Bilbao - Arrancaron la temporada con una extraordinaria e histórica racha de 24 encuentros sin conocer la derrota y la han cerrado con un balance de 73-9 que les otorga un lugar de privilegio en el libro dorado de la NBA. Los Golden State Warriors son un equipo de leyenda. El ejército de bombarderos liderado por Stephen Curry ha revolucionado el baloncesto, lo ha catapultado a un nivel desconocido en cuanto a formas, espacios y distancias, pero sabe que con el paso de los años lo que queda es el fondo. Ya tienen la marca que anhelaban desde que el curso levantara el telón hace más de cinco meses, ahora parten al frente del batallón de 16 equipos que esta próxima tarde arrancará las eliminatorias en pos del anillo de campeón. Ellos defienden el trono, conquistado el pasado curso ante los Cleveland Cavaliers de Lebron James; el resto aspira a arrebatárselo.
Aspirar es libre y humano pero, ¿existen argumentos para respaldar estas aspiraciones? ¿Se puede meter mano a un equipo que ya sabe lo que es ser campeón, que se encuentra en un momento de confianza brutal, que ha llegado a sumar 55 triunfos seguidos en su cancha, que ha batido el número de victorias a domicilio en una temporada (34), que no ha perdido ni dos partidos seguidos ni ante el mismo rival en toda la campaña, que acumula más de mil triples transformados en el presente ejercicio, que solo ha perdido un partido ante rivales con más de 50 triunfos, que...? Sus adversarios, aunque la sucesión de plusmarcas marea a cualquiera, quieren pensar que sí. Los San Antonio Spurs en el Oeste y los Cleveland Cavaliers en el Este parecen los adversarios más capacitados para bajar a los de Oakland de su nube, aunque ambos han probado durante la campaña regular, y con enorme brutalidad, el tremendo poder dañino de los de Steve Kerr, capaces de batir por treinta puntos a los texanos, además de frustrar el pasado domingo su intento de completar una campaña impoluta en su AT&T Center, y por 34 a los de Ohio a domicilio.
Pero a equipos que pueden poner en pista a Tim Duncan, Kawhi Leonard, Tony Parker, LaMarcus Aldridge y Manu Ginobili, con el maestro Gregg Popovich moviendo los hilos; o a LeBron James, Kyrie Irving y Kevin Love siempre hay que tenerles en cuenta en el campo de batalla. Si se cumplen los pronósticos, en sus dos enfrentamientos con los Warriors en una hipotética final del Oeste y en el la última lucha por la corona saltarán chispas. Aquellos Bulls del curso 1995-96 a los que han borrado su plusmarca de 72-10 acabaron conquistando el título perdiendo solo tres partidos en todo el play-off, dos de ellos en la final contra los Seattle Supersonics. Stephen Curry, Klay Thompson, Draymond Green, Harrison Barnes y compañía son ya un equipo de leyenda. Ahora buscan el siguiente paso: quieren perpetuar una dinastía.