LA continua línea ascendente acostumbrada a seguir por el Zornotza ha tenido una parada este año. No ha habido crecimiento. Las cosas se le torcieron desde la mismísima pretemporada y el equipo que inició el año con las expectativas de agitar la LEB Plata, pronto se vio inmerso en un bucle de despropósitos. Muchas lesiones, desconexiones en el juego, jugadores que no dieron la talla? nada salió bien. “Ha sido un año tremendamente complicado. Hemos tenido que ir adaptándonos poco a poco, semana a semana, a lo que nos iba sucediendo. Acoplándonos de una forma mucho más lenta de la que esperábamos en verano”, explica Mikel Garitaonandia, el entrenador del conjunto vizcaino. Finalmente, el conjunto vizcaino terminó en décima posición y logró alejar el fantasma del descenso con unas jornadas de antelación. Sin embargo, por primera vez desde que ascendió no pudo degustar las mieles del play-off y vio como su temporada terminaba antes de lo esperado.
En LEB Plata contar con un pívot dominante es clave y este año lo ha comprobado el Zornotza. “O tienes una plantilla muy completa, larga y de mucha calidad o realmente los jugadores determinantes están en el juego interior”, explica el entrenador zornotzarra. Moussa Kone no pudo debutar por una grave lesión en la rodilla y Óscar Raya, que abandonó el equipo antes de tiempo, y Seydou Aboubacar no lograron marcar diferencias. La llegada del alemán Enosch Wolf dio algo más de presencia interior al Zornotza. Sin embargo, debido a “lesiones, enfermedades y contratiempos no ha podido trabajar lo que nos hubiera gustado” y solo en unos pocos partidos pudo sacar a relucir su inmenso potencial.
Una de las pocas cosas que no ha fallado este año es la afición. En los momentos clave, Larrea ha sido un hervidero y en el último partido ante el Xuven Cambados, con el Zornotza jugándose las últimas opciones de entrar en el play-off, el polideportivo se llenó hasta la bandera. “Durante toda la temporada la afición nos ha acompañado. A pesar de que el equipo no ha terminado de enganchar como otras temporadas, nos han apoyado y han sido conscientes de las dificultades que hemos tenido. Mi mayor agradecimiento de todo corazón a todos ellos. La gente es por y para lo que trabajamos cada día”, afirma Garitaonandia.
MIRADA AL FUTURO Una vez terminada la temporada es el momento de sacar conclusiones y Garitaonandia busca el lado positivo. “El año de aprendizaje ha sido brutal, de descubrir problemas que otros años no hemos tenido. Dentro de los momentos dulces y amargos que hemos vivido, todo el cuerpo técnico hemos aprendido muchísimo y somos mejores como entrenadores y como personas que el año pasado”, reconoce el entrenador zornotzarra, que espera que esta temporada, en la que por primera vez la progresión del club se ha detenido, sirva para coger carrerilla y afrontar el siguiente curso con un saco de experiencias valioso: “Si asimilamos lo que ha pasado y hacemos inventario de lo que ha habido que hacer, puede ser un año clave para que el club crezca”.