Lavar el pelo es un hábito que forma parte de nuestra rutina de higiene. A simple vista, no tiene mayor dificultad, ya que basta con humedecer el pelo, aplicar el champú, frotar, aclarar y secar. Sin embargo, hay algunos aspectos de este proceso que quizás estés pasando por alto y que debes tener en cuenta si quieres hacerlo correctamente.

De esta forma podemos señalar que lavar el pelo bien puede ser muy sencillo, pero hacerlo mal también. No desenredar el pelo antes, usar demasiado champú o frotar con demasiada energía son algunos aspectos que pueden hacer que no consigas el resultado deseado.

A continuación te mostramos doce errores que puedes estar cometiendo sin saberlo y que si los corriges tu pelo lucirá brillante y te durará mucho más tiempo limpio. Son estos:

- No desenredar el pelo antes. El cabello es más frágil cuando está mojado que seco, por lo que es mejor cepillarlo y desenredarlo antes de lavarlo. Debes comenzar por las puntas e ir subiendo hacia las raíces y hacerlo despacio con un cepillo de cerdas naturales o de fibras de carbono para evitar romperlo y dañarlo. Al hacerlo, además, estimularás la circulación sanguínea del cuero cabelludo y el champú penetrará mejor.

Una mujer se cepilla la melena delante del espejo. Freepik

- No humedecer el cabello. Debes mojar bien todo el pelo con abundante agua para que después el champú se extienda mejor y pueda actuar de la forma correcta.

- Temperatura incorrecta del agua. Es importante elegir bien la temperatura del agua y lo ideal es que esté tibia. Si está demasiado caliente, el cuero cabelludo se irritará y las glándulas sebáceas producirán más grasa y darán al pelo un aspecto opaco. Demasiado fría tampoco es buena ya que el agua no disolverá la grasa de la forma adecuada. Si tienes valor suficiente para terminar el aclarado con un chorro de agua fría, esta cerrará la cutícula y tu pelo obtendrá un brillo especial.

- No elegir el champú adecuado. Decantarnos por un champú u otro basándonos en el precio, el diseño del envase o el aroma es un gran error. Debemos elegir el más adecuado para nuestro cuero cabelludo, ya que del cuidado del folículo piloso va a depender la salud del pelo. El cuero cabelludo puede ser seco, grasoso, mixto y sensible y para cada tipo de cabello existe un champú. Elige el más adecuado para ti.

Champú, gel y crema hidratante en una estantería de ducha. Freepik

- Usar demasiado champú. Lavar mejor el pelo no quiere decir utilizar kilos de champú en cada lavado. Basta con aplicar en la palma de la mano una cantidad de producto equivalente al tamaño de una moneda de dos euros.

- Aplicar el champú directamente al pelo. Primero emulsiona bien el champú en la palma de la mano y distribúyelo después de forma homogénea por toda la cabeza.

- Distribuir el champú de raíces a puntas. Aplicar el champú con movimientos circulares sobre el cuero cabelludo es suficiente y los medios y las puntas se limpiarán con la espuma que caiga desde la raíz.

- Frotar con demasiada energía. Si frotamos el champú con demasiado ímpetu, se estimularán las glándulas sebáceas, producirán más grasa, irritarán el cuero cabelludo y desequilibrarán el pH de la zona. Masajear con las yemas de los dedos con suavidad será suficiente para que el champú atraiga la suciedad como un imán y luego sea eliminada con el agua.

- Empeñarse en hacer espuma. Parece que si el champú no saca una nube de espuma no limpia bien. Pues no, muchas veces dependerá del producto y si elijes un producto sin sulfatos no saldrá espuma y eliminará la suciedad perfectamente.

Una mujer se aclara la espuma del pelo. Freepik

- Dos champunadas. Aplicarnos champú una o dos veces dependerá de la suciedad del pelo, ya que si lo hacemos más de lo necesario eliminaremos los aceites naturales del cuero cabelludo y de la fibra capilar dejándola más seca. En algunas ocasiones, una única aplicación será suficiente.

- Mal aclarado. El aclarado es tan importante como el lavado, ya que si quedan restos de champú en el pelo estos apagarán su brillo, le darán peso y atraerán las partículas de polvo, contaminación y suciedad.

- Secarse mal el pelo. Lo ideal es retirar la humedad con una toalla de microfibra con suavidad, sin frotar ni retorcer el pelo hasta que deje de gotear y después envolverlo en la toalla hasta que pierda prácticamente la humedad.

Ya ves que es muy fácil lavarse bien el pelo si sabes cómo, de forma que si tienes en cuenta estos sencillos consejos, con el mismo esfuerzo conseguirás lucir un cabello mucho más sano y limpio.