Gonzalo García de Vitoria, entrenador del Hereda Sevilla: “Cuando subes a la ACB, subes cinco o seis escalones en el baloncesto mundial”

Gonzalo García de Vitoria (3-2-1971) logró el ascenso a la ACB hace diez años con el Ourense, pero el club gallego no lo pudo culminar por cuestiones económicas. Hace unas semanas, el técnico bilbaíno, el que más partidos ha dirigido en la historia de la Primera FEB, repitió ese éxito con el Hereda Sevilla (antes Betis) tras superar en la Final Four de Madrid al Estudiantes y el Fuenlabrada y espera que esta vez sea la vencida.

Este es su segundo ascenso a la Liga Endesa. ¿Esta vez va a ser posible?

–Yo creo que sí, eso parece y en eso confío.

¿Y tiene más mérito este que el anterior? Porque se dice que esta ha sido la Primera FEB más dura de la historia.

–Ascender siempre es muy complicado, más este año que ha habido clubes con presupuestos muy grandes. Ostras, que Balvin y Brodziansky han estado en la Liga. Balvin, en concreto, ha rechazado ofertas de equipos de Eurocup y de la ACB que le daban menos dinero. O Jayson Granger y Pato Garino... La liga ha sido muy, muy dura. Aquel ascenso del Ourense fue distinto porque éramos un club de presupuesto bajo al que habían echado de la liga por no presentar bien los papeles. Nos readmitieron en agosto y fue un equipo hecho con cuatro jugadores que conocían la competición y el resto, jóvenes, y nos salió bien. Al final, cada ascenso tiene su mérito, aquel por inesperado y este, por complicado, y a los dos les doy el mismo valor.

Esta temporada también han cargado con mucha presión desde el inicio.

–Sí, por cómo es el presidente y por el nivel de los jugadores. El presidente siempre pone un objetivo ambicioso, y lo hizo desde el principio, con el fin de generar atención y seguimiento. Le gusta hacerlo así. Y para quien no conoce la Primera FEB, si fichas a jugadores como Benite, Renfroe o Jelinek parece que todo es más fácil y está hecho. Pero ha habido otros equipos con jugadores con pasado en la ACB. En esta Liga es importante tener buenos jugadores, pero también jugadores que la conozcan porque es distinta, desde el scouting a la preparación de los partidos. En la Primera FEB, no estás solo, te dejan solo, y eso obliga a hacer cosas diferentes que a veces a los jugadores les cuesta entender.

Y después está la presión de una Final Four, que usted también conocía de haberla disputado en Bilbao con el Ourense. ¿Tener esos jugadores que ha citado le daba más tranquilidad?

–Nosotros a la Final Four llegamos con menos presión, en el sentido de que había cuatro equipos increíbles y nos ponían como el que menos opciones tenía. Llegamos de pasar un play-off muy duro a cinco partidos ante el Cartagena que nos costó muchísimo. Ahí sabes que nadie te va a señalar si no lo consigues, pero los problemas que tuvimos que salvar durante la temporada y, sobre todo, el hecho de estar con la soga al cuello en el play-off con un 2-1 en contra y salvarlo nos hizo llegar muy bien a la Final Four. Nuestros jugadores tenían mucha experiencia en partidos importantes y eso se notó.

O sea, que agotar los cinco partidos no tiene que ser malo.

–Con el Ourense eliminamos al Oviedo en tres partidos y luego tuvimos que esperar dos semanas que se hacen muy largas. Parece que puedes descansar, pero pierdes ritmo y son complicadas a nivel mental. Este año llegamos con ritmo y creo que sufrir en el play-off nos vino muy bien a nivel mental. El cuarto y el quinto partido ya los jugamos con la presión de que perder nos mandaba para casa y pasar nos dio mucha confianza.

El formato de la Primera FEB hace que sea difícil manejar el hecho de que un equipo se escape y sea imposible el ascenso directo, como ha ocurrido con el Burgos. ¿Cómo se gestionan todas esas semanas sabiendo que hay que jugárselo todo al final y sin margen de error?

–En realidad, no pudimos pensar mucho en el futuro porque tuvimos un montón de lesiones, más de veinte. Habremos jugado con los doce jugadores menos de cuatro partidos y hemos tenido que reinventarnos cada semana. Hemos jugado sin cincos, con Radoncic en esa posición, hemos jugado sin cuatros o con un solo base. Eso nos hizo pensar solo en cada semana y no nos dejó crecer en lo que queríamos a nivel táctico, pero también nos hizo estar fuertes ante las adversidades.

La plantilla que ha tenido era de gente muy experta, pero no en la Primera FEB. ¿Cómo ha sido el día a día con ellos, el intercambio de información?

–Cuando entramos al mercado, lo hicimos tarde y los jugadores importantes de la liga ya estaban fichados. Tuvimos que ir a jugadores que se habían quedado sin sitio en la ACB. El primer día les mostré un video de otros equipazos que no habían ascendido y de equipos con menos nombre que sí lo habían logrado. Ese día habló Benite, habló Renfroe, los pesos pesados, y tenían claro que tenían que bajar al barro, que nadie les iba a respetar por llamarse Benite o Renfroe. Ellos desde el principio han respetado la competición y han ido aprendiendo, lo que habla muy bien de su mentalidad y su profesionalidad.

Ha dicho usted que la temporada anterior en Tenerife como ayudante de Vidorreta le sirvió como reseteo mental. ¿Se siente ahora reconfortado o no tenía nada que demostrar?

–Mira, esta temporada he superado los 500 partidos en la competición como entrenador jefe. Pero esta liga penaliza mucho los resultados y yo había tenido buenos años con presupuestos normales, pero el año de la pandemia y el siguiente las cosas no salieron bien y quedé un poco señalado y me di cuenta de que no tenía ofertas. En ese momento, Txus Vidorreta y Aniano Cabrera me ficharon muy rápido y fue una temporada muy buena, sobre todo por salir del foco y poder ver las cosas desde una perspectiva distinta. Me sirvió para renovarme.

Y ahora en la ACB, va a ser un novato, si se confirma el ascenso.

–Está claro, pero hay muchos árbitros en ACB que han pasado por la Primera FEB y los conozco y me saludaban con alegría porque al fin y al cabo todos venimos de abajo. Y los que no, me trataron siempre con respeto ese año y me gustó mucho.

¿Y cómo ve el panorama de la Liga Endesa?

–Es otro mundo. Ya se lo dije en su día a la gente del Ourense: asciendes una categoría en el baloncesto español, pero asciendes cinco, seis o siete escalones en el baloncesto mundial. Es otro rollo. La diferencia es muy grande no solo en cuanto a jugadores, sino en estructuras y en organización de la liga. Y en cuanto al juego, lo que marca la diferencia es el físico y la calidad de los jugadores. En la ACB, tú entrenas una semana contra defensa next y te sale en el partido. En la Primera FEB, tú lo entrenas, pero no te lo vuelven a hacer en cinco semanas y a los jugadores se les ha olvidado. Eso en la ACB no pasa. La capacidad de los jugadores en la ACB es mejor en todos los sentidos. Todo se hace más rápido y mejor. Tácticamente, hay muchas cosas parecidas en todas las ligas, pero en la ACB es todo de más calidad.

Ahora le toca mirar al mercado, algo que se ha complicado este verano por la marcha de muchos cupos de formación, que se quiere paliar con esta nueva liga U22.

–Por partes. Esta nueva competición hay que ver cómo funciona, como con todo lo nuevo. Yo prefiero probarla antes de criticarla. Habrá que adaptarse y ayudarla a crecer. Sobre los cupos y los jugadores que se marchan, hay que darle una vuelta porque no se puede competir económicamente. Sé de jugadores que se van a ir con becas de 80.000 o 100.000 euros que no van a ser profesionales nunca. Así que fíjate cuando se habla de proyectos interesantes. No sé cómo, pero habrá que hacer algo entre todos: clubes, federaciones, ACB, agentes, a los que hay que meter también. Hay que hacer algo a nivel mundial para protegernos porque si no, las vamos a pasar canutas porque el nivel de los cupos va a ser peor y eso va a hacer bajar el nivel de las ligas.

Todo el mundo piensa que los dos ascendidos van a subir con presupuestos importantes. ¿Va a ser para tanto?

–En nuestro caso, vamos a ser de los presupuestos más bajos. Pero me comentan que Burgos sí va a tener un presupuesto potente, que no lo sé. Nosotros tendremos un presupuesto ajustado, según lo que deduje al día siguiente de ascender cuando nos recibieron las instituciones. Pasar de dos millones en Primera FEB, que es un buen presupuesto, a cinco o cinco y medio en ACB, que es un presupuesto muy bajo, es más del doble, un salto muy grande.