PUÑETAZOS entre compañeros en el vigente campeón, un subcampeón que no contará con su entrenador durante todo el curso por mantener una “relación íntima” con una componente del staff de la franquicia, aspirantes en los que el jugador estrella pone a la gerencia en la tesitura de elegir entre él y el entrenador y el general manager para finalmente no cambiar de aires, otros en los que no han conseguido sacarse de encima elementos nocivos, propietarios expulsados por malas conductas, lenguaje racialmente inapropiado y acusaciones de acoso sexual con sus trabajadores, adquisiciones llamativas con difícil encaje en el engranaje grupal... El nuevo ejercicio de la NBA, que arrancará en la madrugada del martes al miércoles, llega con muchas turbulencias, deportivas y extradeportivas, en la mayoría de los teóricos aspirantes a llegar lejos en la lucha por el anillo, un ecosistema que tiende al caos y que provoca que no sean pocos los conjuntos con aspiraciones fundadas para pescar en río revuelto.
Y todo ello arrancando por los vigentes campeones, unos Golden State Warriors cuyo camino hacia la reedición de su éxito ha encontrado una importante piedra en el camino que puede hacer saltar por los aires la química de vestuario. El volcánico Draymond Green propinó un puñetazo a Jordan Poole durante un reciente entrenamiento de pretemporada, el vídeo se filtró a la web TMZ y el agresor, uno de los pilares del grupo, fue apartado del equipo, aunque finalmente la franquicia no le sancionará con partidos y, según Steve Kerr, ambos protagonistas han hablado para reconducir el asunto, con Stephen Curry ejerciendo de mediador. ¿Pesará la trifulca? Por el momento, Poole está próximo a cerrar una multimillonaria renovación (140 kilos, cuatro cursos) y el futuro de Green queda en el aire. En el plano deportivo, han perdido fondo de armario (Otto Porter, Gary Payton, Juan Toscano Anderson...), pero un plantel con Curry, Green, Poole, Klay Thompson, Andrew Wiggins, con el previsible crecimiento de los jóvenes James Wiseman y Jonathan Kuminga, debería aspirar a todo.
Tampoco ha habido tranquilidad en los Boston Celtics. Ime Udoka, el técnico que el pasado ejercicio les llevó a la final, no podrá sentarse esta temporada en el banquillo por romper el código interno de la franquicia al haber mantenido una “relación íntima” con una componente del staff. El inexperto Joe Mazzulla asumirá el cargo en un equipo que tiene en Malcolm Brogdon su principal refuerzo –Danilo Gallinari se perderá toda la campaña– y en la salud del pívot Robert Williams su principal incógnita. Jayson Tatum, Jaylen Brown, Al Horford, Marcus Smart, Derrick White y Grant Williams forman una estructura fiable y capacitada para llegar muy lejos.
Entre los aspirantes a alcanzar el último escalón en la pugna por el anillo tampoco faltan interrogantes. En los Brooklyn Nets siguen Kevin Durant y Kyrie Irving al frente de la nave, aunque hace un par de meses ambos parecían estar más fuera que dentro. Durantula pidió primero el traspaso, posteriormente se reunió con el dueño de la franquicia para que eligiera entre él o el entrenador, Steve Nash, y el general manager, Sean Marks. Por su parte, el base coqueteó también con abandonar New York, supuestamente con el beneplácito de la franquicia, pero tampoco se ha movido. No parece, a priori, el ecosistema más propicio para intentar el asalto a la corona de la Conferencia Este, más aún cuando deben meter en dinámica de grupo a un jugador tan peculiar como Ben Simmons, fuera de las canchas desde junio de 2021. En el que podría ser el gran aspirante del Oeste, Los Angeles Clippers, las dudas residen en la durabilidad física. El estelar Kawhi Leonard regresa tras una larguísima lesión para aliarse con Paul George, también renqueante el pasado ejercicio, y de esa unión debería salir un equipo de enorme fortaleza, más aún al contar a su alrededor con un notable cuerpo de secundarios en el que solapar al recién llegado John Wall, más fuera que dentro de las canchas en los últimos tiempos, sería una gran noticia para Tyronn Lue.
¿Conseguirá James Harden adaptarse a las necesidades de Joel Embiid para convertir en un equipo aspirante a los Philadelphia 76ers con la ayuda de Tobias Harris y Tyrese Maxey? ¿Los Denver Nuggets del MVP Nikola Jokic volverán a optar a lograr algo grande tras recuperar a Jamal Murray y Michael Porter? ¿Afectará a los Phoenix Suns la expulsión de su propietario, Robert Sarver, por malas conductas, lenguaje racialmente inapropiado y acusaciones de acoso sexual con sus trabajadores o Devin Booker y Chris Paul volverán a llegar lejos? Las incógnitas son múltiples y de ellas podrían aprovecharse conjuntos más estables como los Milwaukee Bucks de Giannis Antetokounmpo y Khris Middleton, campeones hace dos cursos, los Memphis Grizzlies del chispeante Ja Morant o los pujantes Dallas Mavericks de Luka Doncis. No parece el caso de Los Angeles Lakers de LeBron James, horribles en pretemporada y cuyos intentos de sacarse de encima a Russell Westbrook no han fructificado.