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Cuando los planes salen bien

El Bilbao Basket completa un partido casi perfecto y Miribilla recupera sensaciones olvidadas

Cuando los planes salen bienFoto: Oskar González

Bilbao - Era el día señalado para marcar el territorio, para empezar a separar el grano de la paja y el Bilbao Basket no falló. Dio la talla como se esperaba y como necesitaba en una jornada que se presumía muy importante para el futuro inmediato. Con la victoria de ayer, los hombres de negro volvieron a abrir una distancia de dos victorias con los puestos de descenso y se ganaron un tiempo de tranquilidad para mirar solo de reojo lo que ocurre a su alrededor. La puesta en escena del Bilbao Basket fue la que requería una cita como la de ayer y su alto nivel de intensidad apagó con el paso de los minutos la resistencia de un Joventut que dejó una imagen preocupante para sus seguidores.

Un parcial de 15-0 en el primer cuarto encendió la mecha, pese a que el juego de ataque no fluía de la mejor manera y ambos equipos parecían jugar a lo mismo, a buscar los desequilibrios desde el uno contra uno, donde brillaron al inicio Jonathan Tabu y Lucio Redivo -maravilloso el triple con paso atrás que anotó desde la esquina-, que son los más adecuados para resolver el juego que propone Veljko Mrsic por su capacidad de desborde y de fabricarse sus propios tiros en situaciones de apuro. Devin Thomas ha aparecido para aprovechar su movilidad en los espacios y de los puntos de ellos tres se nutrió el Bilbao Basket hasta el descanso, cuando el Joventut aún parecía aguantarse en el partido.

Los de Mrsic se atascaron en el segundo cuarto y dieron vida a la Penya al conceder unos cuantos tiros libres que los visitantes, por suerte, no aprovecharon para estrechar más el marcador. El plan del Bilbao Basket se antojaba bueno, el Joventut solo mostraba retazos de Jordan, Wayns y Dimitrijevic, pero con poca alma. De todas formas, hacía falta apretar las clavijas para llegar a un final sin sobresaltos. Así, la resistencia de los verdinegros duró hasta que quedaban 4:40 para acabar el tercer cuarto. Los de Diego Ocampo habían anotado cinco canastas seguidas debajo del aro para colocarse en un 54-47 que fue su canto del cisne.

la decisión clave Veljko Mrsic tomó en ese momento una decisión que cambió de rumbo el partido, tocó la tecla adecuada en el momento justo. Metió a Mickell Gladness en la cancha para que el pívot de Alabama soltara a su par, cerrara la zona y cambiara tiros con su gran envergadura. La consecuencia fue que al Joventut se le acabó el chollo de las bandejas y el Bilbao Basket se anotó un parcial de 20-0, tan rápido como demoledor, que clausuró el partido y lo metió en unas sensaciones desconocidas para la parroquia de Miribilla desde hace mucho tiempo. Los hombres de negro no metían tantos puntos desde la vigésimo octava jornada de la temporada 2015-16, cuando se impuso al Baloncesto Sevilla por 101-82. En la sexta jornada de ese mismo curso había caído ante el Valencia Basket después de dos prórrogas por 104-111. Para ver al equipo bilbaino con una ventaja por encima de los 30 puntos, hay que remontarse quizás a la temporada 09-10 cuando el Bilbao Basket ganó al Obradoiro por 98-58. Mirar el último cuarto con la sensación de duelo finiquitado supuso una liberación después de tantos meses en los que la tensión se ha podido cortar en el Bilbao Arena por falta de resultados positivos.

Además, el partido dio oportunidades a todos y dejó a seis jugadores del conjunto local con más de diez puntos, incluso ese Dejan Todorovic que durante muchos minutos estuvo enfadado con el mundo y muy poco presente en el juego ofensivo. Por otro lado, Veljko Mrsic ya ha dicho más de una vez que no es amigo de rotaciones exageradas, pero ayer la clavó ya que, salvo los cuatro minutos que tuvo Borja Mendia, todos los demás acabaron entre los 15:10 que jugó de Fischer y los 24:50 de Tabu para que el ritmo no decayera en ningún momento y el Joventut no pudiera correr como le gusta. Fue uno de esos días en los que todo sale según se ha preparado durante la semana, un resultado que no podía hacerse esperar más. El cielo ha descargado mucha agua estos días sobre Bizkaia, pero en lo que afecta al Bilbao Basket llueve un poco menos. Si insiste en lo de ayer, habrá encontrado el paraguas bajo el que alcanzar la zona tranquila de la Liga Endesa.