Derrota sin secuelas

COMO ya se suponía que el Bilbao Basket iba a perder en Madrid, daba lo mismo por uno que por treinta, lo más importante de la jornada estaba en otros partidos y se puede decir que los hombres de negro encontraron el menos malo de los escenarios posibles. Todos los equipos que marchan por detrás en la clasificación perdieron sus partidos y, por tanto, el descenso sigue a dos triunfos de distancia. En este sentido, ayudó mucho la victoria del Delteco GBC en Sevilla que aleja a los donostiarra de la quema y deja al Real Betis muy tocado al sumar su cuarta derrota consecutiva.

La mirada se fue a otras canchas en cuanto Jaycee Carroll enganchó tres triples seguidos y mató el partido del Wizink Center justo antes del descanso. La diferencia entre ambas plantillas es ahora sideral y quedan ya muy lejanos los tiempos en que el Bilbao Basket miraba a la cara al equipo blanco e, incluso, la ganaba en su cancha. Ayer lo hizo durante quince minutos, el tiempo en el que corrió, fue valiente y acertó desde fuera. Esos son los argumentos que debe presentar el conjunto vizcaino en cada partido porque para jugar a otra cosa no le da. Las rotaciones acabaron por empequeñecer la propuesta de los de Veljko Mrsic, de tal forma que el Real Madrid cerró el segundo cuarto sin fallar uno solo de sus diez lanzamientos de campo. Devin Thomas ni siquiera lo intentaba ante Walter Tavares y así la enorme presencia del caboverdiano dentro de la zona volvió a ser suficiente para frenar toda la producción ofensiva del Bilbao Basket, que entró en el vestuario para el descanso largo ya rendido.

Todo lo demás sobró y sirvió para sumar otra derrota que hace que el balance con Mrsic en el banquillo sea idéntico que el que heredó de Carles Duran: tres victorias y seis derrotas. Los primeros nueve partidos de liga los marcaron la entidad de los rivales y la coincidencia con la Eurocup, los nueve siguientes han estado condicionados por las lesiones de Tabu durante un mes y ahora de Gladness. En este sentido, poca novedad puede haber porque con el mismo material es difícil obtener resultados diferentes.

También se constató ayer que el técnico croata aún tiene asuntos que resolver. Uno de ellos es el del segundo base ya que ni Fischer ni Salgado le convencen del todo y repartirá los minutos en función del día, y otro el del papel que adjudica a los dos treses del equipo, Hammink y Tomàs, principalmente defensivo, pero cuya aportación ofensiva es imperceptible. Si a eso se añade la imposibilidad de generar juego en el poste bajo, el ataque del Bilbao Basket acaba falto de equilibrio y se vuelve inocuo, sobre todo en partidos en los que su inferioridad física es tan evidente como ayer. Muchos pases, pero escasa verticalidad, acaban parando la producción y la defensa se resiente porque desaparecen la intensidad y la confianza. Ayer solo Dejan Todorovic y Álex Mumbrú lograron sumar con cierta fluidez y acierto ya que el resto de sus compañeros no pudieron con sus pares. Durante muchos minutos se hacía difícil pensar que los dos equipos jugaran en la misma competición.

homenaje a mumbrú Precisamente, el capitán del Bilbao Basket recibió el cariño de la afición madridista en la que, seguramente, será su última visita al Wizink Center. Una pancarta situada en el fondo junto al banquillo bilbaino, donde se ubica la peña Berserkers, recordaba a Mumbrú que “siempre serás parte del espíritu de Vistalegre”, la anterior cancha del Real Madrid y en la que el catalán se proclamó campeón de Liga. Cuando fue sustituido a falta de un minuto, Mumbrú se llevó una gran ovación de su antigua afición y después del partido esa misma peña le entregó una placa de reconocimiento.

Fue un consuelo menor en una mañana que ya se presumía dura. Como mal menor fue la jornada. Queda una menos para alcanzar la meta de la permanencia, pero no siempre se puede depender de lo que hagan los demás. La cita del domingo ante el Fuenlabrada es otra señalada en rojo para que la proclamada mejoría cuaje en algo definitivo.