Bilbao - Jonathan Rousselle está disfrutando de su temporada en el Bilbao Basket y se nota en su discurso. Asegura que cuando se convirtió en hombre de negro el pasado verano "no sabía muy bien qué esperar", pero los acontecimientos han superado hasta la más ambiciosa de sus expectativas. Huye de cualquier mérito individual y ni siquiera le da demasiado bombo a su decisivo canastón en la prórroga ante el Barça que selló medio billete para la Copa. "Había que tirar, no quedaba otra", dice con modestia.

¿Cómo recuerda los momentos inmediatamente posteriores al triunfo en el Palau Blaugrana?

-Es el mejor momento que he vivido en mi carrera. La emoción de ganar en Barcelona con este equipo tras una prórroga y clasificarte para la Copa es? Estábamos todos muy emocionados. Fue un gran día.

Parecía el guion de una película.

-A ver, nos veíamos capaces de hacerlo, pero nuestras opciones eran tan pequeñas? Durante todo el partido no paramos de creer y al final terminamos consiguiéndolo. Increíble, de verdad.

Supongo que cuando el Burgos ganó en Santiago el sábado incluso ustedes, los jugadores, lo vieron complicadísimo.

-Evidentemente. Pero dejando a un lado la posibilidad de ir a la Copa, nosotros queríamos ganar ese partido como queremos ganar cualquiera que jugamos. No pensábamos en esas posibilidades de perder por poco y esperar otros resultados, nosotros íbamos a Barcelona a competir y a intentar ganar. Sabíamos que iba a ser muy difícil, pero también que íbamos a tener alguna oportunidad. Al final, es mucho más gratificante clasificarte por ti mismo que por otros resultados.

"Partido duro, no caer en la frustración". Ese fue uno de los lemas del entrenador para afrontar esa cita. Llegaron a perder por catorce puntos y no se alteraron.

-Cuando juegas en una cancha como la del Barcelona sabes que vas a afrontar un duelo de gran exigencia mental. ¡Son un equipo tan talentoso que te anotan aunque tú juegues una defensa que roce la perfección! Lo cierto es que no estuvimos muy pendientes del marcador, seguimos haciendo lo que teníamos que hacer y funcionó.

¿Y su canastón a 19 segundos del final de la prórroga que colocó el 88-92? Se pasó el balón por la espalda, hizo un 'step back'? Fue una acción clave para asegurar el triunfo.

-Quedaban tres segundos en el reloj y había que tirar, no quedaba otra. En ese tipo de situaciones no hay mucha presión porque la posesión se agota y el lanzamiento era la mejor opción.

Supongo que cuando llegó en verano a un Bilbao Basket recién ascendido no esperaba ni jugar la Copa ni protagonizar una primera vuelta con diez victorias.

-La verdad es que no sabía muy bien qué esperar, prefería ir poco a poco para comprobar cómo se desarrollaba todo porque era la primera vez que iba a salir de Francia. Ahora puedo decir que estoy viviendo el mejor momento de mi carrera y me alegra muchísimo que esté ocurriendo aquí y con este equipo. Vivir estas cosas con un conjunto modesto, con poco dinero y que supuestamente iba a estar abajo lo convierte todo en muy especial. Pero este equipo tiene un espíritu increíble y es una gozada poder disfrutarlo desde dentro.

En este equipo hay muchos componentes sin experiencia en ACB y mucho jugador joven, pero compite como un bloque granítico. ¿Cómo se consigue eso?

-Tenemos una muy buena mezcla con jugadores jóvenes que quieren demostrar muchas cosas, aportan mucha energía y no piensan demasiado en las consecuencias de sus acciones sino que juegan con mucha decisión y otros veteranos como Rafa (Martínez) o Thomas (Schreiner) que conocen la liga y hacen que el ímpetu de unos y la calma de otros mezcle de manera perfecta.

Ganar a cuatro equipos de Euroliga en una vuelta?

-¡Bufff! (Se queda un rato pensativo). Es algo impresionante, sobre todo porque tres de esos triunfos han sido en casa y los hemos podido disfrutar con nuestra gente. Todos queremos jugar ese tipo de partidos, son momentos excelentes porque, además, no tienes ningún tipo de presión. No es lo mismo jugar en casa ante equipos de Euroliga que, por ejemplo, ante el Betis. Nosotros jugamos esos duelos con mucha confianza, con muchas ganas de hacerlo bien y por ahora todo marcha rodado.

¿Es tan especial jugar en Miribilla?

-Es el mejor ambiente que he vivido en mi carrera. Jugar en la cancha del Limoges estaba muy bien, pero lo de Bilbao es incluso mejor. Es un público muy positivo. Cuando llega el lunes y sabes que toca partido en casa afrontas la semana mejor porque sabes que vas a tener un aporte extra de energía juegues bien o no. Este público apoya en cualquier circunstancia y eso es lo mejor que un equipo puede pedir.

En el sorteo de Copa les ha tocado el Real Madrid.

-Lo afrontaremos como siempre. Jugaremos duro y trataremos de ofrecer nuestra mejor versión. Nuestro objetivo debe ser mantenernos fieles a nosotros mismos, no intentar ser otro equipo. No tenemos ninguna presión, no tenemos nada que perder, pero todo por ganar.

Tienen ya diez victorias y la barrera de la salvación suele colocarse en doce. ¿Teme que el equipo pueda caer en un exceso de relajación en la segunda vuelta?

-Ese puede ser el mayor peligro para nosotros, ver que tenemos diez victorias, que vamos a la Copa, que todo el mundo habla bien de nosotros, destaca nuestro buen juego... Creernos lo que no somos. Por ejemplo, si pensamos que el partido de Manresa va a ser fácil porque es en casa y venimos de ganar en Barcelona, nos equivocamos. Es un error que no debemos cometer. Sabemos qué equipo somos, que debemos jugar cada partido al 200% porque de lo contrario perderemos todos los partidos. Y eso debemos tenerlo muy claro. No tenemos que cambiar nada y ser conscientes de que somos un equipo pequeño y jugadores pequeños. Cuando jugamos juntos somos un buen equipo, pero si nos creemos más de lo que somos puede ser el principio del fin.

¿Cómo valora en lo personal esta primera vuelta?

-Estoy muy contento. Seguro que puedo jugar mucho mejor, pero creo que estoy ayudando a que el equipo gane y eso es lo más importante. ¡Vamos quintos en la liga! Puedo hacerlo mejor, pero estoy en un equipo nuevo, en un país nuevo y en una competición nueva. Seguro que mi segunda vuelta será mejor.

¿Es muy diferente la Liga Endesa?

-Mucho. Sí, todo es baloncesto, pero la forma de jugar cambia, los arbitrajes y el baremo de señalización de faltas también? Cuando llevas toda la vida jugando de una manera necesitas tiempo para adaptarte a un nuevo registro. Creo que poco a poco voy haciéndolo mejor.

En las dos últimas semanas ha logrado su mejor registro tanto en puntos (16) como en asistencias (9). ¿Esta es la mejor versión de Jonathan Rousselle?

-Cualquier jugador con el que hables te dirá que puede hacerlo mejor. Pero, honestamente, eso no es lo más importante para mí. Hemos ganado partidos en los que yo no he jugado especialmente bien o no he brillado en puntos o asistencias. No me importan mis números porque no creo que este equipo necesite que los bases anotemos 20 puntos, ya hay otros jugadores capacitados para hacer eso. Mientras ayude al equipo a ganar y haga en pista lo que el entrenador me pide estaré satisfecho. Las estadísticas no lo son todo.

¿Y qué le pide Álex Mumbrú?

-Imponer ritmo al partido, ser vertical, jugar rápido y crear juego. Sobre todo, siempre me insiste en que sea yo mismo.