AMIAB ALBACETE 82-63 BIDAIDEAK BILBAO BSR
AMIAB ALBACETE: Marsh (23), Manning (24), Cristen Barba (5) Brown (3) y Mena (17) -cinco inicial-, Boardman (0), Aceituno (2), Orogbemi (4), Montiel (0), (arreondo (4), y Martínez (0).
BIDAIDEAK BILBAO BSR: Turek (20), Diallo (6), García (7), Mouriz (24), Centeno (6) -cinco inicial-, Mendiluce (0), López (0), Suárez (0), Viso (0) y De Ángel (0).
Parciales: 20-23, 38-40 (descanso), 58-50 y 82-63.
Árbitros: Damir, Krunoslav y Gabe. Sin eliminados.
Incidencias: Final de la Challenge Cup disputada en la localidad bosnia de Banja Luca.
Bilbao - Al Bidaideak Bilbao BSR le sobraron diez minutos de la Challenge Cup para poder alcanzar la gloria. Los vizcainos realizaron una competición sobresaliente, arrollando a sus rivales uno a uno para llegar a la final, donde esperaba el Amiab Albacete. En un cuarto fatal, todas las esperanzas de levantar el primer título europeo de su historia se esfumaron y el buen juego desplegado hasta entonces desapareció para dar paso a una versión errática y víctima de la ansiedad al ver cómo la victoria se escapaba poco a poco de sus manos. El conjunto manchego aprovechó las carencias finales de los bilbainos para llevarse la victoria por 82-63, un resultado abultado para lo visto en el partido y que dejó con la miel en los labios al Bilbao BSR.
Los dos equipos arrancaron la final tanteándose, buscando sus respectivas debilidades y alternando el juego interior y exterior con acierto. Los bilbainos pronto se dieron cuenta que esto era otra cosa. El Albacete se mostró muchísimo más sólido que los adversarios anteriores y gracias a sus jugadores británicos pudo contrarrestar el primer arreón de los bilbainos (20-23). David Mouriz, excelente durante toda la Challenge Cup, volvió a ser el faro que aportó claridad al juego de los bilbainos. El gallego dio un clinic a la hora de dirigir a los suyos y castigó a los manchegos con su acierto exterior. Por contra, el mal día de Amadou Diallo y de Asier García, castigado por las faltas personales, no permitió al Bilbao BSR romper el choque antes del descanso, al que se llegó con un marcador de 38-40.
En la reanudación, el Albacete salió con otro ritmo. El sueño del título europeo no era cosa exclusiva de los bilbainos y los manchegos también estaban dispuestos a dejarse la piel por él. El juego interior cobró importancia y el partido se convirtió en una batalla dentro de las zonas. Ninguno de los dos equipos quiso cometer riesgos excesivos y prefirieron buscar tiros cercanos, peleando con uñas y dientes por cada centímetro de la cancha. Esta situación favoreció de manera importante a los manchegos, que pudieron iniciar el último cuarto con una ventaja de ocho puntos. En ese momento, las luces de los bilbainos se apagaron. El cansancio físico empezó a hacer mella y los errores comenzaron a sucederse uno tras otro. Fue el momento perfecto para hacer sangre. El Albacete vio su oportunidad y castigó desde todas partes al Bilbao BSR, acabando el partido y con el sueño de los vizcainos. - J. Victoria de Lecea