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Fiabilidad pendiente

el bilbao basket mejora en algunas cuestiones y roza la victoria en andorra, pero carece de la determinación necesaria para cerrar el partido

Fiabilidad pendiente

bilbao - El Bilbao Basket no encuentra la estabilidad y siempre hay alguna rendija por la que se le escapan las victorias. La de ayer fue especialmente dolorosa por la forma que se ha repetido varias veces esta temporada y que solo cabe apuntar en el debe de los hombres de negro. Veljko Mrsic busca fórmulas, insiste en reforzar aquellos aspectos que considera básicos, pero aún no ha conseguido que el equipo sea fiable. Ayer hubo muchas cosas positivas en el duelo ante el Morabanc Andorra, como la notable aportación, sobre todo antes del descanso, de Gladness y Thomas, más activos en el rebote y visibles para sus compañeros que nunca. Pero el Bilbao Basket también reincidió en errores de difícil solución y facilitó las cosas a los andorranos.

El técnico croata sigue poniendo en el acento en la defensa, pero a sus jugadores les cuesta comportarse con contundencia e inteligencia en muchas situaciones que les acaban dejando a la intemperie. En Andorra sufrieron para contener la verticalidad de Jaime Fernández, con el que no pudieron el reaparecido Jonathan Tabu, que jugó por primera vez bajo las órdenes del nuevo entrenador, y Javi Salgado, superado en muchas fases por quien fue su discípulo en el Estudiantes. Y a partir de ahí, muchos de los puntos del conjunto del Principado llegaron desde las esquinas, donde a la defensa del Bilbao Basket le cuesta llegar por falta de piernas la mayoría de las veces. La necesidad de proteger la pintura deja al descubierto los flancos y allí se apostaron los tiradores del Andorra para anotar con buenos porcentajes. También los locales encontraron muchos tiros liberados porque en las ayudas laterales los bilbainos tampoco se movieron con agilidad.

El campo se la hace muy grande a este Bilbao Basket que, de nuevo, rozó el centenar de puntos en contra. Por el otro lado, llegó a los 91 en el marcador propio y con eso se suele ganar muchas veces fuera de casa. Pero ayer no fue posible ya que los de Mrsic se fueron, de nuevo, a las 17 pérdidas de balón, algo que por más que se empeña y se enfada el croata se ha convertido en un mal endémico. Varias de esas posesiones desperdiciadas llegaron en situaciones idénticas. La defensa del Andorra negaba la salida al centro en los bloqueos directos laterales, el Bilbao Basket no logró encontrar vías de salida con el pase y se metió en la trampa que le tendió el equipo de Joan Peñarroya en algunas acciones que le podían haber propulsado en el marcador. No es la primera vez que ocurre eta temporada porque, salvo cuando Mumbrú juega de cuatro, Mrsic carece de un jugador que pueda amenazar con el tiro tras el bloqueo directo y atraer así las ayudas defensivas del otro lado.

intentos sin fruto En el día que faltaban Fischer y Redivo por distintos problemas físicos, el entrenador del Bilbao Basket propuso distintas cosas como juntar a los dos bases disponibles con Todorovic, armar un perímetro más físico con Tabu, Hammink y Tomàs o, incluso, usar a Mumbrú de tres. Todos estos intentos, que permitieron llevar el partido al terreno que interesaba, quedaron en nada porque al Bilbao Basket se le olvidó otra vez que los partidos duran cuarenta minutos.

El pasado domingo Veljko Mrsic lo recordó tras vencer al Estudiantes y alabar la reacción de sus jugadores. Los hombres de negro vivieron en Andorra la otra cara de la moneda, cuando tenían la pieza cerca se les escapó. Deberán mejorar en el manejo de estas situaciones porque no están para llegar sobrados a los minutos finales y se repetirán más veces. El Bilbao Basket ha reconocido el camino a seguir, pero le falta tomarlo con decisión y sin esos titubeos que le están costando caros desde octubre. Ayer, desde luego, no se puede cargar la responsabilidad en los novatos.