Aaron Jones se definió ayer, en su presentación como nuevo pívot del Bilbao Basket, como “un jugador pegamento”, de esos que ponen al equipo por encima de lo individual y que siempre están dispuestos a echar una mano en cualquier faceta del juego para la que sean requeridos por su entrenador. Ese es el espíritu con el que aterriza en el vestuario de los hombres de negro un jugador para el que el desembarco en la Liga Endesa supone “un nuevo paso en mi carrera” y que reconoció que una de las principales razones de su aterrizaje en la capital vizcaina radica en la presencia en el equipo de Jaylon Brown, con el que compartió equipo hace tres temporadas en el Salon Vilpas Vikings de Finlandia: “Tenemos buena química entre nosotros. Le he seguido, le he visto jugar muy bien en la ACB y he pensado que yo también puedo demostrar a todo el mundo que puedo jugar en un nivel alto como este”.

Jones, pívot de 27 años y 2,06 metros formado en la universidad de Mississippi, arranca su sexto ejercicio como profesional dentro de una carrera que le ha llevado a jugar en Alemania, Bulgaria, Finlandia, China, Grecia y de nuevo en la Bundesliga, donde el pasado curso tuvo un papel importante en el equipo revelación del baloncesto germano: los Crailsheim Merlins. “Juegue donde juegue, mi objetivo siempre es el mismo: ganar el máximo número de partidos posible y cumplir todos los objetivos. En lo personal, quiero seguir desarrollándome como jugador”, anunció Jones, encantado con lo que ha visto hasta el momento en las sesiones de trabajo del Bilbao Arena. “Me siento muy bien con la organización, con los compañeros y con todo el cuerpo técnico. Me he sentido muy bien recibido, lo cual agradezco. Como equipo, tenemos que mejorar cada día, trabajar en cada entrenamiento y ya veremos dónde nos lleva eso. Solo llevamos una semana juntos, pero hay un buen grupo de jugadores, con buena energía y mucho deseo. Hay química y trabajamos bien”. Acostumbrado a jugar los últimos años en localidades pequeñas, el pívot estadounidense bromeó con la primera impresión que se llevó de Bilbao. “En lo primero que me fijé desde el avión fue en las montañas, pero luego ya pude ver la ciudad y puedo decir que es preciosa. Esta nueva experiencia en una nueva ciudad grande es un placer”.

Cuando se le pidió una definición sobre sus cualidades como jugador y acerca de la aportación que puede tener en el colectivo, Jones fue claro: “Trabajo cada día en mi juego. Diría que no tengo debilidades y hago todo aquello que el entrenador quiera que haga en beneficio del equipo. Soy un jugador pegamento, de equipo. Si hay partidos en los que me encuentro con confianza para tirar puedo jugarme un par de triples o, si no, dedicarme a pasar el balón. Creo que soy un gran defensor y siempre voy a aportar energía en esa faceta del juego. La defensa es lo primero, todo tiene que llegar a partir de ahí para poder crecer y evolucionar”.

Efectividad, energía y ritmo En el acto de presentación, Rafa Pueyo, director deportivo de la entidad de Miribilla, escenificó la confianza que tiene puesta el club en un jugador al que han firmado un contrato por dos temporadas. “Aaron destaca en ataque por su efectividad debajo del aro. Gracias a su movilidad y a su capacidad para jugar por encima del aro saca muchas ventajas en las situaciones de pick & roll y es un buen reboteador en los dos aros. Además, es un buen defensor, tiene mucha actividad e intensidad atrás, lo que le ha ayudado siempre a destacar en las recuperaciones de balón y en los tapones. Además, aporta mucha energía y mucho ritmo porque para su posición es muy rápido y muy móvil. Esperamos que tenga dos buenas temporadas en Bilbao”, apuntó.