AHORA mismo soy un apátrida”. Sentado en una sala de las oficinas centrales de la NBA en Manhattan, Enes Kanter, pívot turco de los Oklahoma City Thunder, expresó el lunes su deseo de convertirse en ciudadano estadounidense tras su retención el pasado fin de semana en el aeropuerto de Bucarest después de que el Gobierno de su país decidiera anular su pasaporte. Kanter, que nunca ha escondido su apoyo a Fethullah Gülen, el líder islámico que vive exiliado desde el golpe militar de 1997, y se ha mostrado crítico con el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan, llegó el sábado a Bucarest, donde el día siguiente debía tomar parte en un evento deportivo, cuando el personal de aduanas no le permitió entrar en el país. Él mismo colgó una foto en el aeropuerto junto a dos policías y un vídeo con el siguiente mensaje: “Estoy en Rumanía y me han comunicado que la embajada de Turquía ha anulado mi pasaporte. Dos policías me tienen retenido aquí durante horas. La razón por la que se ha tomado esta decisión está basada con total seguridad en mis ideas políticas. El hombre que así lo ha decidido es Recep Tayyip Erdogan, una mala persona, un dictador, el Hitler de nuestro siglo”.
Gracias a las gestiones del personal de la NBA con el Departamento de Estado de EE.UU., Kanter pudo volar a Londres, desde donde puso rumbo a Nueva York, donde recalcó sus opiniones sobre Erdogan y dio a conocer su decisión de intentar obtener la nacionalidad estadounidense. Kanter, que ese mismo sábado cumplió 25 años, estaba realizando una gira para recaudar fondos para su fundación benéfica y explicó que los primeros problemas en su viaje se produjeron a primera hora del sábado en Yakarta. “Mi agente vino a mi habitación a las 2.30 horas de la madrugada y me dijo que los servicios secretos y el ejercito de Indonesia me estaban buscando porque el Gobierno turco les había dicho que yo era un hombre peligroso”, contó el jugador, asegurando que “prácticamente escapamos del país” en un vuelo a Singapur, desde donde viajaron a Bucarest previa escala breve en Fránkfurt. Fue allí donde le informaron sobre la retirada de su pasaporte. “Pasé algo de miedo porque existía la posibilidad de ser enviado a Turquía. Y si eso hubiese sucedido, probablemente no habríais vuelto a escuchar mi voz desde mi segundo día allí”.
Kanter recalcó que quiere utilizar su imagen pública para luchar contra la situación que se vive desde hace años en Turquía. “Yo no soy periodista, solo un jugador de baloncesto, pero a día de hoy mi familia ni siquiera puede salir fuera a comer. Mi hermano me contó que mi padre fue un día a hacer la compra al supermercado y hubo gente que le escupió a la cara. Intento ser la voz de los inocentes”, dijo en Nueva York, subrayando el hecho de que lleva más de un año sin hablar por teléfono con sus padres porque teme que sus comunicaciones estén intervenidas: “Y tan pronto como contactaran conmigo serían enviados a prisión”. El año pasado, diversos medios turcos publicaron que Kanter había sido repudiado por su propia familia, que incluso le había exigido que se cambiara de apellido, y que su padre había pedido perdón al pueblo turco y al presidente por tenerle como hijo. Su respuesta en Twitter fue contundente: “Hoy he perdido a mi madre, mi padre, mis hermanos y a toda mi familia. Mi propio padre me pidió que me cambiara de apellido, la madre que me dio a luz me rechazó, los hermanos con los que crecí me ignoran y mis familiares no quieren volver a verme. Desde ahora mi familia son aquellos seguidores de Gülen que ondean la bandera de Turquía en 171 países”.
El pívot de los Oklahoma City Thunder, elegido en el número 3 del draft de 2011 por Utah Jazz y que este curso ha promediado 14,3 puntos y 6,7 rebotes en 72 partidos, posee la green card desde el año pasado y espera que el Gobierno estadounidense considere su petición de acelerar su proceso de ciudadanía ante el gran número de amenazas de muerte que recibe a diario, sobre todo mediante las redes sociales. “Hoy mismo he recibido dos”, aseguró el lunes. Erdogan fue noticia la semana pasada después de que en su visita a Estados Unidos, donde mantuvo una reunión con Donald Trump, su personal de seguridad agrediera a un grupo de manifestantes a las afueras de la residencia del embajador turco en Washington, causando nueve heridos. “Hay miles de personas que están siendo secuestradas, encarceladas, torturadas e incluso violadas. Espero que todo el mundo vea esto, sobre todo los grupos de defensa de los derechos humanos y la Unión Europea. Quiero que se tome cartas en el asunto”, denunció el jugador.