CHARLON Anduele Romano Kloof tiene una mentalidad que resulta llamativa en este baloncesto del siglo XXI. “Es más fácil machacar que meter triples” o “La defensa siempre tiene que estar ahí. Quiero ponérselo difícil a quien tenga delante”, aseguró en su presentación como jugador del UCAM Murcia. “Voy a ser el jugador que el equipo quiera que sea”, añadió el base holandés, que en su estreno en la Liga Endesa ya ha dejado alguna muestra de su gran capacidad atlética y, además, desde hace cinco partidos no baja de los doce puntos anotados.
Ese poderío físico es el que le ha hecho encajar perfectamente en el estilo de juego que propone Ibon Navarro, en el que priman la intensidad y la agresividad defensa. Charlon Kloof comparte el puesto con Clevin Hannah, ex del Bilbao Basket, que sí tiene un marcado perfil ofensivo por lo que en no pocos partidos están compartiendo minutos en cancha. El jugador de Paramaribo, capital de Surinam y, por tanto, de nacionalidad holandesa, se encarga de marcar el ritmo cuando hay que subir líneas y hoy será un incordio para los directores de juego del equipo bilbaino, que ya sufrieron ante el Lietuvos Rytas. No en vano Kloof mide 1,91 metros y en el conjunto pimentonero no está haciendo otra cosa que explotar las virtudes que le distinguen desde que era joven, aunque por la dureza de su rostro parece que tiene más de 27 años.
Después de un año en un high school estadounidense, Kloof ingresó en la Canarias Baskeball Academy, un programa preparatorio para la NCAA donde ya destacó por sus cualidades físicas. El objetivo se cumplió inmediatamente y el base surinamés se incorporó a la Universidad de Saint Bonaventure, en Nueva York, la misma por la que pasaron una leyenda de la NBA como Bob Lanier y el inolvidable Essie Hollis.
Su etapa de tres cursos con los Bonnies fue notable y su último año, siempre como titular, lo cerró con 11,8 puntos, 3,6 rebotes y 5 asistencias de promedio. Pero, pese a ello, Charlon Kloof no llamó la atención de la NBA y empezó su carrera profesional en la Segunda División de Turquía. Luego, estuvo en Grecia y en Italia y la pasada temporada se estrenó en la Eurocup con el MZT Skopje de Macedonia, una experiencia que le sirvió, según él, para mejorar su comprensión del juego.
En Murcia están sabiendo explotar las virtudes de un jugador que tuvo su momento álgido en el Eurobasket de 2015 cuando fue clave para que su selección lograra ante Georgia su primer triunfo en un gran torneo desde mediados de los 80. Con Holanda, un equipo modesto, volverá a jugar en estas próximas ventanas FIBA y allí coincidirá con el hombre de negro Shane Hammink. Con su selección tiene más protagonismo en ataque, pero Kloof no quiere que su juego se reduzca a “meter cinco o quince puntos”.