Inyección de autoestima
Lucio Redivo se convirtió en pieza clave en el último cuarto para impedir que el Unicaja se escapara definitivamente y la defensa y Miribilla completaron el trabajo en el tramo final de un partido poco vistoso
EL reloj corría muy rápido, el partido se escapaba y Lucio Redivo lo cogió al vuelo (sería mejor decir lo agarró al vuelo, por ser preciso con el habla argentina). El escolta de Bahía Blanca regresó ayer tras un par de encuentros ausente por un problema con su dentadura y se convirtió en el dolor de muelas que acabó con la resistencia del Unicaja en el último cuarto. Llevaba solo un triple en su cuenta, anotado en el primer cuarto, pero sus once puntos en los siete primeros minutos del último cuarto permitieron al Bilbao Basket volver al partido justo a tiempo para ganarlo.
Redivo aportó cuando los malagueños mandaban con comodidad e impidió que se escaparan de forma definitiva, anotó el 63-62 para poner a su equipo por delante después de muchos minutos y sumó de nuevo para el 65-64 a 2:30 del final. En el siguiente ataque, falló un triple que pudo haber dado al Bilbao Basket cuatro puntos de ventaja, pero el argentino ya había hecho su trabajo, el que necesitaban ayer los hombres de negro en un momento en que estaban igualados con los puestos de descenso por la victoria del Real Betis y el que necesita la propuesta de Veljko Mrsic. Cuando se juegan ataques largos, hace falta alguien que meta los tiros agónicos y Lucio Redivo ya ha demostrado que no le va a pesar la responsabilidad. La gente de Bahía Blanca ha crecido rodeada de ella.
Los únicos prejuicios con él llegan por la falta de tamaño, que le limitan a la hora de defender, pero el trabajo de equipo debe ayudarle a disimular esas carencias. En el otro lado, Redivo puede ser un arma a explotar siempre que sus compañeros, también, le faciliten la tarea con buenos bloqueos y buenos pases, algo que hasta ahora no está ocurriendo con la frecuencia debida. El Bilbao Basket penó durante muchos minutos en ataque por culpa de la lentitud de sus movimientos y unos porcentajes de acierto que deberá elevar si quiere hacer efectiva la nueva propuesta de juego. El escolta argentino encontró el resquicio en la defensa del Unicaja y contribuyó a mejorar en ese tramo decisivo la carta del equipo bilbaino.
la defensa, al rescate Al final, tuvo mucho mérito la victoria del Bilbao Basket porque la plantilla no estaba en las mejores condiciones físicas, porque fue ante un rival de Euroliga que llegaba a Bilbao en buen momento y con la confianza a tope tras haber se impuesto en Tel Aviv y porque la consiguieron los de Mrsic pese a meter solo 25 canastas en juego y apenas 70 puntos. Su defensa acabó provocando que los porcentajes del Unicaja, salvo en los tiros libres, fueran aún peores y el apoyo de Miribilla en esas últimas posesiones terminó por provocar la sorpresa.
El triunfo de ayer debe servir de impulso hacia una versión más fiable del Bilbao Basket. Más o menos vistosa, es ahora lo de menos, de lo que se trata es de no fallar. Ganar al Unicaja es el comodín que permite superar otra semana fuera de los puestos de descenso y afrontar con menos presión los duelos que conducirán al final de la primera vuelta. Ayer volvió a quedar de manifiesto que Miribilla tiene que ser la llave hacia la tranquilidad. Aún tienen los hombres de negro más victorias esta temporada como visitantes que como locales. Por el Bilbao Arena ya han pasado cuatro de los cinco equipos de la Euroliga por lo que el Bilbao Basket tiene en su mano hacerse respetar y evitar que se produzcan derrotas como la sufrida ante el San Pablo Burgos. En el día en que se cumplían diez años de la primera vez que el equipo fue líder de la Liga ACB, el Bilbao Basket se inyectó para concluir un agitado 2017 una buena dosis de confianza y autoestima. Las que Lucio Redivo ya traía de serie desde las competitivas canchas de Bahía Blanca.