Bilbao - Joshua Turek es un líder silencioso. No le gusta elevar la voz ni hacer excesivos aspavientos. Su manera de tirar del equipo es con el ejemplo. El estadounidense se deja la piel cada vez que salta a la cancha y trata de contagiar a sus compañeros con sus esfuerzos. “No me gusta hablar mucho. Quiero que la gente haga lo que hago yo, que vean mis acciones. Me gusta predicar con el ejemplo y creo que puedo demostrar mi confianza. Creo en el equipo, daré lo máximo y eso les puede hacer sentir mejor al resto de mis compañeros”, explica el interior. Esa experiencia está siendo fundamental para el Bidaideak Bilbao BSR durante esta temporada, en la que recientemente han conseguido la clasificación para la Final Four de la División de Honor, y Turek deberá seguir cumpliendo su función para la Fase Final de la Euroleague 3, que comienza el viernes en Bosnia, y en la que el conjunto bilbaino se estrena con la ambición de lograr el título en su primera oportunidad.
El Bilbao BSR arrancará el viernes en la ciudad bosnia de Banja Luka la fase de grupos de la Euroleague 3 contra el Beit Halochem Haifa israeli. El objetivo de los bilbainos es lograr acabar en el segundo lugar para así clasificarse a las semifinales que se disputarán el sábado. “Estamos en nuestro mejor momento tras tener mucho altibajos en la temporada. Como estamos jugando ahora tenemos opciones para hacer una buen papel en Bosnia. Aun así, es una competición muy larga, son cinco partidos en tres días. Lo mejor es tomárnoslo con calma porque es un torneo lleno de emoción y la recuperación es la clave”, declara Turek. El primer rival de los bilbainos parece, a priori, el más débil del grupo y la verdadera batalla por los dos primeros puestos será ante el Köln 99ers alemán y el Rehab Merkezi turco.
Turek es un buen ejemplo para hablar sobre las competiciones europeas. Con 37 años recién cumplidos, a sus espaldas carga con un buen saco de experiencias. Antes de llegar a la capital vizcaina jugó para el Getafe, el Cantú italiano, el Hyeres francés y el todopoderoso Fundosa Once. Competir por todo Europa le ha ayudado a vivir vivencias de todo tipo y ahora, una vez evaluadas otras competiciones, tiene claro cuál es su liga favorita: “Jugué en Ilunion y en Getafe y España es mi país favorito, es como mi segundo hogar. Tenía ganas de jugar en la División de Honor y para mí ahora mismo esta es la mejor liga de todo el mundo”, cuenta Turek. El jugador del Bilbao BSR fichó por el club sin saber muy bien qué se iba a encontrar y pronto descubrió que había llegado al sitio adecuado. “Ha sido una sorpresa. No sabía mucho de Bilbao, pero es una ciudad muy bonita, la gente es simpática y aunque es pequeña, tiene un poco de todo. Estoy muy feliz, especialmente con los directivos del club, que son muy buena gente”, afirma.
El sueño olímpico El norteamericano llegó al Bilbao BSR en un año muy importante para él, con los Juegos Paralímpicos en el horizonte. Turek ha sido internacional en muchas ocasiones y con su selección sabe lo que es alzarse con el oro en los Parapanamericanos, pero las competiciones paralímpicas están en otro nivel. “En nuestro deporte esto es lo máximo, es nuestra NBA, es todo. El sueño de los jugadores es el oro olímpico. Es difícil expresar con palabras, pero cuando tienes esta camiseta puesta, con las letras de USA en el pecho, sientes un orgullo enorme”, reconoce. Turek ya pudo rozar la gloria en Londres, donde consiguió el bronce en un día que nunca olvidara: “Fue especial. Logramos el tercer puesto superando a Gran Bretaña en su casa, en el O2. Toda la gente estaba gritando, cantando ‘Dios salve a la reina’ y conseguimos ganar. Fue la primera medalla para nosotros desde el 2000, algo muy importante para Estados Unidos, que compite siempre con el oro en mente”.
Lograr la medalla dorada es el último reto de Turek. El estadounidense no mira más allá de Río de Janeiro. Todo lo demás ahora no importa. “No sé que pasará después de Río Janeiro. Al baloncesto le he dado toda mi fuerza, mi alma, mi corazón completo... es mi vida. Por eso, si consigo el oro olímpico, puede que ese sea mi último partido”, cuenta el estadounidense del Bilbao BSR, que en el ocaso de su carrera ve las cosas de otra manera: “Después de los Juegos, voy a tomarme las cosas con más calma, no se si me retiraré o si volveré aquí a jugar, donde soy muy feliz”.