriente mina la confianza del grupo y sobre todo la de algunos jugadores, a los que se ve cabizbajos y agarrotados.