Ariel Edwards sueña con la WNBA mientras progresa en el Gernika Bizkaia
Ariel Edwards sueña con la WNBA mientras progresa día a día en el Gernika Bizkaia, que esta tarde se enfrenta en Maloste al Zamora
a la hora de hablar de sus objetivos, Ariel Edwards (Elmont, Nueva York; 1992) no oculta su mayor meta: “La WNBA, por supuesto”. Puede ser un deseo demasiado ambicioso, incluso ajeno a la realidad para muchos, sin embargo esta neoyorquina no se rendirá hasta lograrlo. Esa es la competitividad especial de las jugadoras americanas. La WNBA no es solo un sueño, es algo más, casi una obsesión. Da igual el nivel o la liga en la que se esté jugando, ese hambre nunca es saciado hasta poder cumplir el reto. “Para una jugadora española, jugar en la Liga Femenina es genial. Sin embargo, para nosotras, las americanas, la WNBA es algo con lo que soñamos desde pequeñas”, cuenta Edwards. El camino no siempre es el más corto y para llegar ahí, esta ala-pívot estadounidense ha tenido que coger un desvío y, tras su paso por Embutidos Pajariel Bembibre, ahora trata de progresar en el Gernika Bizkaia.
El baloncesto y la interior norteamericana no tardaron en encontrarse. Era cuestión de tiempo. Guiada por su hermano mayor, era inevitable que sus caminos se juntaran. “Mi hermano jugaba en la universidad y ahora es entrenador. Cuando era pequeña solía ir con él y siempre estaba jugando con chicos. Era algo natural para mí”, recuerda Edwards. La neoyorquina no tardó en empezar a mostrar buenas dotes para el deporte de la canasta, lo que le valió para convertirse en una referencia dentro de las Nittany Lions de la universidad de Penn State. “Me encanto jugar ahí y mi entrenadora, Coquese Washington, fue una gran influencia para mí. Ella me ayudó a ser mejor jugadora y a dar el paso a profesionales”, declara.
El siguiente paso debía ser la WNBA y Edwards llegó a coquetear con ella cuando fue reclutada para el training camp de las Tulsa Shock. “Fue alucinante cuando recibí esa llamada. Aprendí mucho durante esos días”, afirma. Sin embargo, no hubo final feliz y finalmente no pudo formar parte de la plantilla de las de Oklahoma: “Fue duro porque sentía que podía jugar y quería una oportunidad dentro del equipo”. Era el momento de cambiar los planes. Hacer la maleta y poner rumbo a lo desconocido. Primero, la neoyorquina se dio a conocer en Bembibre y sus buenas actuaciones le valieron para llamar la atención del Gernika Bizkaia, lugar en el que reconoce sentirse “muy cómoda” y donde nota que progresa día a día: “Las compañeras son geniales y tienen mucho talento. Cuando voy a entrenar siento que compito en cada momento porque Ella, Yaiza, Vicky? tienen mucha calidad y eso me ayuda a mejorar”.
ZAMORA VISITA MALOSTE Con todo, el Gernika deberá enfrentarse esta tarde en Maloste, a partir de las 18.30 horas, al Quesos Pastor de la Polvorosa de Zamora. Las vizcainas no se fían de este rival, que es más complicado de lo que parece si se echa un vistazo a la clasificación. “Zamora tiene muy bien equipo, además tienen varias jugadoras nuevas que no estaban cuando nos enfrentamos a ellas en la primera vuelta. Toca preparar bien el partido para estar listo cuando empiece”, comenta Edwards. Una victoria permitiría al conjunto de la villa foral continuar en la pelea por el play-off, pero en esta fase de la temporada el triunfo es un bien muy codiciado.
“Los dos equipos necesitamos ganar. Va a ser un partido duro porque ellas también quieren mejorar su posición en la clasificación”, añade la ala-pívot estadounidense, que mira hacia arriba a la hora de ponerse futuros objetivos: “Creo que tenemos opciones de entrar en el play-off. Trataremos de ganar la mayor cantidad de partidos posibles y si lo damos todo y jugamos como equipo, podemos estar satisfechas sea cual sea el resultado final”.