EL Bilbao Basket solo necesitó 57 puntos para llevarse la victoria del Palacio de los Deportes de Murcia. Fue la anotación más baja de la temporada y aun así los hombres de negro consiguieron ganar. Desde luego el encuentro de ayer no será el mejor ejemplo para defender el baloncesto. Errores continuos y unos porcentajes nefastos por parte de los dos equipos. El conjunto bilbaino solo anotó veinte de sus sesenta tiros lanzados, los mismos que el Murcia, que incluso llegó a fallar once tiros más. No fue el día de ninguno de los dos equipos, pero los pequeños detalles pesaron más que nunca en un encuentro donde cada acierto triplicó su valor en comparación con tardes con porcentajes más parecidos a lo que acostumbran tanto el Bilbao Basket como el UCAM Murcia.

En una tarde llena de errores en el lanzamiento, los tiros de dos no fueron un lastre demasiado grande para el Bilbao Basket. Sí que es cierto que no llegaron a la mitad de los lanzamientos anotados al lograr un 17 de 41 pero el UCAM Murcia estuvo muchísimo peor al acabar el choque con un sonrojante 29 por ciento en este apartado. Donde más torcido estuvo el punto de mira de los vizcainos fue en el lanzamiento lejano. El triple fue un suplicio, una misión imposible. El 3-5 obra de Axel Bouteille fue el primer triple y el segundo no llegó hasta los minutos finales, obra también del alero galo, que pocos segundos después anotaría el tercero. Fueron los únicos aciertos en veinte intentos.

El UCAM Murcia anotó los mismos tiros de campo que el Bilbao Basket, perdió menos balones y aunque capturó menos rebotes, dominó en los rechaces ofensivos al capturar tres más que los bilbainos. En ese contexto solo un día extraño en los porcentajes de tiro podía salvar al equipo dirigido por Álex Mumbrú y así sucedió. Durante varias fases del encuentro, los hombres de negro fueron un fortín en defensa y no permitieron que los murcianos lograran anotar, provocando que desde los últimos cinco minutos del tercer periodo hasta los cinco primeros del cuarto solo lograran tres puntos. Fue un esfuerzo coral por parte de toda la plantilla, los cambios no menguaron la capacidad defensiva del equipo y cada nueva pieza que se incorporó al campo supo rendir a buen nivel durante estos minutos. Sin embargo, la presencia de Ben Lammers volvió a destacar. Sus largos brazos diseñaron una muralla para los jugadores del UCAM Murcia y el estadounidense se fue hasta los cuatro tapones, alguno de ellos realizado prácticamente sin saltar.

Pero en el baloncesto no se puede ganar exclusivamente a base de defender el aro propio, al final son los puntos los que marcan las diferencias y el Bilbao Basket tuvo que encontrar diferentes vías para destacar en un encuentro donde cada canasta costó un mundo. Sin el acierto en los tiros de campo, el conjunto bilbaino encontró su plusvalía en los tiros libres. Las faltas personales le llevaron 16 veces a la línea y solo hubo dos errores. Ese fue uno de los pocos aspectos estadísticos ofensivos donde pudo sumar más que su rival y en un encuentro decidido por un único punto, los ocho tiros libres más que anotó el Bilbao Basket fueron claves para lograr la tercera victoria consecutiva.

La irrupción de Bouteille De los malos porcentajes no se salvó ni uno de los jugadores más efectivos de la Liga Endesa. Bouteille sufrió durante todo el encuentro bajo la asfixiante defensa de Sadiel Rojas y le costó entrar en el partido. Al francés le costó entrar en racha, pero cuando lo hizo decidió el encuentro. Con el 50-49 anotó una acrobática entrada para poner por delante al Bilbao Basket y en la siguiente jugada contestó al triple de Booker con la misma moneda (53-54). Eddie también anotó de tres y a falta de quince segundos, con dos abajo, Bouteille tiró de sangre fría para anotar un estratosférico triple. Una irrupción de talento en el momento más caliente del encuentro que sirvió para dar el triunfo al Bilbao Basket.